La crisis diplomática entre Argentina y España puso a Javier Milei como protagonista de las noticias en el mundo. Lejos de querer calmar aguas, tanto el mandatario sudamericano como Pedro Sánchez intentan sacar rédito de esta disputa, que no tiene precedentes en la historia reciente de ambos países. Cuál es el objetivo de Milei en materia de política exterior y hacia dónde va la diplomacia con los líderes de ultraderecha. Lo analizamos.
Todos, o casi todos, en algún momento de nuestra vida, hemos visitado una discoteca. Luces bajas, música alta y constante y cortinas de humo crean un ambiente en el que jóvenes y no tan jóvenes pasan noches de fin de semana. A lo largo de esas noches, la oscuridad dificulta ver con claridad, las canciones se suceden sin que logremos recordar ni cuántas ni cuáles sonaron, y las cortinas de humo complican aún más nuestra visión.
Esta atmósfera confusa describe perfectamente la estrategia de comunicación política del presidente de Argentina, Javier Milei, a la que bien se podría llamar “política discoteca”. En esta estrategia, las declaraciones ruidosas y constantes actúan como la música de la discoteca, los mensajes ambiguos se asemejan a la visión borrosa y los escándalos funcionan como cortinas de humo frente a problemas internos.
“Él/ella empezó”, la clásica expresión que utilizan los niños para explicar el motivo de una pelea es, increíblemente, la justificación a la que acude el presidente argentino, Javier Milei, cada vez que se envuelve en un conflicto con un personaje público.
Lo hizo con la popular cantante pop Lali Espósitoy luego con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en otro de los varios roces bilaterales que ha protagonizado desde su llegada al Gobierno.
Sin utilizar esa frase literalmente, esta vez Milei recurre a la misma justificación, con otras palabras, para explicar sus ataques al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; y su esposa, Begoña Gómez, que desencadenaron la peor crisis diplomática de la historia reciente entre Argentina y España.
Todo comenzó el pasado 4 de mayo, cuando el ministro de Transportes español, Óscar Puente, acusó a Milei de haber ingerido “sustancias”.
Días más tarde, reconoció su “gran error”, pero no pidió disculpas.
“Si hubiera tenido la mínima noción, y ese es quizá mi gran error, de que iba a tener la difusión y la repercusión que ha tenido, no hubiera dicho lo que dije”, expresó Puente en una rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa.
El ministro español, e inclusive el portavoz presidencial argentino, Manuel Adorni, intentaron dar por terminada la cuestión.
Pese a que reconoció que el comentario fue “bastante agresivo”, Adorni dijo que era un “tema saldado” que “no debería escalar más allá de lo que ya ocurrió”.
Sin embargo, Milei, que ha demostrado hasta aquí que no se guarda nada y esperó el momento propicio para devolver el golpe. ¿Qué mejor que en territorio español, donde sus dichos iban a tener más repercusión, y en una convención de ultraderecha de Vox, donde se iba a sentir más empoderado que nunca?
El presidente argentino, ante un público que lo vitoreaba y lo celebraba cada vez que despotricaba contra el socialismo, acusó a Begoña Gómez de corrupta, a pesar de que no se han hallado pruebas de culpabilidad en tráfico de influencias denunciada por la organización ultraderechista Manos Limpias.
Rápidamente, desde el Gobierno de Pedro Sánchez le exigieron a Milei que emitiera “disculpas públicas”, a lo que el mandatario liberal se negó basándose en su lógica de: “Ellos empezaron”.
Tras la negativa del argentino a disculparse, quien además rechaza haberse referido a la esposa de Sánchez en su discurso en el Viva 24 de Vox, España decidió llamar a consultas a su embajadora en Buenos Aires, María Jesús Alonso Jiménez, para luego retirarla definitivamente.
‘La imprudencia de Milei’
Para Samantha Olmedo, consultora política especializada en opinión pública y coordinadora académica en la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Católica Argentina (UCA), “la decisión de Milei de subirse a esta ola mediática y temperamental es imprudente”.
La politóloga alerta sobre la posibilidad de que este cortocircuito afecte las inversiones españolas en Argentina.
“Argentina no es lo mismo para España que lo que España es para Argentina. Más allá de los lazos culturales entre ambos países, hay una necesidad económica de Argentina. El gobierno de Javier Milei está necesitado de inversiones, y España es el segundo inversor en Argentina después de Estados Unidos”, explica a France 24.
Frente a esta situación, Olmedo se pregunta si, en la administración de Milei, prevalece el interés del Estado o los impulsos del gobernante, ya sean ideológicos o sentimentales.
“A Sánchez le vino de perlas”
Dos expertos en relaciones internacionales sostienen que a Pedro Sánchez le ha resultado muy útil la disputa con Milei de cara a las elecciones europeas del 9 de junio.
En diálogo con France 24, el director del Máster en comunicación política y empresarial de la Universidad Camilo José Cela, Gonzalo Sarasqueta, afirma que “avivar el fantasma de los ultra de VOX le ha servido a Sánchez para movilizar al electorado progresista”.
Según el experto, el presidente español intentará mantener en agenda la polarización con Milei y con VOX hasta el 9 de junio.
En la misma línea, la politóloga y doctora en Relaciones Internacionales, Lourdes Puente, declara a France 24 que a Sánchez “le vino de perlas” la confrontación.
“Quiere ser el líder de la ultraderecha”
Milei tampoco ve con malos ojos la idea de polarizar con Pedro Sánchez. Todo lo contrario, la crisis diplomática desatada tras sus declaraciones en Madrid puso al presidente argentino ante los ojos del mundo.
Ya había mantenido fuertes cruces con el presidente de Colombia, Gustavo Petro; y el mexicano Andrés Manuel López Obrador, pero la disputa con su par español -y en la propia casa de Sánchez- lo hicieron noticia en gran parte de la prensa mundial.
Al respecto, para la politóloga Puente, Milei aprovecha sus presentaciones internacionales para posicionarse como líder de la extrema derecha.
“Está jugando un juego global para posicionar su mirada en el mundo, y su contraparte es precisamente todo lo que huela a una izquierda, que la asocia a un sistema que dañó y no resolvió los problemas de desarrollo, especialmente en el sur”, explica la también directora de la Escuela de Política y Gobierno de la UCA.
Puente destaca que, poco a poco, Milei se acerca a su objetivo de liderar la ultraderecha; ya que, previo al cierre a cargo del presidente de Vox, Santiago Abascal, el argentino fue el último de los líderes internacionales en hablar en el Viva 24, aún con la presencia de la conservadora francesa Marine Le Pen, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; y el primer ministro de Hun
“Está jugando un juego global para posicionar su mirada en el mundo, y su contraparte es precisamente todo lo que huela a una izquierda, que la asocia a un sistema que dañó y no resolvió los problemas de desarrollo, especialmente en el sur”, explica la también directora de la Escuela de Política y Gobierno de la UCA.
Puente destaca que, poco a poco, Milei se acerca a su objetivo de liderar la ultraderecha; ya que, previo al cierre a cargo del presidente de Vox, Santiago Abascal, el argentino fue el último de los líderes internacionales en hablar en el Viva 24, aún con la presencia de la conservadora francesa Marine Le Pen, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; y el primer ministro de Hungría, Viktor Orban.
Según la especialista en relaciones internacionales, el mandatario sudamericano “le empezó a tomar el gusto a ese rol”.
Sarasqueta coincide con Puente en que Milei podría convertirse en el principal líder de la extrema derecha si Donald Trump pierde con Joe Biden en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos.
“Milei fue el plato fuerte del Viva 24. Cuando subió al escenario, explotó todo. Indudablemente está marcando algo fuerte a nivel mundial”, dice el doctor en Ciencias Políticas.
Según la especialista en relaciones internacionales, el mandatario sudamericano “le empezó a tomar el gusto a ese rol”.
Sarasqueta coincide con Puente en que Milei podría convertirse en el principal líder de la extrema derecha si Donald Trump pierde con Joe Biden en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos.
“Milei fue el plato fuerte del Viva 24. Cuando subió al escenario, explotó todo. Indudablemente está marcando algo fuerte a nivel mundial”, dice el doctor en Ciencias Políticas.
El coautor del libro ‘Fantasmas de palacio: escritores de discursos presidenciales de América Latina’ describe al presidente argentino como “una especie de Donald Trump y Jair Bolsonaro juntos”.
“Tiene la dureza de Bolsonaro y el show de Trump, sumado a una cuota economicista de cierto tecnicismo que puede explicar el neoliberalismo y el anarcocapitalismo en términos sencillos. Es un cóctel bastante explosivo”, precisa.
La nueva diplomacia
Milei y los líderes de la ultraderecha llegaron para romper con la diplomacia tal como la conocemos. Este arte histórico de relacionarse a través del diálogo y la negociación, siempre manteniendo formas y la corrección política, no tiene cabida dentro de los gobiernos de la extrema derecha. En su reemplazo, eligen la confrontación y el agravio.
Para Sarasqueta, estos liderazgos “rompen todos los contratos que había en la política”.
“Consideran que la diplomacia es una farsa, que todo eso es casta y mentirle a la gente. Eso genera mucho contacto con la ciudadanía, porque te dicen ‘yo estoy caliente y enojado, igual que vos’. En contraposición de la corrección política, estos líderes vienen a decirte ‘yo no tengo filtro, no tengo casete y, si estoy caliente, insulto como vos'”, explica el experto en comunicación política.
Según el investigador, ese es el “enlace horizontal” que los acerca a la ciudadanía.
“En esa furia se va la diplomacia y el tratar al de enfrente como un adversario para pasar a tratarlo como un gusano, como un enemigo, como alguien que no merece legitimidad. De esa manera rompen con la diplomacia, pero en realidad forma parte de un estilo comunicacional que tienen, en el que no hay filtro”, agrega.
En el mismo sentido, su colega Puente cree que el problema de la diplomacia actual es que les pertenece exclusivamente a los presidentes y primeros ministros.
“Les cuesta mucho a las carreras diplomáticas manejar las agendas, porque los presidentes arman un grupo de WhatsApp y hablan entre ellos”, indica.
Asimismo, advierte sobre este nuevo estilo de diplomacia, que tiene “un componente de violencia verbal muy peligroso”.
Asegura que el surgimiento de este tipo de líderes es fruto de una sed de algo diferente que la política tradicional no es capaz de presentar.
“Milei representa un poco eso. Lamentablemente es una persona violenta en el discurso que en vez de unir genera desunión”, concluye.
Después de un ajuste fiscal que el propio presidente calificó como “el más grande de toda la historia de la humanidad”, un gobierno solo puede mantener un buen nivel de aprobación gracias a una exitosa estrategia de comunicación.
Por lo tanto, aquellos que consideran al gobierno de La Libertad Avanza en Argentina como inexperto en política deberían reconsiderarlo. Detrás de cada escándalo o mensaje hay un trabajo cuidadoso, un pensamiento estratégico y una base teórica sólida.
La sociedad argentina está inmersa en esta discoteca de mensajes confusos, escándalos y distracciones constantes. Sin embargo, la imagen positiva y creciente del presidente Milei demuestra que su equipo de comunicación ha logrado que, al salir de esta discoteca mediática, la sociedad sienta que, a pesar de todo, ha sido una buena noche.