Aunque los últimos sondeos indican que no habrá cambios drásticos en el Parlamento Europeo, los partidos de derecha y extrema derecha ganan impulso, incluso es probable que inclinen la balanza. Los resultados de las elecciones podrían tener implicaciones para el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur.
Articulo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.
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Pasó un cuarto de siglo desde que se iniciaron en 1999 las negociaciones que prometían establecer la mayor zona comercial del mundo entre la Unión Europea y el Mercosur. A pesar de que en 2019 se llegó a un acuerdo de principio entre ambos bloques, aún no entró en vigor. Su aplicación sigue siendo difícil, obstaculizada por las objeciones de varias partes implicadas.
El Parlamento Europeo, en su resolución del 7 de octubre de 2020, subrayó que “el acuerdo UE-Mercosur no puede ratificarse en su estado actual“. Sin embargo, cualquier posible acuerdo con el Mercosur requiere de la aprobación tanto del Consejo de la UE como del Parlamento Europeo. Se hicieron esfuerzos para ratificar el acuerdo antes de las elecciones de junio, reconociendo las posibles complicaciones que podrían surgir. En particular, la Presidencia española del Consejo dio prioridad al acuerdo en su agenda y presionó para que avanzara. Aunque sin mucho éxito. Los proponentes temen que las próximas elecciones de junio puedan complicar la alianza, que parece encontrarse en un punto muerto.
Renovación de bancada
Según una encuesta del 24 de mayo de 2024, las próximas elecciones europeas verán un aumento de los partidos de extrema derecha en el Parlamento de la UE. Estos partidos, que se presentan con una plataforma nacionalista y antiglobalista, podrían utilizar su peso político para obstaculizar el acuerdo.
Cabe destacar que la oposición se manifiesta no solo a través de los partidos de la derecha y extrema derecha, pero también de los partidos verdes y de la izquierda. Su rechazo expresa la preocupación de que la alianza acuerdo cause mayor destrucción al medio ambiente y vulnere los derechos laborales. Por lo tanto, el panorama político actual en el Parlamento refleja un equilibrio considerable entre partidarios y detractores del acuerdo. Se prevé que el aumento de los partidos de extrema derecha amplíe aún más el número de opositores al acuerdo en el Parlamento.
La extrema derecha y el sector agrícola
Los partidos de extrema derecha de la Unión Europea se unen en los grupos de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) e Identidad y Democracia (ID). Además, existen otros partidos de extrema derecha que no pertenecen a ningún grupo político específico, como Fidesz, del primer ministro húngaro Viktor Orbán, y la AfD, que recientemente fue suspendida del ID. Aunque estos partidos tienen mucho en común, no son necesariamente grupos homogéneos. Representan posiciones políticas de muchos Estados miembros diferentes y sus programas políticos varían. No obstante, están unidos por una retórica nacionalista, euroescéptica y antiglobalista. Encontraron un terreno político común durante las protestas de los agricultores que sucedieron en toda Europa a principios de 2024. Se manifestaron contra los bajos precios de los alimentos, la normativa medioambiental y el comercio de productos agrícolas con países externos, como Ucrania y los países miembros del Mercosur.
El sector agrícola teme que una liberalización del comercio con Mercosur abra el mercado a productos agrícolas sudamericanos más baratos. En particular, la carne vacuna. Sobre todo los agricultores franceses e irlandeses temen no poder competir. Tras las protestas, la política agrícola pasó a ocupar un lugar prioritario en la agenda y los actores de la derecha supieron capitalizar la creciente frustración del sector. Por lo tanto, una alta proporción electoral de los partidos de derecha y extrema derecha podría poner en peligro el acuerdo, ya que su aprobación en el Parlamento Europeo sería menos probable.
¿Por qué importa?
Los procedimientos legislativos en la Unión Europea son complejos y incluyen diversos órganos. Así, el Parlamento Europeo es solo uno de los patos que tienen que estar en fila. Sin la aprobación del Consejo de la Unión Europea, el acuerdo con Mercosur no se materializará.
La iniciativa está obstaculizada ya que los gobiernos de Francia, Irlanda, Austria y los Países Bajos expresaron su falta de voluntad para aceptarla en sus términos actuales. Además de las presiones internas de la industria agrícola, también se debe a presiones políticas. Por lo que, tanto la aprobación por parte del Parlamento Europeo como del Consejo son necesarias.
Además, el resultado de las elecciones podría complicar la formación de una nueva Comisión Europea. La presidenta Von Der Leyen expresó su disposición de colaborar con el grupo ECR para asegurar su reelección. El ECR está compuesto por partidos de derecha y extrema derecha, como Fratelli d’Italia en Italia, VOX en España y PiS en Polonia. Si una nueva comisión incluye a estos partidos nacionalistas, que han respaldado enérgicamente las protestas de los agricultores, las posibilidades de llegar a un acuerdo rápido con Mercosur se verían reducidas.
Aunque algunos proponentes se esperan un nuevo impulso después de las elecciones, por lo que parece ahora, el resultado de las elecciones disminuirá la probabilidad de una ratificación exitosa en un futuro próximo.
Mercosur y EFTA acuerdan tratado de libre comercio; gran poder adquisitivo y exportador de inversiones
Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por su sigla en inglés) llegaron a un acuerdo para un tratado de Libre Comercio, tras la IX Ronda de Negociaciones que se llevó a cabo en Ginebra. La firma del nuevo entendimiento es consecuencia del impulso que generó el entendimiento que se firmó con la Unión Europea.
Los países que integran la zona de libre comercio de EFTA son Islandia, Noruega y la unión aduanera conformada por Suiza y Liechtenstein. A diferencia de la UE, en la que un tratado de este tipo requiere de una aprobación del Parlamento comunitario, con EFTA deberán aprobar los cuatro legislativos de los socios europeos y los cuatro congresos sudamericanos.
Por la Argentina el negociador fue el subsecretario de Mercosur y Negociaciones Económicas Internacionales, Victorio Carpintieri. Se trató de una negociación que demandó muchos menos tiempo que con la UE, que demandó 20 años. En este caso, empezaron en junio del 2017.
En términos de política interna, se trata de otro logro de la gestión de política internacional del gobierno de Mauricio Macri que en el actual contexto económico, y tras haber logrado un resultado negativo en las elecciones primarias, tiene para mostrar otro objetivo de los que se impuso en materia de negociaciones internacionales.
El EFTA tiene acuerdos de libre comercio con 35 países, entre ellos México, Chile, Canadá, Colombia, Costa Rica, y Ecuador.
Los socios del bloque configuran un mercado de unos 14 millones de habitantes de alto poder adquisitivo. También el bloque se caracteriza por ser exportador de inversiones.
”Este acuerdo con la EFTA facilitará exportaciones a un mercado de altísimo poder adquisitivo de unos 14 millones de habitantes, donde el PBI per cápita de las cuatro naciones figura entre los más elevados del mundo”, dijo el canciller argentino Jorge Faurie.
El acuerdo firmado contempla 13 capítulos. En la anterior reunión en Buenos Aires en mayo, habían quedado cerrado 7 de los capítulos. Las exportaciones del Mercosur al pequeño bloque comercial europeo superan los US$ 3.000 millones.
Según explicó la cancillería argentina, El tratado cubre temas tanto arancelarios como otros propios del comercio en el siglo XXI. Se incluyen cuestiones de naturaleza regulatoria, servicios, inversiones, compras gubernamentales, facilitación del comercio y cooperación aduanera, obstáculos técnicos al comercio, medidas sanitarias y fitosanitarias, desarrollo sostenible, competencia, defensa comercial y propiedad intelectual.
El eje de la negociación estuvo no sólo enfocado en lograr la apertura de mercado para nuestra oferta exportable, sino también en atraer inversiones en sectores clave como minería, manufacturas y energía.
Este acuerdo genera oportunidades de exportación para todos los sectores productivos, en especial, para las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMes). Aproximadamente el 99% de nuestras ventas a los países del EFTA está alcanzado en las ofertas: se abren nuevos destinos para carnes bovinas y aviares, vinos, maíz, miel, aceites vegetales y frutas frescas (desatándose cítricos, arándanos, frutillas) entre otros productos típicos de las economías regionales.
Se eliminarán los aranceles para el 100% de las exportaciones industriales del Mercosur, lo que significa una oportunidad clara para diversificar y aumentar exportaciones de alto valor agregado.
Se alarga el tiempo muerto para el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea por la incertidumbre política en Francia
El cachetazo que representaron las elecciones europeas para Emmanuel Macron pasa ya a un tercer plano su política externa.
El ya dilatadísimo acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) parece entrar en un paréntesis más extenso del esperado como consecuencia de la crisis política que el propio presidente de Francia, Emmanuel Macron, podría desencadenar tras el anticipo de las elecciones legislativas de ese país por tres años.Informate más
Macron, el gran perdedor de las elecciones europeas del domingo, reaccionó rápidamente al histórico avance de la ultraderecha liderada por Marine Le Pen con una disolución de la Asamblea Nacional y el llamado a elecciones entre el domingo 30 y el 7 de julio.
Motivó la inesperada medida el resultado de los comicios al Parlamento Europeo: el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) logró un 31,37% de los votos, duplicando a la fuerza del presidente francés. «Confío en la capacidad del pueblo francés para tomar la decisión correcta para sí mismo y para las futuras generaciones. Mi única ambición es ser útil a nuestro país, que tanto amo», escribió Macron en X.
El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, con más de 20 años de negociaciones, recorría un camino pedregoso por las nuevas exigencias medioambientales de Francia e ingresó en un punto muerto, este año, con la decisión de no retomar su discusión hasta setiembre cuando la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la UE) tuviera sus nuevas autoridades. Para ello será clave la conformación del nuevo Parlamento Europeo.
Aunque la convocatoria a elecciones anticipadas –estaban previstas para el 2027- no afecta la permanencia de Macron en el poder, ya que por ley completará su legislatura, adentra al gobierno francés a una incertidumbre mayúscula en la que la política internacional extra-europea no será prioridad los próximos meses.
La líder de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, y Jordan Bardella, cabeza de la lista al Parlamento Europeo.
A ello se suma el posible escenario de un poder compartido en Francia. Esto es que el presidente deba liderar un gobierno de otro color político, dependiendo de cómo quede conformada la Asamblea Nacional tras las legislativas. En los últimos 38 años, dos presidentes estuvieron en la misma situación que podría enfrentar Macro: el socialista François Mitterrand (1981-1995) con un gobierno conservador y el conservador Jacques Chirac (1995-2007) con uno del socialista Lionel Jospin.
En caso de que la ultraderecha gane, su candidato a primer ministro será quién logró la histórica victoria del domingo, el eurodiputado Jordan Bardella, de apenas 28 años.
¿Cómo afecta el resultado europeo al trámite del acuerdo Mercosur-UE?
El nuevo plazo para retomar las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea es setiembre, cuando la Comisión Europea tenga nuevas autoridades.
En el camino a ese calendario, los resultados generales de anoche fueron una buena noticia para la actual presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, quien no tendría dificultades para repetir un quinquenio en el cargo, debido a que el avance de la extrema derecha no modificó la mayoría que suman la derecha tradicional, los socialdemócratas y los liberales centristas en el Parlamento Europeo (63%).
No obstante, la decisión está en manos de los liderazgos del bloque y con Francia adentrada en un laberinto de tensión política – a lo que se suma la presión de sus poderosos agricultores- el recorrido del pacto se ha enlodado con más dudas.