Karin Hiebaum de Bauer

“Sólo cuando hemos aceptado, cuando nos perdonamos, perdonamos y logramos dejar ir, estamos preparados para empezar de nuevo”
Cuando el dolor por una ruptura lo invade todo

Cerrar un ciclo emocional es complejo para casi todos las personas. En muchas ocasiones, la mente queda atrapada en un ciclo que, en realidad, ya ha llegado a su fin. El resultado es que no es posible avanzar, ni tampoco disfrutar del presente, porque la mente y la energía están puestas en el pasado. Es importante dejar ir, para evitar sufrimiento y dolor.

Es necesario comprender que el ciclo ha llegado a su fin para poder vivir el momento y dejar de sentir apego por las personas, cosas o experiencias pasadas a las una persona se mantiene atada. Tal y como explica Eduardo Llamazares, coach y autor del libro Mente ¡Déjame vivir!, “la vida genera sufrimiento y dolor, porque el mero hecho de vivirla supone un cambio continuo. Pero sabemos que muchos de esos sufrimientos son inútiles”.

Hay que cerrar ciclos en la vida para empezar nuevas etapas y avanzar

Evolución
La resistencia al cambio es una de las causas que impiden un cambio de ciclo
La resistencia al cambio es una de las causas que impiden un cambio de ciclo. Sin embargo, evolución no es igual a olvido. Pasar página, cerrar un ciclo es compatible con recordar lo vivido, pero no con dolor, sino con agradecimiento o con cariño, asimilando la pérdida como un aprendizaje. Dejando ir.

Para poder cerrar un ciclo emocional, hay pasos que se van sucediendo y que ayudan a avanzar hacia una nueva etapa y a asimilar que lo vivido ya pasó:

  1. Recordar
    Recordar todo lo que ha ocurrido tratando de rescatar recuerdos positivos. Intentar aceptar lo sucedido, sin olvidarlo, porque eso no suele ser una solución. Recordar y asumir es el primer paso para “dejar ir”. Carmen Hernández, doctora en psicología de la Universidad Rovira i Virgili explica que “dejar ir es tan difícil como necesario”. Cuando un ciclo se termina, “el vacío deja un enorme hueco. Y, aunque soltar duele, sostener lo insostenible duele mucho más”.
  2. Perdonarte
    No te exijas tanto, no toda la responsabilidad es tuya. La vida pasa, las cosas suceden. En cualquier caso, si crees que has cometido errores, perdónate. Intenta sentir empatía contigo mismo, al margen de que lo que hayas hecho no sea perfecto. Seguro que también hay aciertos en tu haber. Perdonarte, si lo crees necesario, es importante.
  3. Perdonar
    En ocasiones necesitamos una disculpa y no eso no siempre sucede. Pero, al margen de lo que ocurra, es muy importante tratar de no guardar rencor. Y eso, al margen de lo que hagan los demás, es un trabajo personal. El rencor, el odio, afecta a quien lo sufre. Y tratar de liberarse de él, comprendiendo y perdonando, puede ayudar mucho a superar el ciclo que ya ha terminado.
  4. Dejar ir
    Cuando sucede algo que no queremos o no comprendemos, lo habitual es ofrecer resistencia. Pero eso no servirá de nada y lo que de verdad ayuda es dejar ir. Carmen Hernández explica que “cuesta soltar el resentimiento, el enfado o la rabia que sientes. Soltar duele, pero sostener lo insostenible duele mucho más”. Además, no siempre tenemos respuesta para todo y muchas veces nos preguntamos ¿Por qué? Es probable que lo entendamos más adelante, pasado el tiempo.
  5. Aceptar
    Una vez que nos hemos perdonado, que hemos perdonado, si es el caso, a quien corresponda y que empezamos a dejar ir, toca aceptar que el ciclo terminó. No puedes cambiarlo todo, porque no todo depende de ti. A menudo ayuda dejar de preguntarse “qué hubiera sucedido si…”. Es más útil aceptar que ya pasó, que toca dar por finalizado el ciclo. Aceptar la situación ayuda a superar los sentimientos que nos atan.
  6. Desprenderte
    Una vez aceptada la situación, desprenderse es una parte fundamental de un duelo que cierra el ciclo y da paso a una nueva etapa. Desprenderse es doloroso, pero también liberador. Después de pasar por la negación y la ira, llegarán la negociación, la depresión y la aceptación, aunque el orden de estas etapas puede variar. Sin embargo cuando se cierra una puerta, otras se pueden abrir.

Sólo si te desprendes y logras desapegarte, podrás volar ligero hacia nuevas etapas. Recordando lo vivido y asumiéndolo como parte de tu camino, pero caminando hacia nuevas experiencias. Carmen Hernández asegura que “sólo cuando hemos aceptado la situación y trabajado emociones que nos atan a la anterior situación, cuando nos perdonamos y perdonamos, estamos preparados para empezar de nuevo”.