Argentina ha experimentado profundos cambios desde que Javier Milei asumió la presidencia. Después de su campaña electoral libertaria radical y las expectativas asociadas con ella, ahora surge la pregunta de qué tan exitosas son realmente sus reformas. Milei ha tenido algunos éxitos impresionantes en los primeros ocho meses, pero no todo ha ido bien.

El presidente argentino, Javier Milei. 

Un punto central en la campaña electoral de Milei fue la reducción del aparato burocrático del Estado. Rápidamente implementó esto: ocho ministerios fueron cerrados y alrededor de 30.000 empleados estatales perdieron sus empleos. Estas medidas condujeron a una reducción significativa de la carga sobre la burocracia argentina, que anteriormente había sido considerada ineficiente y sobredimensionada.

Inflación: de líder a estabilización

Argentina todavía estaba luchando con una aterradora inflación de doce meses del 276 por ciento en febrero, el nivel más alto del mundo en ese momento. La inflación amenazaba la economía del país y exacerbaba la pobreza. Pero las medidas de política económica de Milei surtieron efecto: en pocos meses, pudo reducir la inflación mensual de más del 25 por ciento a menos del 4 por ciento. Los precios de los alimentos, en particular, fueron un éxito histórico: por primera vez en 30 años, no hubo inflación.

Aunque las reformas económicas están tardando en llegar a la población en general, estos éxitos iniciales son innegables. El peso ha detenido su caída libre, el banco central se ha estabilizado y el 90 por ciento de los pagos de importaciones se realizan ahora con prontitud.

Seguridad: un duro golpe para el crimen organizado

Si bien los éxitos económicos aún están muy lejos, hay una mejora drástica en el ámbito de la seguridad interna. Milei se apoyó en la lucha contra el crimen organizado, y las cifras hablan por sí solas: el número de redadas de drogas aumentó en un 500 por ciento, varias bandas criminales fueron desmanteladas y en la que alguna vez fue la ciudad más peligrosa del país, Rosario, la tasa de homicidios se redujo en un impresionante 70 por ciento. De este modo, Argentina se ha convertido en muy poco tiempo en el país más seguro de Sudamérica.

La crítica y el futuro: Demasiado pronto para una conclusión final

A pesar de estos éxitos, todavía es demasiado pronto para hablar de éxito sostenible. Las medidas de Milei son evaluadas de manera diferente por los medios de comunicación y los opositores políticos: muchos informes están moldeados por sus propios intereses. Si bien la eliminación de ciertos subsidios se nota de inmediato, los efectos positivos a largo plazo solo se pueden medir con un desfase temporal.

La estabilidad económica y social de Argentina depende fundamentalmente de que Milei pueda continuar con su programa de reformas y de que la población lo siga en este camino. Porque una cosa está clara: la reestructuración radical de Argentina está lejos de completarse.