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La calificación del intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, es una de las peores de Argentina, según un estudio realizado por la firma CB Consultora que mide mensualmente la aceptación o rechazo de las gestiones de jefes comunales en todo el país.
El estudio de opinión se realizó entre los días 3 y 7 de julio, días antes del encuentro de gobernadores con el presidente Javier Milei en Tucumán, acto en el que se firmó el denominado Pacto de Mayo.
Este relevamiento se llevó a cabo en las 24 provincias y se segmentó por gobiernos provinciales y municipios; estudio que marcó que en contra posición, la imagen del santacruceño Claudio Vidal subió un punto con relación al mes pasado en referencia a su gestión al frente el gobierno provincial. (ver nota aparte).

En este contexto el Jefe de la Comuna de la capital de Santa Cruz se encuentra ante penúltimo en el listado que incluye a los calificados como “peores” intendentes.
De acuerdo al resumen del Ranking que está disponible en el sitio oficial de la consultora mencionada los tres Intendentes a nivel federal mejor valorados por sus vecinos este mes son Leandro Stelatto de Posadas (58.2%), seguido por Ulpiano Suárez de Mendoza Capital (58.1%) y Jorge Jofré de Formosa Capital (57.4%).
En contra posición. Los tres jefes comunales con peor imagen en su ciudad actualmente son: Walter Cortés de Bariloche (39.6%) quedando en último lugar, seguido por Walter Vuoto de la ciudad de Ushuaia (40.3%) y Pablo Grasso de Río Gallegos (40.3%).
En tanto que el intendente con mayor crecimiento de imagen positiva en comparación al mes de junio fue Luciano Di Nápoli de Santa Rosa La Pampa (+2.9%), mientras que Mariano Gaido de Neuquén Capital fué quien más cayó (-3%).

Imagen en caída

El dato “duro” de la encuesta da que Grasso tiene un 56,9 por ciento de imagen negativa cayendo en picada; dado que el mes pasado su imagen negativa fue de 41, 9 por ciento y este mes fue de 40,3 por ciento.
El impacto que se mide mes a mes, da como registro un descenso paulatino y constante de la valoración que los vecinos de la capital de Rio Gallegos, tienen de su intendente, ya no solo en las expectativa de su seguido periodo al frente de la comuna sino en base al primer semestre de gobierno.

“Narnia” y la “corrupción”

Usualmente se menciona a “Narnia” como la región imaginaria en donde la fantasía es más poderosa que la realidad y se suele asociar esta metáfora literaria al lugar que habitan los funcionarios o políticos que se creen su propio relato más allá de los datos concretos o el contexto que vive la sociedad.
Y tal vez sea este el caso de Grasso: un dirigente desconectado con el día a día de sus vecinos.
Solo hace falta ver sus declaraciones en medios oficialistas o “militantes” donde el intendente de Río Gallegos pretende mostrar una gestión que en los hechos no existe.
Las contingencias climáticas de los días pasados pusieron esto en evidencia, con la escasa asistencia o preocupación por lo que estaba ocurriendo en los barrios periféricos y las tardías respuestas a los reclamos de quienes sufrieron en carne propia el impacto de la ola polar.
Más allá de esta situación reciente, la continuidad de la gestión municipal – vale mencionar que Grasso fue reelecto- no ha mostrado en seis meses ninguna de las bondades que pregonó en campaña.
Otro detalle es que lejos de mostrar un cambio de rumbo frente a las críticas o los señalamientos que lo colocaban como “sospechoso” de algunos negocios poco claros o directamente turbios; ha persistido en esa línea al punto de conocerse recientemente el escándalo de los terrenos que cedió a una empresa “amiga”.
Al respecto cabe señalar que recientemente se denunció que el Jefe Comunal cedió en forma directa, tierras de la provincia, que tenía asignadas YCRT en el paseo costero de la capital provincial a una sociedad constituida por Andrés Gustavo Mamani y Silvina Valeria Segurondo, ésta última la esposa del Intendente. Algo similar a lo ocurrido el año pasado cuando entregó a una empresa constituida en la provincia de La Rioja un terreno que estaba destinado por ordenanza a la construcción de una plaza que homenajearía a los Veteranos de la Guerra de Malvinas.
Más allá de las sospechas de corrupción y de los cuestionamientos a la discrecionalidad del intendente riogalleguense, lo cierto es que en cada aparición pública no deja de hablar de hechos concretos que en realidad no pasan casi siempre de anuncios, como si aún estaría en campaña.

Imagen negativa

Otra característica de la gestión de Grasso, que fue puesta bajo la lupa y valorada negativamente por los vecinos, según la mencionada encuesta es la constante de responsabilizar a otros (gestión provincial o nacional) por lo que no se hace en su municipio.
Recientemente, el Jefe comunal participó de la asamblea de la Federación Argentina de Municipios, celebrada en la sede de Cerrito 832, Ciudad de Buenos Aires. Según voceros oficiales “en este encuentro crucial para los intereses municipales a nivel nacional, Grasso enfatizó la necesidad urgente de asegurar los fondos coparticipables y subsidios prometidos por el gobierno nacional, subrayando su impacto directo en la mejora de la calidad de vida de los riogalleguenses”.
Ocurre que si hay algo de lo que siempre caracterizo el paso de Grasso por la gestión pública es la falta de transparencia y de información concreta sobre los fondos que administra y los que gasta; con lo cual el discurso volvió a quedar vacío de contenido real para los vecinos.
En definitiva, más allá de los discursos o la propia valoración que el mismo Grasso tenga de su gestión, lo cierto es que los vecinos no creen en el relato y volvieron a colocarlo al fondo de la tabla de los intendentes del país.