Tras el apoyo de Biden a su vice, Kamala Harris, el Partido Demócrata debe alinear filas en torno a una nueva candidatura. Qué puede pasar con los fondos de campaña que ya recibió Biden.
Quedan casi cuatro meses por delante, pero la carrera presidencial en Estados Unidos está siendo de todo menos tranquila. Desde hace semanas las voces críticas que pedían un paso al lado de Joe Biden han ido creciendo, incluso dentro de su propio partido, pero el presidente se resistía a abandonar la candidatura demócrata. Sin embargo, este domingo todo ha cambiado. Biden ha anunciado que se retira y ha dado un nuevo impulso a la campaña electoral, de por sí ya convulsa en los últimos días por el intento de asesinato a Trump.
La Decisión de Biden y el Futuro de Kamala Harris
Biden respaldó a su vicepresidenta Kamala Harris poco después de su anuncio el domingo, aunque el partido demócrata aún no ha dado su apoyo oficial. “El pueblo estadounidense escuchará al Partido Demócrata sobre los próximos pasos y el camino a seguir para el proceso de nominación”, que estará regido por las reglas del partido, dijo el presidente del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison.
Aunque Biden ha respaldado a Harris para que lo reemplace en la candidatura, efectivamente ungiéndola, el partido aún no tiene un candidato oficial.
El presidente dijo en una publicación en X poco después de anunciar su decisión de retirarse de la campaña que ofrecería todo su apoyo y respaldo “para que Kamala sea la nominada del partido este año”.
Si el partido se uniera en torno a ella, los demócratas evitarían una batalla interna y una convención abierta caótica que exponga sus fisuras ideológicas en Chicago el próximo mes.
En un guiño a la posible división sobre el candidato, Biden hizo un llamado a la unidad al respaldar a Harris, diciendo: “Demócratas, es hora de unirnos y vencer a Trump. Hagámoslo”.
El anuncio del presidente estadounidense abre un escenario bastante incierto para el país, ya que nunca un candidato se había retirado en plena campaña. Aunque ya había dudas en torno a su estado de salud y su capacidad para seguir al frente de la Casa Blanca. Nancy Pelosi o el expresidente Obama, ya alzaron la voz con el objetivo de buscar otro candidato. Ahora mismo, es más que probable que esa candidatura la ostente la vicepresidenta Kamala Harris.
Los lapsus y las confusiones del todavía presidente se habían convertido en una constante. La última hace pocos días, durante la clausura de la cumbre de la OTAN en Washington, donde le cedió la palabra al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, pero le llamó Putin.
¿Alguien desafiará a Harris?
Esto sigue siendo incierto, aunque improbable. Se esperaba que la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, y el gobernador de California, Gavin Newsom, ambos en la lista de posibles sucesores de Biden, respalden a Harris, según tres destacados donantes y operativos del Partido Demócrata con conocimiento directo del asunto.
Los donantes demócratas también tendrán influencia. Si comienzan a respaldar a Harris, como ya lo han hecho George Clooney y Alex Soros, los políticos son más propensos a apoyar a la vicepresidenta y mantener el flujo de fondos.
En teoría, Whitmer o Newsom, o alguien más, podrían montar un desafío, pero eso podría desencadenar una guerra civil demócrata que podría hacer más daño que bien al partido.
Si Harris se convierte en la nominada, Whitmer y Newsom serían los principales contendientes para ser su compañero de fórmula.
Las repercusiones en el Partido Demócrata
La decisión de Biden también tiene implicaciones profundas para el Partido Demócrata. El diario El País, en su editorial titulada “El último servicio de Biden”, argumenta que la renuncia de Biden podría ser vista como un último acto de servicio al país, al reconocer que su candidatura podría no ser la mejor opción para enfrentar a un oponente republicano fuerte, como Donald Trump. The New York Times también destacó que la renuncia de Biden aumenta en gran medida la posibilidad de proteger a la nación de los peligros de devolver a Trump a la presidencia.
El Partido Demócrata ahora se encuentra en una encrucijada. Según Antoni Gutiérrez-Rubí, en su análisis “El partido demócrata lanza los dados”, los demócratas deben decidir si apoyan a Kamala Harris como la sucesora natural de Biden o si buscan una figura alternativa que pueda unificar y energizar a la base del partido. Esta decisión no será fácil, ya que Harris no ha logrado consolidarse como la candidata indiscutible dentro del partido.
La estrategia política y el camino hacia las elecciones
La renuncia de Biden también abre un debate sobre la estrategia política del Partido Demócrata. Daniel Innerarity sugiere que la política en Washington se ha vuelto más compleja y calculada. Los demócratas deben navegar un campo minado de intereses y expectativas, equilibrando la necesidad de presentar un frente unido con la realidad de una base electoral diversa y a veces dividida.
La renuncia de Biden podría verse como una jugada estratégica para fortalecer las posibilidades del partido en las elecciones. Sin embargo, también plantea preguntas sobre la dirección futura del partido y la capacidad de Harris para liderar.
La incertidumbre sobre su candidatura y la posibilidad de que surjan otros contendientes pueden cambiar la dinámica electoral de manera significativa.
¿Qué hará Biden ahora?
La decisión de Biden recuerda a cuando Lyndon B. Johnson sorprendió a la nación en marzo de 1968 al retirarse de la carrera presidencial, diciendo que la presidencia no debe ser mancillada por “divisiones partidistas” mientras él se enfocaba en la controvertida guerra de Vietnam.
Aunque se le considerará un pato rengo hasta noviembre, es probable que Biden siga los pasos de Lyndon B. Johnson, enfocándose en su agenda de política exterior, principalmente asegurando un alto el fuego en la guerra entre Israel y Hamas y cimentando el apoyo a Ucrania, además de hacer campaña en nombre de su sucesor.
Por su parte, Trump y su candidato a VP, JD Vance, una vez conocida la renuncia de Biden a la candidatura presidencial, están pidiéndole que también renuncie a la presidencia.
¿Cuáles son las reglas para nombrar un sucesor?
Dado que Biden se ha retirado antes de su nominación formal en la Convención Nacional Demócrata el próximo mes, los mecanismos del partido para elegir a su sucesor permanecen iguales que en cualquier otra elección. Hay 3.937 delegados comprometidos en la DNC, y se necesitan 1.976 para ganar la nominación. Biden tiene el apoyo del 99% de los delegados comprometidos. Ahora que se ha retirado, son libres de votar por el candidato que quieran, aunque es muy probable que sea a quien el partido unifique. “Nuestros delegados están preparados para tomarse en serio su responsabilidad de entregar rápidamente un candidato al pueblo estadounidense”, dijo Harrison.
¿Qué pasa con los fondos de campaña de Biden?
Biden comparte un comité de campaña con Harris, por lo que ella retendría el acceso a sus fondos si se convirtiera en la nominada. El comité recaudó U$S 270 millones en el segundo trimestre. Si alguien que no sea Harris sucede a Biden, su campaña tendría que ofrecer reembolsar el dinero a los donantes, quienes luego podrían usarlo para contribuir a la campaña de un nuevo candidato, según el Leadership Now Project.
Las reglas federales limitan las transferencias de candidato a candidato a U$S 2.000. La campaña de Biden también podría transferir una cantidad ilimitada al DNC, que luego podría gastar hasta U$S 32 millones en coordinación con la campaña del nuevo candidato, según las reglas de la FEC.
Los expertos en campañas dicen que la transferencia de cualquier fondo restante no podría darse directamente al candidato, pero podría gastarse en alineación con su campaña, de manera similar a como funcionan los grupos de recaudación de fondos super PAC.
Conclusión
La renuncia de Joe Biden a su candidatura para la reelección ha creado un terremoto político en Estados Unidos.
El Partido Demócrata enfrenta un momento decisivo, en el que sus decisiones en las próximas semanas y meses determinarán su capacidad para competir eficazmente en las elecciones de 2024.
Kamala Harris se perfila como la sucesora más evidente. Los 50 presidentes estatales del Partido Demócrata señalaron su apoyo a la vicepresidenta Harris para que sea la nueva candidata del partido, en una llamada organizada por la Asociación de Comités Estatales Demócratas, según una fuente familiarizada con el asunto.
Esta señal de apoyo es el último indicio de que los líderes del partido están tratando de unirse en torno a Harri
Quedan casi cuatro meses por delante, pero la carrera presidencial en Estados Unidos está siendo de todo menos tranquila. Desde hace semanas las voces críticas que pedían un paso al lado de Joe Biden han ido creciendo, incluso dentro de su propio partido, pero el presidente se resistía a abandonar la candidatura demócrata. Sin embargo, este domingo todo ha cambiado. Biden ha anunciado que se retira y ha dado un nuevo impulso a la campaña electoral, de por sí ya convulsa en los últimos días por el intento de asesinato a Trump.
El anuncio del presidente estadounidense abre un escenario bastante incierto para el país, ya que nunca un candidato se había retirado en plena campaña. Aunque ya había dudas en torno a su estado de salud y su capacidad para seguir al frente de la Casa Blanca. Nancy Pelosi o el expresidente Obama, ya alzaron la voz con el objetivo de buscar otro candidato. Ahora mismo, es más que probable que esa candidatura la ostente la vicepresidenta Kamala Harris.
Los lapsus y las confusiones del todavía presidente se habían convertido en una constante. La última hace pocos días, durante la clausura de la cumbre de la OTAN en Washington, donde le cedió la palabra al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, pero le llamó Putin.
El debate preelectoral con Donald Trump fue el que encendió todas las alarmas y entre las filas demócratas empezó a preocupar realmente que Biden no pudiera hacerle frente a Trump. Aun así, la Casa Blanca trató de justificar que la inquietante intervención del presidente se debía a la falta de descanso y a que estaba resfriado. Pero ni ese supuesto resfriado, ni su insistencia en los últimos meses para acallar rumores y críticas, ni el Covid que sufre ahora, le han salvado a Joe Biden de tener que renunciar a la carrera presidencial.
Joe Biden se retira
A principios de julio, el presidente de los Estados Unidos había asegurado que solo tiraría la toalla si una razón médica importante se lo impidiera, pero finalmente ha cedido a las presiones que no le veían como la mejor opción para las elecciones de noviembre. Su decisión la ha anunciado a través de un comunicado publicado en la tarde de ayer en sus redes sociales.
Precisamente Joe Biden recuerda en esta carta algunos de los hitos que han marcado su mandato. El demócrata llegó a la Casa Blanca en enero de 2021, después de unas polémicas elecciones por el famoso “stop the count” del derrotado Donald Trump, y el posterior asalto al Capitolio protagonizado por los votantes más radicales del partido republicano.
¿Quién será el próximo presidente de Estados Unidos?
Joe Biden se mantendrá en el Despacho Oval hasta el próximo mes de enero, cuando el próximo presidente tome posesión de su cargo, pero hasta entonces toca elegir quién se verá las caras con Donald Trump el próximo 5 de noviembre.
La opción más probable que ahora mismo se presenta encima de la mesa es que la candidata sea Kamala Harris, a la que Biden ya ha dado su apoyo. Harris marcó un hito en la historia de Estados Unidos al convertirse en la primera mujer en ser vicepresidenta, también fue la primera fiscal general en la historia de California y si llegara ahora a presentarse a las elecciones y consiguiera ganar a Trump en noviembre, se convertiría en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos.
Parece la opción más probable porque los delegados que apoyaron en su momento a Biden seguramente apoyarán también a su vicepresidenta. En las últimas horas, Kamala Harris ya ha reunido 47 millones de dólares en donaciones para su posible campaña presidencial y, además, podría utilizar los fondos conseguidos por la campaña de Biden, ya que ella formaba parte de la misma candidatura.
En poco más de una semana, un intento de asesinato a uno de los candidatos y la renuncia de otro de ellos han dado todo un vuelco a la carrera presidencial, provocando una situación nunca antes vista en la historia de Estados Unidos. Lo único claro es que para la convención del 19 de agosto en Chicago queda apenas un mes, lo que supone toda una carrera a contrarreloj para conseguir un candidato demócrata.
Quedan casi cuatro meses por delante, pero la carrera presidencial en Estados Unidos está siendo de todo menos tranquila. Desde hace semanas las voces críticas que pedían un paso al lado de Joe Biden han ido creciendo, incluso dentro de su propio partido, pero el presidente se resistía a abandonar la candidatura demócrata. Sin embargo, este domingo todo ha cambiado. Biden ha anunciado que se retira y ha dado un nuevo impulso a la campaña electoral, de por sí ya convulsa en los últimos días por el intento de asesinato a Trump.
El anuncio del presidente estadounidense abre un escenario bastante incierto para el país, ya que nunca un candidato se había retirado en plena campaña. Aunque ya había dudas en torno a su estado de salud y su capacidad para seguir al frente de la Casa Blanca. Nancy Pelosi o el expresidente Obama, ya alzaron la voz con el objetivo de buscar otro candidato. Ahora mismo, es más que probable que esa candidatura la ostente la vicepresidenta Kamala Harris.
Los lapsus y las confusiones del todavía presidente se habían convertido en una constante. La última hace pocos días, durante la clausura de la cumbre de la OTAN en Washington, donde le cedió la palabra al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, pero le llamó Putin.
El debate preelectoral con Donald Trump fue el que encendió todas las alarmas y entre las filas demócratas empezó a preocupar realmente que Biden no pudiera hacerle frente a Trump. Aun así, la Casa Blanca trató de justificar que la inquietante intervención del presidente se debía a la falta de descanso y a que estaba resfriado. Pero ni ese supuesto resfriado, ni su insistencia en los últimos meses para acallar rumores y críticas, ni el Covid que sufre ahora, le han salvado a Joe Biden de tener que renunciar a la carrera presidencial.