Es un abogado, egresado en 1974 de la Universidad del Salvador de Buenos Aires, que ejerció su profesión en forma independiente hasta el año 1989, ocupando simultáneamente distintos cargos en la Administración Pública en los Ministerios de Justicia y de Educación.

En 1982, con el inicio del proceso democrático en Argentina, que culminó con la elección de 1983, participó en la fundación del Partido Federal que lideraba Francisco Manrique. En 1985 fue electo Concejal de la Ciudad de Buenos Aires por dicho Partido, y reelecto en 1989. Presidió el Partido Federal desde 1988 hasta el 1996.

En el año 1996 fundó con Domingo Cavallo el Partido Acción por la República (AR), siendo electo diputado nacional en 1997. Francos presidió el bloque de diputados de AR hasta fines del año 2000 en que renunció a su banca, dejó la política activa, y comenzó a trabajar en la actividad privada en el Grupo Eurnekian donde ocupó distintas funciones directivas. En este último período presidió la línea aérea LAPA, y fue controller del Grupo.

En el año 2007 fue designado Presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires por el Gobernador Daniel Scioli, cargo que desempeñó entre el 2007 y 2011 encausando a dicho Banco Público en un proceso de transformación que obtuvo el reconocimiento de distintos sectores. Desde el Banco Provincia fundó Provincia Microempresas (PROMESA) una empresa que se ocupa de otorgar créditos a microemprendedores que no pueden acceder a la banca regular. En diciembre del año 2014 dicha empresa otorgó el crédito 100.000 convirtiéndose en la empresa más grande en microcréditos de la Argentina y una de las mayores de America Latina.

En el 2012 Francos se reincorporó a la actividad privada en el Grupo Eurnekian donde llevo adelante diversas tareas, presidiendo por dicho Grupo, Bioceánico Aconcagua S.A., firma proponente de la iniciativa privada para la construcción y explotación de un corredor ferroviario entre Chile y Argentina que cruza la Cordillera de los Andes con un túnel de baja altura de 52 kms.

Desde el Grupo Eurnekian presentó al Banco Central un proyecto para desarrollar un banco totalmente digital en el país. El BCRA aprobó dicho proyecto en junio/2017 y hoy preside el Banco Wanap, primer banco digital de la Argentina que comenzará sus operaciones en el 1T del 2018.

Francos es a su vez un emprendedor. Es socio en empresas del negocio retail, productoras del sector agroalimentario, y en el sector financiero participa en la empresa pionera del “peer to peer lending” en Argentina, Afluenta.com que se está desarrollando en varios países de Latinoamérica.

Jefe de Gabinete de Ministros

  • Nombre completo: Guillermo Francos
  • Fecha de nacimiento: 20/04/1950
  • Lugar de nacimiento: Puerto Belgrano, Provincia de Buenos Aires
  • Profesión: abogado (Universidad del Salvador)
  • Agrupación política: La Libertad Avanza
  • Cargo público actual: ninguno
  • Cargos públicos anteriores: ministro del Interior, presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires; diputado nacional nacional por la Ciudad de Buenos Aires y legislador porteño
  • Familia: divorciado, 5 hijos

Designado por el Decreto N° 02/2023, que fue publicado el 11 de diciembre de 2023.

lecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), en las que Javier Milei (La Libertad Avanza) fue el candidato más votado en todo el país, marcaron un punto de inflexión para Guillermo Francos: renunció a su cargo como director Ejecutivo por la Argentina y Haití en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para integrarse al equipo del por entonces candidato libertario y hoy presidente de la Nación.

“He tomado la decisión de alejarme en los próximos días de dicha función (en referencia a su cargo en el BID) con el objeto de no afectar ninguna sensibilidad en un momento tan crucial de nuestra joven democracia”, destacó en un comunicado al explicar las razones de su renuncia al cargo para el que había sido designado por el ex presidente Alberto Fernández (Frente de Todos).

Durante la campaña, Francos fue uno de los principales voceros de La Libertad Avanza y, tras el triunfo de Milei, se convirtió en uno de los responsables de llevar a cabo la transición de gobierno. En una entrevista con el periodista Jonatan Viale en La Nación+, el Presidente dijo que Francos sería su ministro del Interior y esto se confirmó con el Decreto N° 2/2023

Entre la función pública y la privada

Guillermo Francos, 73 años, es abogado egresado de la Universidad del Salvador, tiene 5 hijos y está divorciado. Cuenta con una extensa trayectoria, tanto en el sector público como en el privado. 

En 1982, con el reinicio del proceso democrático en la Argentina, el abogado participó de la fundación del Partido Federal junto con Francisco Manrique, ex ministro de Bienestar Social durante los gobiernos militares de Roberto Levingston (1970-1971) y Alejandro Lanusse (1971-1973). Por ese espacio, fue electo legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) en 1985 y reelecto en 1989.

En 1996, el actual jefe de Gabinete acompañó en su postulación a jefe de Gobierno porteño a Gustavo Béliz (por el partido Nueva Dirigencia), ex director del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) en el BID durante más de una década, y ex secretario de Asuntos Estratégicos de la Nación entre 2019 y 2022, durante el gobierno del Frente de Todos.

Un año después, Francos resultó electo diputado nacional por CABA de la mano del ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, al integrarse a Acción por la República, partido que formó parte de la alianza Encuentro por la Ciudad, espacio con el que el presidente Fernández llegó a ser legislador porteño en el 2000.

Francos renunció a su cargo en la Cámara de Diputados de la Nación en el 2000 -luego de que explotara el escándalo por las coimas en el Senado de la Nación– aduciendo “cansancio moral” y como forma de “protesta al sistema político enfermo de la Argentina”, según señala una crónica del diario La Nación de esa fecha.

De esta forma, cerraba una primera etapa de su vida en la función pública para dedicarse a la actividad privada. Tras la crisis de 2001, se incorporó a Corporación América, compañía de Eduardo Eurnekián, donde ocupó distintas posiciones directivas hasta llegar a ser en 2012 el director del holding de empresas que opera en los sectores de aeropuertos, agronegocios, servicios, energía, infraestructura y tecnología. Entre 2000 y 2007, fue presidente de Aeropuertos Argentina 2000.

Su desempeño en Corporación América estuvo interrumpido en 2007 cuando Francos volvió al sector público a pedido del actual embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, quien en ese momento estaba asumiendo la gobernación de la Provincia de Buenos Aires (Frente para la Victoria). Scioli lo nombró presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires.

Fue en esta etapa en la que Francos conoció a Milei: ambos participaron de actividades de la Fundación Acordar, un think tank que colaboró activamente en la campaña presidencial de Scioli en 2015. “Lo conozco mucho, hemos trabajado juntos y lo considero una buena persona”, dijo Francos sobre Milei en una entrevista en La Nación+.

Con la llegada de Mauricio Macri (Cambiemos) a la presidencia de la Nación en 2015, Francos volvió a reincorporarse al Grupo Eurnekián, del que Milei también formó parte, y allí estuvo trabajando hasta que en 2019 el presidente Fernández lo convocó para el BID. 

La gestión de Guillermo Francos como representante del BID

“Yo fui convocado al BID por Gustavo Béliz porque él manejaba los organismos multilaterales de crédito. A mi me convocaron por mi, no por ser de un partido. Y trabajé para la Argentina. No pertenezco ni al PJ ni al kirchnerismo”, respondió Francos durante una entrevista con La Nación+.

Con Francos como representante de la Argentina, el BID otorgó distintos créditos durante el mandato de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía de la Nación, como por ejemplo un paquete de financiamiento por US$ 700 millones para el “Programa de Apoyo a la Mejora de la Gestión Fiscal y la Recuperación Económica”, que apuntaba al fortalecimiento de las reservas, tras la crisis económica desatada luego de la salida de Martín Guzmán de la cartera económica.

En agosto de 2023, tras las PASO, comenzó una nueva etapa en la vida de Francos: esta vez como parte del equipo de Milei.

Tras ocupar primero el cargo de ministro del Interior del actual Gobierno, el 27 de mayo de 2024 fue nombrado jefe de Gabinete de Ministros. “Francos aportará su profesionalismo, experiencia y capacidad política a la Jefatura de Gabinete, luego de ejercer exitosamente el cargo de ministro del Interior, habiendo siendo uno de los artífices de la gesta que llevó a Javier Milei a la presidencia”, destacó el comunicado de la Oficina del Presidente. El anuncio se oficializó el 28 de mayo a través del Decreto 472/2024. Además, a través del Decreto 473/2024 se estableció que Francos conservará la firma como ministro del Interior. 

Cambios drásticos de Gabinete: A Francos sacan todas las empresas públicas y se las dan a Sturzenegger

El futuro ministro quiere intervenir en todas las empresas. A Pettovello le sacan los directores de Anses

Guillermo Francos asumió este martes como jefe de gabinete y ya tuvo su primer golpe cuando se enteró que le sacaran el manejo de todas las empresas públicas que tenía su antecesor, Nicolás Posse.

Quien absorberá las empresas del Estado es Federico Stuzenegger, que será presentado próximamente como nuevo ministro de un área de “desregulación”.

Para que el ascenso de Sturzenegger no lleve la cuenta de ministerios a nueve, Milei eliminó el ministerio del Interior en un hecho sin precedentes, ya que esa cartera estuvo vigente durante 170 años desde que la ocupó Benjamín Gorostiaga en 1854.

Sturzenegger se quedará con la supersecretaría que tenía Mauricio González Botto, que era quien estaba a cargo de las empresas y renunció luego de la salida de Posse.

El redactor del DNU y la ley ómnibus quiere intervenir todas las empresas públicas con el objetivo de llevarlas a la privatización. Además, Sturzenegger quiere puentear a la minsitra de Capital Humano, Sandra Pettovello y colocar a los directores de la Anses. Allí tiene en mira al multimillonario Fondo de Garantía de Sustentabilidad.

De Posse a Francos y un recambio en la crisis

Ha sido desplazado un peculiar ministro coordinador, Nicolás Posse, hombre sin experiencia política y carente de vínculos y táctica de comunicación, aún en el interior del gobierno. Lo reemplaza un funcionario veterano y con antecedentes de actuación partidaria.

Conviene no perder de vista que el contexto es el de una crisis política, que emergió alimentada por el incremento de la conflictividad social. Turbulencias reforzadas por el descaro excesivo en el ataque contra toda forma de solidaridad y organización popular. Actitud corporizada en estos días en la acumulación de comida en depósitos estatales, en medio del hambre de millones.

Desde la cúpula episcopal hasta algunos medios entre los más conservadores se hicieron eco con fuerza de esa situación indefendible, aún no resuelta. Tras la defensa a ultranza del libre mercado, la insensibilidad hacia el padecimiento social. Las paralelas imputaciones de actos de corrupción por parte de organizaciones piqueteras no alcanzan para tapar esa realidad.

Se le sumaron las prolongadas dificultades para arribar a un dictamen de comisiones previo a la discusión en el Senado del proyecto de “ley bases”. Un debate que puede ser sólo el preludio de nuevas modificaciones en el recinto. Y el consiguiente regreso a la cámara de origen. Más demoras.

¿Una visión más amplia?

Con el nombramiento de Guillermo Francos como jefe de gabinete el elenco de gobierno pareciera inclinarse a una posición de mayor construcción política. Menos tendiente a reducir la gestión cotidiana a un lineamiento único y excluyente: La identidad, que no se halla en discusión, con la libertad de mercado y los intereses de la gran empresa confundida con una acelerada carrera por otorgar beneficios inmediatos al gran capital.

Antonio Gramsci enseñaba que una clase dominante, para poder erigirse en “dirigente” no debía imponer sus intereses hasta el límite de lo que llamaba lo “económico-corporativo”. El factor morigerador se encuentra en las relaciones sociales de tipo estatal, en sentido amplio. Quizás se abran paso en el gobierno quienes entienden siquiera un poco de esas sutilezas.

El flamante jefe de Gabinete, apenas nombrado, declaró sin falsos pudores: “Para aquellos que dicen que el Presidente no se da cuenta: el Presidente me elige a mí porque se da cuenta que con la política argentina a él se le hace complicada porque no la entiende, porque tiene diferencias, por x motivos y yo tengo una posibilidad mayor de dialogar y ahí viene la propuesta”.

No se le puede reprochar falta de claridad. El presidente tendría la capacidad elemental de percibir ciertos problemas, pero carece de aptitudes básicas para solucionarlos.

Los primeros análisis tras la designación del nuevo ministro coordinador abundaron sobre que posee un recorrido político. Que supo fatigar ámbitos partidarios desde los primeros años de la década de 1970, en apoyo a la coalición encabezada por Francisco Manrique. Alianza conservadora en tiempos de amplia radicalización.

Años después tuvo un conspicuo paso por Acción por la República, el partido concebido para llevar adelante el proyecto político de Domingo Felipe Cavallo, fallido tras algunos avances. Se le agrega el ejercicio de algunos cargos electivos

Francos ha sido además directivo de grandes empresas, en el seno de la Corporación América, de Eduardo Eurnekian. Y ha emprendido sus propios negocios. Es también un hombre del gran capital.

Además supo ser funcionario en puestos de segunda línea pero gravitantes en la política económica, como presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires durante el gobierno de Daniel Scioli.

Y completa su currículum el roce internacional. Es sabido que fue representante de nuestro país ante el Banco Interamericano de Desarrollo durante el gobierno de Alberto Fernández. Allí se cuecen complejas arquitecturas para proyectos valuados en muchos millones de dólares.

Es evidente que a su rodaje en el quehacer político se le suma un conocimiento del manejo burocrático que escasea de forma aguda en las huestes “libertarias”. Y que supo desenvolverse en diferentes gobiernos sin atender a banderías sectoriales sino a orientaciones permanentes.

El profeta del libre mercado.

El casi simultáneo anuncio de que Federico Sturzenegger ocupará una nueva cartera, aún innominada, parece ir en la dirección opuesta.

 El expresidente del Banco Central es todo lo contrario a un dirigente pragmático y negociador. Nadie más ajeno a virtudes como la llamada “cintura política”. 

El sentido de su actuación previa es unívoco. Desde su juventud como hacedor del “megacanje”, durante la presidencia de Fernando de la Rúa, a cargo de la secretaría de Política Económica. Luego como presidente del BCRA en la gestión presidencial de Mauricio Macri, jugado por entero a favorecer a los grandes negocios. Y a una política monetaria contractiva que favoreció la pérdida de ingresos de los asalariados. Y facilitó el comienzo de un declive económico.

Siempre a favor de ajustes salvajes, pago puntual de la deuda, negocios financieros, y despreocupación por la suerte de la mayoría de la población. Ya en este gobierno fungió como un “ministro sin cartera”, encargado de acercar proyectos de desregulación generalizada, privatizaciones extendidas y rotunda flexibilización laboral.

Esos prospectos de normas han encontrado los ya conocidos obstáculos. Lo que no excluye que la orientación sustancial de los cambios propuestos sigue en pie, pese a las supresiones y modificaciones acercadas por la oposición “amigable”.

Colocarlo con elevadas responsabilidades a cargo de un proceso general de “desregulación” y “transformación del Estado” es una invitación al incremento de conflictos. Acompañados por embates a patada limpia contra cualquier esbozo de consensos más amplios. No en vano criticó la iniciativa del ministro de Economía de poner coto a los aumentos de las prepagas.

Sturzennegger pasará de asesor sin cargo formal a decisor munido de amplias competencias, que podrían incluir una amplia reformulación del aparato estatal.  Y todo indica que seguirá impermeable a cualquier concesión. No es difícil predecir un porvenir de huelgas y confrontaciones en torno a sus iniciativas.

Cambios en el decorado, mismo escenario.

Estos reacomodamientos prueban que el establishment dista de dar por perdida a la actual gestión. Medidas drásticas como la colonización total del gabinete por los partidarios de Mauricio Macri o, más aún, el desplazamiento del jefe de Estado y su reemplazo por Victoria Villarruel, no parecen entrar en el orden del día.

No cabe descartarlas de una agenda de alternativas a futuro. Hoy no son casuales las manifestaciones de apoyo, incluso entusiastas, de representantes del gran capital local y trasnacional a favor del actual presidente. O los significativos silencios, incluso ante perjuicios corporativos inmediatos, como el de la Unión Industrial Argentina (UIA).

Lo que sí puede abrirse paso es la conciencia activa de que hacer la política del gran capital no puede reducirse a frecuentes viajes a EE.UU. Tan luego si éstos tienen como objetivo abrazarse con grandes magnates del mundo digital o CEOs de las grandes compañías que protagonizan la llamada “cuarta revolución industrial”. Y allí se quedan.

Puede ahora regresar la noción de que el aparato del Estado, siquiera sea como “mal necesario” juega un rol ineludible. Por ejemplo, en los equilibrios relativos entre distintos sectores del empresariado local e internacional. Y en los movimientos necesarios para no arrojarse de cabeza en piscinas secas.

El advenimiento de Sturzenegger no apunta hacia esas consideraciones. Es probable que los exponentes de la vilipendiada “casta” que hoy escalan en el elenco de gobierno confíen en “domar” a un académico al que le falta “calle”. Y sólo entiende de intransigencias en posiciones en apariencia inamovibles.

Mirados desde “abajo” estos cambios no alteran nada sustancial. Más allá de matices; sindicatos, movimientos sociales y otras organizaciones populares seguirán en un horizonte de luchas. Poco proclives a compases de espera o interminables negociaciones que culminen en la aceptación de crecientes pérdidas.

El ex senador nacional, Eduardo Menem, habló esta mañana con CNN Radio, en relación a la designación de Guillermo Francos como nuevo Jefe de Gabinete de la Nación: “Es un cambio positivo, no cabe duda que Francos es un hombre que conoce el tema y tiene contactos con el Parlamento”.

“Francos tiene la experiencia suficiente, es dialoguista, es conocido en las cámaras y fue empujando para que salga la ley”, destacó Menem en CNN Primera Mañana, con la conducción de Pepe Gil Vidal.

En cambio, sobre el funcionario saliente, Nicolás Posse, sentenció: “Posse no era para ese cargo porque pasaba prácticamente desapercibido, nunca le escuché la voz y su desempeño no estuvo a la altura de lo que era un Jefe de Gabinete”.

“Conozco alguien que sabe de números y nos puede ayudar: se llama Javier Milei”, dijo Guillermo Francos, con su atribulado socio, el dirigente mendocino Carlos Balter, del otro lado del teléfono.

De ese modo, y hace poco menos de quince años, Francos buscaba resolver junto a Balter la venta de un emprendimiento comercial (la fabricación de tapones sintéticos para vinos), que no había dado los resultados esperados. Francos conocía a Milei del trabajo compartido en la Corporación América y los unía una relación de confianza.

Una opinión sobre “El importante rol de Guillermo Francos en su nuevo cargo – Un pasado, un presente de …

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