Incluso líderes populistas como Lula, López Obrador y Petro ya han pedido que se publiquen y auditen las actas de las elecciones presidenciales de Venezuela

El nuevo fraude electoral perpetrado por Nicolás Maduro, por su tamaño y descaro, es algo que ni los amigos ideológicos de la región se atreven a ocultar o defender, ni siquiera guardando silencio. Por desgracia, hay una excepción, representada por el expresidente de Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

Los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; Gustavo Petro, de Colombia; y Andrés Manuel López Obrador, de México han evitado reconocer los resultados que dan por ganador a Maduro y en cambio han solicitado el respeto a la soberanía popular mediante la «verificación imparcial de los resultados».

Si bien es cierto, Brasil y Colombia se abstuvieron y México se ausentó de la votación de la Organización de Estados Americanos (OEA) que pretendía exigir la transparencia de los resultados, los tres países llamaron a las autoridades electorales venezolanas a publicar de forma «expedita» los datos «desglosados por mesa de votación» de las elecciones del pasado domingo.

Igualmente, los tres gobiernos, mostraron su disposición para ayudar en los esfuerzos de «diálogo y búsqueda de acuerdos» en Venezuela, algo similar a los buenos oficios ofrecidos por Zapatero desde hace años para justificar sus numerosos viajes al país sudamericano.

El expresidente de gobierno socialista, que aparentemente todavía se encuentra en Caracas tras haber participado como veedor durante las elecciones presidenciales del domingo, no ha realizado ningún comentario o apreciación sobre la calidad democrática de la elección que el ‘madurismo’ dice haber ganado sin haberlo demostrado.

Zapatero seguro ha leído o como mínimo ha escuchado que el Centro Cárter, toda una autoridad en observación electoral, concluyó que las elecciones «no cumplieron con los estándares internacionales de integridad electoral y no pueden considerarse democráticas» al tiempo que señaló que «la omisión de la autoridad electoral de anunciar los resultados desagregados por mesa de votación constituye una grave violación de los principios electorales».

Cada día que pasa y con cada vez más voces críticas que piden algo elemental como saber el resultado de la elección con el 100 % de los votos escrutados y conforme la ley venezolana conocer el resultado en cada mesa de votación, el silencio de Zapatero muestra una complicidad con el régimen de Maduro que está generando fuertes reacciones políticas en España.

Zapatero sostiene una relación de vieja data con el régimen de Maduro al punto de ser señalado de tener negocios en Venezuela en asociación con figuras chavistas que han empobrecido ese país y provocado un éxodo masivo.

Sea cual sea el vínculo de Zapatero con el régimen corrupto y criminal de Maduro, el expresidente de Gobierno se está quedando solo en una deshonrosa lista de personajes que por discurso o por silencio reconocen la reelección de Maduro aún cuando la lógica y la aritmética no cuadran.

Incluso el expresidente de argentina, el peronista Alberto Fernández, con quien Zapatero compartiría protagonismo en la observación electoral dijo que si Maduro perdía debía entregar el poder, cuestión que le costó la revocación de la carta de invitación.

Zapatero está solo en este silencio cómplice que lo acerca a la vergonzosa defensa del régimen -con baile incluido- que hace Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos y flamante veedor internacional también invitado por Caracas.