Fueled by long-standing enmities between Catholics and Protestants over British rule, the conflict pitted neighbors against neighbors in acts of guerrilla warfare.
Impulsado por las antiguas enemistades entre católicos y protestantes por el dominio británico, el conflicto enfrentó a vecinos contra vecinos en actos de guerra de guerrillas.
The Troubles es un eufemismo para referirse al violento conflicto que durante 30 años se cobró miles de vidas en Irlanda del Norte. En esta imagen, una multitud silenciosa bordea el camino hacia el cementerio de Derry donde fueron enterrados los 13 manifestantes que murieron en un incidente especialmente brutal conocido como Domingo Sangriento.
Olivia O’Hagan intentó mantenerse al margen de la política. Pero los disturbios de Irlanda del Norte tenían una forma de llegar a su puerta. Primero secuestraron y dispararon a su hermana. Luego su padre fue tiroteado por comprar una propiedad a un protestante. La gente que la rodeaba estaba paranoica por la posibilidad de ser acosada por los paramilitares o morir en ataques aleatorios, y O’Hagan se había acostumbrado a una vida de miedo.
«No sabías en quién confiar», recordó en una historia de 2013. «Te guardabas para ti mismo. No te enfadabas cada vez que oías hablar de todos los muertos a tiros. Sólo pensabas: ‘¿Cuándo va a terminar esto?».
Tenía buenas razones para preguntárselo. Los llamados Troubles (término que significa «problemas» y que fue utilizado durante mucho tiempo como eufemismo para referirse al conflicto violento norirlandés) fueron décadas de disturbios y enfrentamientos sangrientos entre protestantes pro-británicos y católicos que aspiraban a la independencia nacional que se libraron en las puertas de gente como O’Hagan. Arraigados en un legado de colonialismo, conflicto religioso e incertidumbre política, los Troubles tardarían 30 años, y miles de vidas, en desaparecer.
Agentes de policía de la Royal Ulster Constabulary enfrentándose a los residentes durante la Batalla del Bogside en Derry. El conflicto (que comenzó el 12 de agosto de 1969 y terminó el 15 de agosto con la llegada de las tropas del ejército británico) fue uno de los primeros incidentes importantes de los disturbios.
Por qué se enfrentaron protestantes y católicos en Irlanda del Norte
Los disturbios surgieron a raíz de antiguos agravios entre católicos y protestantes, que mantenían opiniones profundamente opuestas sobre la relación de Irlanda del Norte con Gran Bretaña. Una corta distancia y una larga historia compartida unieron a las dos naciones, sentando las bases del conflicto.
En sus primeros días, Irlanda fue el hogar de múltiples oleadas de conquistadores, como los celtas, los vikingos y los anglosajones. Pero a partir de 1541, Irlanda pasó a ser gobernada por la corona británica y los inmigrantes ingleses no tardaron en asentarse en la región norte del país. Bajo el dominio británico, los irlandeses, en su mayoría católicos, vieron confiscadas sus tierras, las cuáles fueron entregadas a los colonos, en su mayoría protestantes.
La animosidad entre católicos y protestantes continuó, exacerbada por el uso que Gran Bretaña hacía de la isla como una colonia a explotar. Con el tiempo, creció un movimiento nacionalista irlandés y, tras décadas de brutales luchas, Gran Bretaña dividió el país en 1921. Al sur, la Irlanda mayoritariamente católica obtuvo su independencia, e Irlanda del Norte, anunciada como «un estado protestante para gente protestante», siguió formando parte del Reino Unido.
Pero no todos los norirlandeses querían estar asociados al Reino Unido, y la nación recién creada se vio envuelta en violencia sectaria desde el principio. Los católicos, gobernados por funcionarios protestantes que los discriminaban y aplicaban las leyes de forma desigual, presionaron para conseguir la igualdad de trato y la independencia política.
Soldados y civiles en Irlanda del Norte el 16 de agosto de 1969, el día después de que las tropas británicas pusieran fin a la Batalla del Bogside, un conflicto que intensificó los Problemas y llevó a Irlanda del Norte a un estado de guerra de guerrillas.
Durante la década de 1960, empezaron a tomar ejemplo del movimiento de derechos civiles estadounidense con protestas pacíficas que, al igual que las de Estados Unidos, fueron respondidas con brutalidad. En una protesta de octubre de 1968 en Londonderry, también conocida como Derry, donde la clase trabajadora católica luchaba contra la vivienda de mala calidad, el desempleo y la persistente discriminación, la policía reprimió y golpeó a los manifestantes. Los Troubles habían comenzado.
Batallas callejeras y guerra de guerrillas
Los nacionalistas católicos no tardaron en redoblar sus esfuerzos, y en enero de 1969 organizaron una marcha desde Belfast hasta Derry que reflejaba la marcha de Martin Luther King, Jr. hacia Selma en EE.UU. Multitudes de loyalist (como se denominaba a los protestantes leales al Reino Unido) atacaron a los manifestantes durante toda la protesta y les tendieron una emboscada el último día en el puente de Burntollet, a las afueras de Derry. La policía protestante no hizo nada para detener a los loyalist a pesar de que utilizaron palos, piedras y otras armas. Como respuesta, se produjeron disturbios en todo Derry.
Pronto los problemas se intensificaron. Tanto los loyalist como los nacionalistas se manifestaron y se pelearon. En un incidente de agosto de 1969, ahora conocido como la Batalla del Bogside, una marcha protestante de Belfast a Derry fue recibida con protestas y barricadas. Los nacionalistas católicos locales atacaron a los probritánicos con cócteles molotov y piedras. Los disturbios, que duraron varios días, sólo se calmaron cuando las tropas británicas se desplegaron en Derry.
Pronto, los nacionalistas de línea dura se organizaron en un grupo paramilitar conocido como el Ejército Republicano Irlandés (IRA). Su objetivo: obligar a Reino Unido a retirarse de Irlanda del Norte utilizando cualquier medio necesario, incluyendo la violencia, el terrorismo y las tácticas de guerrilla. Su brazo político, el Sinn Féin, se dedicaba a conseguir los mismos objetivos por la vía política.
Izquierda:
Una multitud se reúne detrás de una barricada de alambre de espino colocada por el ejército británico tras la batalla del Bogside, en Derry, Irlanda del Norte, a finales del verano de 1969.
Derecha:
Nacionalistas católicos (que deseaban la independencia de Irlanda del Norte de Gran Bretaña) se manifiestan sobre barricadas del ejército británico en Belfast el 10 de septiembre de 1969.
En 1971, en respuesta al aumento de la violencia, el gobierno de Irlanda del Norte instituyó una política de internamiento sin juicio y arrestó a cientos de miembros del IRA y sospechosos de ser nacionalistas.
Domingo sangriento (Bloody Sunday)
A medida que la situación se deterioraba, las fuerzas policiales del país se esforzaban por mantener el orden. Entonces, el 30 de enero de 1972, los Troubles tomaron un giro aún más oscuro cuando 15 000 manifestantes nacionalistas salieron a las calles de Derry desafiando la prohibición de las marchas.
Los manifestantes se enfrentaron al Ejército británico y a los contramanifestantes protestantes, hasta que 21 soldados dispararon contra la multitud, matando a 13 hombres e hiriendo a otros. Fue una escalada violenta que aumentó el apoyo popular al IRA y representó la voluntad de Londres de silenciar a los nacionalistas por cualquier medio.
Conocido ahora como el Domingo Sangriento, el incidente inflamó aún más el sentimiento antibritánico y antiprotestante. Un tribunal celebrado en aquel momento absolvió tanto a los soldados como al Ejército británico, pero una investigación más reciente ha revelado que los civiles fueron disparados sin previo aviso y que no estaban haciendo nada amenazador.
Unos hombres caminan junto a un muro que separa los barrios católicos y protestantes de Belfast. Estos llamados muros de la paz se erigieron para proteger a los residentes de actos de destrucción y violencia aleatorios. En Belfast, hasta 15 000 personas fueron desplazadas en la primera década de los disturbios.
FOTOGRAFÍA DE JEAN-LOUIS, GETTY IMAGES
Las consecuencias del Domingo Sangriento fueron un caos generalizado en las calles de Irlanda del Norte y una ruptura en el ámbito parlamentario de la nación. El Reino Unido había dudado sobre cómo intervenir, pero en marzo de 1972 actuó. El primer ministro de Irlanda del Norte suspendió el parlamento y Gran Bretaña instituyó el gobierno directo.
Un largo camino hacia la paz
Los primeros pasos hacia la paz comenzaron en 1973, cuando Reino Unido, la República de Irlanda y diversas facciones políticas norirlandesas elaboraron el Acuerdo de Sunningdale. El acuerdo creó un marco de reparto de poder entre loyalist y nacionalistas dentro del gobierno norirlandés e instituyó un Consejo de Irlanda con representantes de ambas naciones. Pero el acuerdo fracasó después de que un grupo de loyalists, indignados por lo que consideraban una invitación a la República de Irlanda a interferir en los asuntos norirlandeses, celebraran una huelga general que supuso el cierre del país.
Tras el fracaso del Acuerdo de Sunningdale, se reanudó la actividad terrorista y antiterrorista, con atentados, luchas callejeras y otros actos de violencia que estallaban regularmente. La carnicería llegó incluso a la familia real; en 1979, miembros del IRA volaron el barco de Lord Louis Mountbatten, primo segundo de la reina Isabel y tío del su marido, Felipe de Edimburgo, asesinándolo y matando a uno de sus hijos y a otro pasajero.
Como muestran estas imágenes de 2019, muchos de los muros de la paz de Belfast siguen en pie hoy en día, un símbolo de una comunidad que sigue segregada y que aún lidia con la continua tensión entre los barrios católicos y protestantes.
Izquierda:
La policía retira a un manifestante católico de las murallas de la ciudad de Derry antes del comienzo de un desfile dirigido por los protestantes el 12 de agosto de 1995. El desfile marca el final del asedio de Derry, una temprana batalla entre católicos y protestantes que tuvo lugar en agosto de 1689.
Derecha:
La policía se enfrenta a los nacionalistas en el norte de Belfast el 9 de agosto de 2015, tras detener un desfile anual contra el internamiento. La marcha anual se organiza para conmemorar la introducción del internamiento sin juicio durante el punto álgido de los disturbios en agosto de 1971.
Tras un atentado del IRA en un hotel en 1985, que pretendía asesinar a dirigentes británicos, Reino Unido y la República de Irlanda firmaron el Acuerdo Angloirlandés, que otorgaba a la República de Irlanda un papel en los asuntos norirlandeses. El acuerdo mejoró las relaciones entre los países y abrió un camino hacia la reunificación irlandesa. Pero en Irlanda del Norte, tanto los nacionalistas como los protestantes no vieron con buenos ojos el acuerdo y la violencia aumentó.
Se siguió avanzando en la mesa de negociaciones, aunque la violencia continuada amenazaba con hacerla fracasar. En 1993, el primer ministro británico John Major emitió una declaración que sentaba las bases para las conversaciones de paz, y el IRA y otros grupos paramilitares declararon un alto el fuego al año siguiente. Pero el alto el fuego se vino abajo a mediados de la década de 1990, cuando el gobierno británico dijo al IRA que debía desarmarse completamente antes de unirse al proceso de paz. En respuesta, el IRA detonó un enorme camión bomba en un astillero de Londres, hiriendo a un centenar de personas.
El Acuerdo de Viernes Santo
Tras la conmoción del atentado, el gobierno británico retiró su exigencia y permitió al IRA participar en el proceso de paz. El IRA restableció su alto el fuego en 1997, lo que marcaría el fin oficial de la violencia mientras todas las partes negociaban en serio.
El caos se desata en medio de la Batalla del Bogside en Derry, que dejó casas y negocios destruidos y fomentó los disturbios en todo el país.
FOTOGRAFÍA DE CHRISTINE SPENGLER, SYGMA/ GETTY IMAGES
Finalmente, el 10 de abril de 1998, Reino Unido, la República de Irlanda y la mayoría de los partidos políticos norirlandeses firmaron el Acuerdo de Viernes Santo, que establecía un sistema de gobierno compartido y convertía a Irlanda del Norte en un estado descentralizado que, aunque formaba parte del Reino Unido, tendría su propio poder legislativo y ejecutivo. Del acuerdo surgió algo más: un referéndum totalmente irlandés que los votantes tanto de Irlanda del Norte como de la República de Irlanda acabaron aprobando.
Aunque los Troubles terminaron oficialmente cuando se alcanzó el Acuerdo de Viernes Santo, los problemas políticos de Irlanda del Norte estaban lejos de terminar. En 2002, Gran Bretaña suspendió la Asamblea de poder compartido de Irlanda del Norte en respuesta a la reanudación de la violencia y la agitación política. Sólo en 2007 volvió el gobierno descentralizado.
El legado de los disturbios
En la actualidad, el IRA se ha desarmado y el reparto de poderes continúa en Irlanda del Norte. Pero el brutal conflicto sigue resonando allí. Casi 4000 personas murieron y más de 47 000 resultaron heridas a lo largo de los 30 años de lucha, la mayoría de ellas jóvenes.
Nacionalistas y lealistas se enfrentan en el muro de la paz que divide a las dos comunidades en Belfast el 7 de abril de 2021. La violencia estalló tras una protesta lealista frente a las puertas de la línea de paz. Los jóvenes atacaron a los agentes de policía y lanzaron una bomba de gasolina contra un autobús.
La historia del conflicto también se sigue escribiendo. Por ejemplo, un proyecto de 2019 reveló las confesiones de paramilitares de ambos bandos, lo que llevó a una prolongada batalla legal. Muchos autores nunca fueron llevados ante la justicia, y se cree que 16 personas fueron secuestradas, asesinadas y enterradas en lugares no revelados por los nacionalistas durante el conflicto.
El Acuerdo del Viernes Santo fue histórico. Pero muchas de las personas cuyas vidas se vieron alteradas por la violencia y el dolor de los disturbios siguen vivas y lidiando con el espantoso legado del conflicto. «No se puede cambiar de la noche a la mañana», recuerda O’Hagan. «De vez en cuando, cada vez que se recuerda el asunto, te dices a ti mismo: ‘¿Sabes qué? Realmente no hace tanto tiempo'».
The Story Behind The Troubles (AKA The Northern Ireland Conflict)
Northern Ireland has unique arrangements due to Brexit, which set it apart from the rest of the UK. Let me highlight a few key differences:
- Citizens’ Rights:
- People born in Northern Ireland have the right to both Irish and British citizenship.
- Those who choose Irish citizenship retain their EU citizenship, allowing them freedom of movement within the EU. They can live, work, and study in an EU country without a visa or time limit1.
- Studying Opportunities:
- While the UK is no longer part of the EU’s Erasmus student exchange scheme, Northern Ireland’s universities can still participate in Erasmus through funding and assistance from the Irish government. This commitment ensures continued cooperation in higher education1.
- Trade:
- Businesses in Northern Ireland benefit from effectively remaining within the EU’s single market for goods. They avoid new non-tariff trade barriers faced by businesses in Great Britain1.
In summary, Northern Ireland’s unique status provides certain advantages related to citizenship, education, and trade. 🌍🇪🇺🇬🇧1
The Troubles in Northern Ireland is a complex topic that we’ve tried our best to simplify.
Hundreds of years worth of tension, conflict and political turmoil led to an infamous period in Ireland’s past.
In this guide, you’ll discover what happened in the many years leading to The Troubles, what took place during the turbulent period and what happened in its wake.
Some quick need-to-knows about The Troubles in Northern Ireland
Understanding the Northern Ireland Troubles can be tricky. It’s worth taking 20 seconds to read the points below, first, as it’ll get you up-to-speed on the key points quickly:
1. Two Sides
The Troubles were essentially a political and cultural conflict between two communities in Northern Ireland. On one side was a largely-Protestant Unionist and Loyalist group who wanted Northern Ireland to remain as a part of the United Kingdom. On the other side was a largely-Catholic Irish Nationalist and Republic group who wanted Northern Ireland to no longer be a part of the United Kingdom and join a united Ireland.
2. A 30-year conflict
While there was no official ‘start date’, the conflict roughly lasted a 30-year period from the end of the 1960s until the Good Friday Agreement of 1998. There were incidents on either side of these dates but, in general terms, those 30 years would be the time scale most people would refer to when discussing The Troubles.
3. The Good Friday Agreement
The historic Good Friday Agreement signed in April 1998 was a pivotal moment in the conflict and, to a great extent, signalled the end of the violence of The Troubles. For the first time, the British and Irish governments, along with parties from across the divide, agreed on a new political framework for Northern Ireland. Both sides committed themselves to working together to sustain the peace.
4. A Tragic Legacy
3,532 people lost their lives during The Troubles, with over half of them civilians. Needless to say, the story is one of tragedy and trauma. But Northern Ireland these days is a welcoming place with both communities committed to maintaining peace and learning from the past. However, there are still many differences between Northern Ireland and Ireland.
The story behind the Northern Ireland Troubles
Our intention with the information below is to give you a quick insight into the key moments that led up to the Northern Ireland Troubles.
Please keep in mind that this doesn’t tell the story of the Northern Ireland Conflict in-depth.
The early days of the Northern Ireland Conflict
For a conflict that’s relatively recent, you need to go back over 400 years to see how the situation evolved and eventually escalated into what we have today.
From 1609 onwards, Great Britain under King James I embarked on what became known as the Plantation of Ulster in Ireland’s northernmost province.
The arrival of settlers
Largely Protestant settlers into Ulster from Scotland and northern England were given land taken from the native Irish, bringing with them their own culture and religion, resulting in inevitable wars and conflicts.
Essentially a form of colonisation, it led to centuries of ethnic and sectarian animosity, to which the Troubles can be directly traced.
The partition
Fast forward to the 20th century, and although Ireland finally achieves independence from Great Britain in 1922, the six counties of Northern Ireland decided to stay within the United Kingdom.
While there were occasional incidents of sectarian conflict over the next 40 years, it wasn’t until the 1960s that the situation took a turn for the worse.
The Troubles
The formation of the loyalist paramilitary UVF (Ulster Volunteer Force) in 1965 and the dynamiting of Nelson’s Pillar in Dublin in 1966 were key flashpoints but the Northern Ireland Riots of 1969 are generally seen as the beginning of The Troubles.
From the 12th to the 16th of August 1969, political and sectarian violence erupted throughout Northern Ireland and particularly in the city of Derry, over the discrimination of Catholics in society.
The Battle of the Bogside saw three days of rioting and clashes between the largely Protestant police force and thousands of Catholic nationalist residents.
The clashes saw eight people killed and over 750 injured, but it was only the beginning.
Bloody Sunday
While there were isolated incidents following the August Riots, it wasn’t until 1972 that the situation in Northern Ireland truly descended into a dark place, and the sectarian violence started making headlines beyond Irish shores.
Three years after the Bogside area of Derry had been mired in unrest, it was once again the scene of bloodshed in an incident that became known as Bloody Sunday.
Taking place during a protest march against internment without trial on the afternoon of January 30th, British soldiers shot 26 unarmed civilians, with 14 eventually succumbing to their wounds.
All of those shot and killed were Catholic, while all of the soldiers were from the 1st Battalion, Parachute Regiment, part of the Special Forces Support Group.
Many of the victims were shot while trying to flee from the soldiers, and some were shot while trying to help the wounded. Other protesters were injured by shrapnel, rubber bullets, or batons, and two were run down by British Army vehicles.
Not only was it the worst mass shooting in Northern Irish history, its after-effects were also seismic and helped to shape the next 25 years. Bloody Sunday drove Catholic and Irish nationalist hostility towards the British Army and worsened relations between the communities of Northern Ireland.
Additionally, support for the Provisional Irish Republican Army (IRA) swelled in the aftermath of Bloody Sunday and there was a surge of recruitment into the organisation.
The 1970s in Northern Ireland
Following the actions of the British soldiers on Bloody Sunday, the IRA turned their attention across the Irish Sea and towards the United Kingdom.
The M62 coach bombing in Yorkshire in February 1974 killed 12 people, while the infamous Birmingham pub bombings of November that same year killed 21 (it should be pointed out that the IRA has never officially admitted responsibility for the Birmingham pub bombings, although a former senior officer of the organisation confessed to their involvement in 2014).
More conflict
Between October 1974 and December 1975, the Balcombe Street Gang – a unit of the IRA based in southern England – carried out approximately 40 bomb and gun attacks in and around London, sometimes attacking the same targets twice.
Back in Northern Ireland, the Miami Showband Killings dealt one of the most traumatic blows to hopes of peace anytime soon. One of Ireland’s most popular cabaret bands, their van was ambushed by loyalist gunmen at a bogus military checkpoint on its way home to Dublin on July 31st 1975.
Not only did five people die in the incident, the massacre also dealt a huge blow to Northern Ireland’s live music scene, which was one of the few areas of life that had brought young Catholics and Protestants together.
While organisations such as Peace People (who won the 1976 Nobel Peace Prize) had tried to bring about change and called for an end to paramilitary violence, the situation was still too volatile.
The decade ended with the assassination of Royal Family member Lord Louis Mountbatten in August 1979 near Classiebawn Castle at the hands of the IRA, an incident that was major news in Britain and a shock for new Prime Minister Margaret Thatcher.
1981 Hunger Strike
It’s likely that if you have any interest in Northern Ireland’s history or politics, you’ll probably have seen Bobby Sands’ smiling face before. Whether on TV, in photographs or as part of the colourful mural on Belfast’s Falls Road, Sands’ image has become iconic and the hunger strike he was a part of brought international media attention during 1981.
It started in 1976 when Britain’s withdrawal of Special Category Status (SCS) for political prisoners reduced them to the same category as normal criminals.
It was an attempt by Britain to ‘normalise’ Northern Ireland but political prisoners saw it as a serious threat to the authority which the paramilitary leadership inside the prison had been able to exercise over their own men, as well as being a propaganda blow.
Various protests against this took place, including a blanket protest and a dirty protest, but things escalated when a number of prisoners decided to go on hunger strike during the spring and summer of 1981.
It was clear that the British government were not going to change their stance on political prisoners so one by one at staggered intervals (to garner maximum media attention) 10 republican prisoners went on hunger strike, beginning with Sands on March 1st 1981.
Sands eventually died on May 5th and more than 100,000 people lined the route of his funeral. The strike was called off after 10 prisoners died, though little had changed for the prisoners demands during that time and the British press hailed it as a victory and a triumph for Thatcher.
However, Sands had been elevated to the status of martyr for the republican cause and IRA recruitment saw a significant boost, resulting in a new surge of paramilitary activity.
The 1980s
That new activity saw the IRA once again focusing its attention on the United Kingdom, as Conservative Prime Minister Margaret Thatcher was becoming a figure of hate for the republican cause.
July 1982 saw the IRA bomb military ceremonies in London’s Hyde Park and Regent’s Park, killing four soldiers, seven bandsmen and seven horses. 18 months later, in December 1983, the IRA attacked the famous London department store Harrods using a car bomb, which ended up killing six people.
Perhaps the most high-profile incident of this period came a year later in the British seaside resort town of Brighton in October 1984. With the Conservative Party hosting its annual conference at the Grand Brighton Hotel, IRA member Patrick Magee placed a 100-pound time bomb in the hotel with the hopes of assassinating Thatcher and her cabinet.
Although Thatcher narrowly escaped the blast, when the bomb exploded in the early hours of the morning, it killed five people connected with the party, including Conservative MP Sir Anthony Berry, and injured 34 others.
Various incidents continued to take place towards the end of the 1980s (the Enniskillen Remembrance Day Bombing killed 11 people and actions were condemned on all sides) but this time period also saw the rise to prominence of Sinn Féin, the political wing of the IRA.
As the 1990s dawned, there were talks of an end to the violence as the various political parties in North Ireland held secretive talks. However, nobody knew how long it would take.
Ceasefires and the Peace Process
‘Ceasefire’ was a word bandied about with much frequency during the 1990s in regards to Northern Ireland, whether it was in newspapers or TV news broadcasts. Though violent incidents had taken place throughout the early 1990s on both sides of the conflict, the first ceasefire finally took place in 1994.
On 31 August 1994, the IRA declared a ceasefire with loyalist paramilitaries reciprocating six weeks later. Though they didn’t last, this marked an end to major political violence and arguably paved the way towards a lasting ceasefire.
The IRA attacked Britain again with bombs in London and Manchester in 1996, with Sinn Féin blaming the failure of the ceasefire on the British Government’s refusal to begin all-party negotiations until the IRA decommissioned its weapons.
The IRA eventually reinstated their ceasefire in July 1997, as negotiations for the document that became known as the Good Friday Agreement began.
1998 would be a pivotal year in a peace process that had been building for the best part of a decade.
The Good Friday Agreement
The vast majority of the violence in Northern Ireland, and thus, The Troubles, was brought to an end with the signing of the Good Friday Agreement in April 1998.
Agreed and signed by British Prime Minister Tony Blair, Irish Taoiseach Bertie Ahern, British Secretary of State for Northern Ireland Mo Mowlam and Irish Minister for Foreign Affairs David Andrews, it was a pivotal moment in Northern Irish history.
At its heart was the status of Northern Ireland itself.
The Good Friday Agreement acknowledged that while the majority of the people of Northern Ireland wished to remain a part of the United Kingdom, a substantial section of the people of Northern Ireland, and the majority of the people on the island of Ireland, wished to one day bring about a united Ireland.
And essentially, Northern Ireland would remain part of the United Kingdom until a majority of the people both of Northern Ireland and of the Republic of Ireland, wished otherwise. Should that happen, then the British and Irish governments are under a ‘binding obligation’ to implement that choice.
It also put into process plans to open up and demilitarise the border with the Republic of Ireland, as well as the decommissioning of weapons held by paramilitary groups.
Since the implementation of the Good Friday Agreement, there have been sporadic moments of unrest, but ultimately it put an end to the long 30 years of The Troubles.
FAQs about the Northern Ireland Conflict
We’ve had a lot of questions over the years asking about everything from ‘What happened during the Northern Ireland Conflict?’ to ‘How did The Troubles end?’.
In the section below, we’ve popped in the most FAQs that we’ve received. If you have a question that we haven’t tackled, ask away in the comments section below.
What was the main cause of the Troubles?
The Troubles were essentially a political and cultural conflict between two communities in Northern Ireland. On one side was a largely-Protestant Unionist and Loyalist group. On the other side was a largely-Catholic Irish Nationalist and Republic group.
When did the Northern Ireland Troubles start and end?
While there was no official ‘start date’, the conflict roughly lasted a 30-year period from the end of the 1960s until the Good Friday Agreement of 1998. There were incidents on either side of these dates but, in general terms, those 30 years would be the time scale most people would refer to when discussing The Troubles.