La lucha por la ecología protagonizó la última legislatura y el resultado de los comicios determinará su continuidad o un cambio de rumbo

Aunque el atentado contra el primer ministro eslovaco Robert Fico ha sacudido la precampaña electoral en Bruselas, una Europa cada vez más polarizada se quiere centrar en políticas, en ideas, en proyectos de futuro y en lo que supondrá que gane uno u otro el próximo 9 de junio. Y dentro de esos debates estará el Pacto Verde, uno de los grandes aspectos a tener en cuenta a la hora de ir a votar.

Ninguna de las fuerzas políticas es capaz de conseguir una mayoría suficiente como para gobernar sin pactar. El Parlamento Europeo estará compuesto en la próxima legislatura por 720 diputados, por lo que la mayoría se sitúa en 361 votos, algo impensable para un solo partido. Es obligatorio llegar a acuerdos y eso fue lo que ocurrió hace cinco años, cuando Ursula von der Leyen logró el apoyo de la Eurocámara para ser presidenta de la Comisión Europea, pero su respaldo no era gratis.

Los socialistas avalaron la candidatura de la alemana al frente del Ejecutivo, pero lo hicieron a cambio de potenciar el Pacto Verde. De ahí que el neerlandés Frans Timmermans –que había sido el candidato de S&D– fuese elegido vicepresidente de la Comisión y mano derecha de Von der Leyen para los cinco años que quedaban por delante. Timmermans fue el artífice de crear una cartera específica para el Pacto Verde y de desarrollar todas las políticas ecologistas que han sido ampliamente criticadas tanto por rivales como por ciudadanos.

Cuando el neerlandés dejó el cargo el pasado verano para presentarse a las elecciones de su país, la política ecologista que hasta entonces había ejercido la Comisión dio un giro gradual. Pensando en que quedaba menos de un año para votar, Von der Leyen fue retirando planes que habían marcado la agenda y que condenaban el futuro de los países de la UE. Tampoco se cortó a la hora de ceder ante las protestas de los agricultores a principios de año.

Las señales de un cambio de ciclo en cuanto al Pacto Verde son evidentes y nada disimuladas. Más aún cuando los sondeos apuntan a que los conservadores ganarán peso en el Parlamento tras las elecciones y, por eso, Von der Leyen les dedica guiños como el del último debate. La presidenta de la Comisión dejó caer que estaba abierta a negociar con ellos llegado el momento, algo que hasta ahora había dejado de lado.

Inversión a base de impuestos

Ese acercamiento ha provocado que se empiecen a oír voces internas en la Comisión avisando de que sería un «grave error» dejar de lado el Pacto Verde. El comisario Paolo Gentiloni, socialdemócrata encargado de la cartera de Economía, definió como un «error histórico» la posibilidad de dar marcha atrás en la transición ecológica. «Podemos ajustar, prestar atención a la justicia de la transición, a los aspectos sociales y regionales afectados, pero no podemos cometer el error histórico de dar marcha atrás a la transición», subrayó este jueves en un foro.

El italiano reconoció, no obstante, que la financiación del Pacto Verde se ha venido realizado a base de impuestos, de inversiones públicas «sólidas», pero que las privadas eran «estables y bastante débiles», por lo que reclamó más ayuda en este sentido. No es la línea a seguir que se han marcado las empresas como tampoco lo es la de los partidos políticos que están cogiendo fuerza en el tramo final de la legislatura, por lo que el Pacto Verde cojea más que nunca.

El posible apoyo de ECR (el grupo de Vox) y de ID a Von der Leyen marcará la hoja de ruta de la próxima legislatura. Igual que los socialistas impusieron el Pacto Verde como objetivo para los años 2019-2024, ahora son los conservadores los que parece que tendrán en su mano el devenir de Europa. Eso siempre que apoyen a la candidata del Partido Popular Europeo y no impulsen a otro en su lugar, como ocurrió con la propia Von der Leyen en las últimas elecciones. O que la germana no se arrime a los socialistas para continuar en el poder cinco años más.

Una opinión sobre “El Pacto Verde, principal caballo de batalla en las elecciones europeas

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