La artista realizó en Brasil la última parada de su gira ‘The Celebration Tour’, con la que recordó cuatro décadas de una carrera legendaria, y que incluyó varios homenajes a Guevara.

La cantante y actriz estadounidense Madonna ofreció este sábado un multitudinario concierto en las arenas de Copacabana, en Río de Janeiro. Más de un millón de personas acudieron al evento y la “Reina del pop” volvió a rendir homenaje al guerrillero argentino Ernesto “Che” Guevara, como ha hecho en otros momentos de su carrera.

Según medios locales, la histórica fotografía que le hizo Alberto Korda a Guevara apareció, junto a una del actor Marlon Brando, más de una vez en las enormes pantallas colocadas en el lugar.

“El espectáculo de Madonna rindió homenaje al terrorista comunista Che Guevara. Detalle: el público estaba formado por miles de homosexuales, uno de los grupos más perseguidos por el revolucionario en Cuba“, escribió en su cuenta de X la periodista brasileña Fernanda Salles.

En tanto, el actor brasileño Marco Antonio Costa se refirió en su cuenta de X a que “”(Gran parte del espectáculo sería enviado al muro de fusilamiento si todavía estuviera vivo Guevara), lo que refuerza las incongruencias del show de Madonna.

“¿No sabían los miles de homosexuales que estuvieron presentes en el show de Madonna que el Che era un asesino de homosexuales?”, cuestionó en X el Movimento Sem Picanha.

La foto de Guevara no fue la única polémica del evento, pues hubo numerosas acusaciones en las redes sociales contra al Gobierno brasileño, denunciando que este había costeado el espectáculo con fondos públicos.

En este contexto, el ministro jefe de la Secretaría de Comunicación Social de Brasil, Paulo Pimenta, afirmó que “Madonna no recibió dinero del Gobierno Federal” y se mostró indignado por “la cantidad de fake news” que intentaban atacar la imagen del Gobierno.

Entre los artistas que acompañaron a la “Reina del pop” en Copacabana estuvieron el DJ y compositor Diplo, quien se encargó de la previa del concierto, y la cantautora y bailarina brasileña Anitta. El espectáculo también incluyó un homenaje a Michael Jackson.

Este concierto fue el fin de la gira “The Celebration Tour”, con la que la artista celebró cuatro décadas de una carrera legendaria y que incluyó varios homenajes a Guevara. Durante su concierto en Londres, el 14 de octubre de 2023, mientras interpretaba “Don’t Cry for me Argentina”, en la pantalla apareció la misma foto del guerrillero, entre la de la actriz y política argentina Eva Perón y la de la pintora mexicana Frida Kahlo.

Antes, en 1996, Madonna protagonizó la película Evita, en la que ella interpretó a Eva Perón y el actor español Antonio Bandera dio vida a Guevara. La obra no estuvo exenta de polémica y, a pesar de ello, Madonna ganó el Globo de Oro en 1997 por su actuación. Años después, en 2003, la artista se inspiró en la foto de Korda para diseñar la portada de su álbum American Life.

Es incoherente con la carrera de la “Reina del pop”, considerada un ícono por la comunidad LGBTI, reivindicar a un guerrillero conocido por su desprecio a los homosexuales. La artista ha dedicado importantes momentos de sus conciertos a criticar la homofobia y la persecución que han sufrido muchas personas por su orientación sexual y, sin embargo, incluyó una imagen de un hombre al que se le atribuye la responsabilidad de numerosos fusilamientos en los primeros meses de la Revolución cubana.

Nadie más distante de Guevara que el escritor cubano Reinaldo Arenas, censurado y perseguido en Cuba por su obra y por su homosexualidad, y, sin embargo, Madonna incluyó una foto suya durante los conciertos que ofreció en el teatro Sant Jordi, de Barcelona, los días 1 y 2 de noviembre de 2023.

Casi 40 años después de su muerte, la histórica foto, captada por el cubano Alberto Korda en La Habana en marzo de 1960 y distribuida por el editor italiano Giangiacomo Feltrinelli, sigue apareciendo en todo el mundo, en mitínes políticos y sindicales izquierdistas, en actos del movimiento antiglobalización o como imagen estampada en las camisetas de rockeros que pudieran haber sido nietos del Che.

Madonna se inspiró en la iconografía del Che para retratarse con la clásica boina de guerrillera en la tapa de su más reciente álbum, «American Life», para disgusto de muchos de sus críticos, que acusan a la diva estadounidense de apropiarse para fines comerciales de la efigie del revolucionario antiimperialista.

La célebre foto del Che, con la mirada serena fijada en algún punto del horizonte, convertida en imagen emblemática de un soñador romántico eternamente rebelde, vivió su propia vida. Poco parece importar, a estas alturas, que el Che fue un revolucionario marxista-leninista, en muchos aspectos dogmático y moralista, muy alejado del libertinaje antiautoritario de las generaciones posteriores.

En las décadas de los 60 y 70, Guevara fue la imagen personificada de la revolución armada, ídolo de toda una generación de jóvenes de izquierda, desde México hasta Francia, y ejemplo máximo de la entrega incondicional, hasta la muerte, a la causa de la revolución socialista.

Nacido el 14 de junio de 1928 en Argentina, Ernesto Guevara de la Serna descubrió su vocación revolucionaria durante dos largos viajes que realizó a principios de los años 50 por América Latina, siendo estudiante de medicina, y que le permitieron tomar consciencia de la miseria, la injusticia y la explotación imperantes en la región. Tras un frustrado intento de organizar la resistencia contra el golpe militar pronorteamericano que derrocó en 1954 al gobierno reformista de Jacobo Arbenz en Guatemala, el joven Guevara viajó a México Allí conoció a Fidel Castro, quien lo convenció para unirse al grupo de exiliados cubanos que se preparaba para invadir Cuba y liberar a su pueblo de la sangrienta dictadura del general Fulgencio Batista. Durante la lucha guerrillera de poco más de dos años en la isla, Guevara se distinguió por su valentía que se sumaban a una férrea voluntad y gran disciplina.

Ya conocido como el Che Guevara y ascendido a comandante por sus grandes habilidades tácticas, que le permitieron convertirse más tarde en el principal teórico de la lucha guerrillera en América Latina, dirigió la batalla decisiva de Santa Clara, que en diciembre de 1958 selló la derrota militar de la dictadura de Batista. Tras el triunfo de la revolución, el 1 de enero de 1959, fue nombrado presidente del Banco Nacional de Cuba y más tarde ministro de Industria. Como dirigente revolucionario impulsó con su propio ejemplo el trabajo voluntario.

Sus frecuentes viajes al exterior como embajador de la revolución, que le llevaron a conocer Moscú y otras capitales socialistas, enfriaron progresivamente su inicial entusiasmo por la Unión Soviética. En un discurso pronunciado en Argel, en marzo de 1965, acusó indirectamente a la Unión Soviética, ya convertida en principal aliada de Cuba, de incurrir en las mismas prácticas de explotación del Tercer Mundo que las que aplica el capitalismo.

Según diversas fuentes, entre ellas el periódico francés «Le Monde», esta crítica pública a la Unión Soviética motivó, a su regreso a La Habana, un severo altercado con Fidel Castro. El Che desapareció después de la vida pública, lo cual alimentó toda clase de rumores, hasta su supuesto fusilamiento por órdenes de Castro. Como se supo después, Guevara, hombre de acción no satisfecho con hacer la revolución en un solo país, se había ido al Congo para apoyar a la guerrilla en su lucha contra las fuerzas mercenarias prooccidentales en esta antigua colonia belga.

Frustrado por la corrupción y la escasa moral de lucha de los dirigentes revolucionarios congoleños, Guevara retornó en marzo de 1966 a Cuba, desde donde partiría meses después Bolivia.

«Crear dos, tres, muchos Vietnam», dijo el abril de 1967 desde la selva boliviana. Seis meses más tarde, el Che cayó herido en combate con soldados bolivianos asesorados por especialistas norteamericanos en contrainsurgencia.

Horas después, por orden de la CIA, fue asesinado a sangre fría. Su cadáver enterrado en secreto no fue descubierto hasta 30 años después. Hoy yace en Cuba, en un monumento erigido en su memoria en Santa Clara.