El voto de Alemania es de gran peso, no solo por tener el máximo número de escaños en la Eurocámara, 96, ya que es el país más poblado del bloque comunitario, sino también por la figura de la presidenta de la Comisión Europea
Las urnas alemanas lanzaron a la cabeza de lista de los populares europeos, Ursula von der Leyen, hacia su reelección como presidenta de la Comisión Europea (CE) y dieron un espaldarazo a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que se coloca en segunda posición. El bloque conservador de Von der Leyen logró el 29% de los votos, según las proyecciones a pie de urna de la televisión pública ZDF, y prácticamente dobló en votos a su perseguidora, la AfD con un 16,5%. A los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz se les reservó el tercer puesto, con un 14%, mientras que sus socios Verdes cayeron al 12%. La novedad del tablero alemán es la incorporación del populismo izquierdista y prorruso de Sahra Wagenknecht, que de la nada pasa al 5,5% en su estreno en unas elecciones. Arrincona así a la Izquierda clásica, el partido del que se escindió, que quedó en un 2,8%. Alice Weidel, líder de la AfD, destacó que su partido no solo es ya segunda fuerza a escala nacional, sino también primero en el este del país.
«Instamos al gobierno de Olaf Scholz a corregir su rumbo, está claro que no puede seguir así. Es la última advertencia de las urnas», afirmó Friedrich Merz, el líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de von der Leyen, mientras ésta, desde Bruselas, expresaba su satisfacción por los resultados en Alemania. La coalición de Scholz entre socialdemócratas, verdes y liberales ha salido duramente vapuleada. Especialmente duro es el golpe para los ecologistas, que en 2019 quedaron en segundo lugar y ahora cayeron ocho puntos.
El voto de Alemania es de gran peso, no solo por tener el máximo número de escaños en la Eurocámara, 96, sino también por la figura de von der Leyen. La cabeza de lista de los populares europeos y aspirante a repetir como presidenta de la CE ha mantenido una posición ambivalente respecto a la ultraderechista italiana Giorgia Meloni, cuyo apoyo no descarta. Pero rechaza con vehemencia a la francesa Marine Le Pen y al resto de formaciones ultraderechistas del grupo Identidad y Democracia (ID), entre ellos el del neerlandés Geert Wilders. Más tajante aún es su línea de cortafuegos con la AfD, formación aislada tanto en Alemania como por la familia extremista europeísta, ya que ha quedado excluida de ID debido a su radicalismo.
Austria y en Países Bajos
En Países Bajos, el Partido de la Libertad (PVV) de Wilders se disparó y quedó prácticamente empatado con el bloque izquierdista-verde que lidera Frans Timmermans, exvicepresidente de la CE. Los neerlandeses votaron el jueves y, según los sondeos a pie de urna, el partido de Wilders obtuvo 7 escaños, uno menos que la alianza de Timmermans. No ha logrado su objetivo de ser primera fuerza, como sí consiguió en las legislativas celebradas el pasado noviembre. Pero se ha lanzado del único escaño que hasta ahora teníaa en la Eurocámara a esos siete.
En Austria, las primera proyecciones apuntan en cambio a una clara victoria del ultranacionalista FPÖ, con un 27% de los votos y muy por delante de los socialdemócratas y los conservadores, ambos sobre el 23%. Los comicios europeos tienen en Austria un carácter de barómetro de cara a las legislativas de septiembre y en las que asimismo parte como favorita la extrema derecha.