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En un acto encabezado por el presidente de la Comisión de Fomento de Cañadón Seco, Jorge Marcelo Soloaga, acompañado por el secretario general de la comuna, Carlos Lisoni y la tesorera comunal Noelia Astoreca, este jueves se realizó el homenaje al creador de la Bandera Argentina, Manuel Belgrano, al cumplirse 204 años de su paso a la inmortalidad.
Previamente se realizó el izamiento del Pabellón Nacional con presencia de autoridades comunales, educativas y de seguridad. La recepción tuvo lugar en el Auditorio Comunal a las 11 horas con la atención del tradicional chocolate y tortas fritas que amenizó el frío de la jornada patriótica en la que se reunieron banderas de ceremonias, autoridades, invitados especiales y vecinos del pueblo. En su discurso, el jefe comunal resaltó que el Día de la Bandera cobra hoy un significado especial por los difíciles acontecimientos que vive la Argentina.
Luego, formuló una reseña de la vida de su creador, poniendo de manifiesto que “por muchos años su figura no estuvo en el panteón sagrado de los próceres en la Argentina. “Vaya paradoja del destino y de la historia, quien lo reconoce y lo pone en su verdadero valor y en su exacta dimensión fue uno de los representantes de la oligarquía y uno de los referentes de la concepción del liberalismo como lo fue Bartolomé Mitre, aquel cipayo y traidor que tuvo la historia nacional”, expresó. “Es que, puntualizó, Belgrano era la antítesis porque estaba en el otro extremo del pensamiento y de la ideología que profesaba Mitre junto con Sarmiento”.
“Fue un verdadero revolucionario del proceso educativo, creando escuelas, invirtiendo de sus propios bolsillos y fue el primer protector de la mujer en el proceso de igualar las mismas condiciones con los hombres”, dijo Soloaga al elogiar parte de los valores humanitarios que caracterizaron al prócer.
Luego puso énfasis en señalar que “fue el primer economista revolucionario que buscaba emancipación. Fue el primero que pensó seriamente en la protección de la producción en la base agrícola ganadera y darle valor agregado, protección de las injerencias extranjeras. El primero que pensó en el proceso de industrialización, con ideas que traía de Europa, para empezar a generar un proceso de desarrollo, de crecimiento, de independencia económica y comercial. Fue el primero que plantó el proceso libertador para ser Patria, no libertario para ser colonia”.
Por tal motivo comparó su noble y pensamiento revolucionaron con lo que sucede en los nuevos tiempos que vive el país citando que es sideralmente distante a “todo economista payasesco que aparece en el escenario nacional y mundial”.
Concretamente, se refirió tanto a quienes “se solazan de pertenecer al pensamiento económico austríaco y otros que pertenecen al pensamiento de la escuela de Chicago y más acá del consenso de Washington porque, en definitiva, lo único que piensan es ver cómo favorecen a los agentes de la finanza extranjera a los que Belgano se oponía”. “Hoy, en esa línea de pensamiento económico revolucionario, nosotros decimos simplemente que tomamos como elemento referencial, conceptual e ideológico de la economía la consigna de ese hombre que creara la Bandera Argentina”.
“Por el tiempo de los tiempos, la de Belgrano es la economía que queremos para nuestra gente, para que no haya ni desnudez ni miseria como él decía, para que no haya pobreza, para que no haya dominio humillante de los poderosos de adentro ni de afuera, para que haya crecimiento, transformación, desarrollo, independencia y libertad”.
“En esta Patria de hoy, nosotros tenemos que juramentarnos que la Argentina deba ser y debe ser el templo de la libertad y la independencia de los pueblos del mundo como ejemplo histórico, y jurar defenderla hasta perder la vida como hicieron los infernales de Güemes, como hicieron los granaderos de San Martín, los héroes de Malvinas, los aviadores de Malvinas, los del crucero Belgrano, los protectores del continente: jurar por esta celeste y blanca de Manuel Belgrano, si es preciso dando la vida por ella, dando la vida por esta patria y por los argentinos que pisan este bendito suelo”, culminó.