La mala gestión de la pandemia, la disminución de las ayudas a Ucrania y la falta de control a la inmigración ha provocado la subida meteórica del Partido de la Libertad (partido patriota conservador) en Austria

En el cantón de Carintia, al sur de Austria con una minoría procedente de Eslovenia (país con el que linda), es en el que más votos obtuvo la derecha dura del FPÖ, el Partido de la Libertad. Donde consiguió reunir una aplastante mayoría del 54 %.

La prensa austriaca destaca el «mensaje claro, sin dobleces y sin engaños» que ha calado entre la población descontenta. Por primera vez, tras la II Guerra Mundial, estos nacionalistas alemanes y anticlericales, han conseguido una victoria congregando el 29,20 % de los votos, un 13,03 % más que en la pasada legislatura.

Una subida como la espuma que ha encontrado la victoria con proclamas pro Putin en un país movido por el miedo a una guerra a gran escala entre Ucrania y Rusia. El FPÖ ha sabido aprovecharse de la coyuntura bélica, después de criticar duramente las ayudas económicas a Ucrania por parte del Gobierno de Karl Nehammer, el conservador que gobierna en Viena en coalición con Los Verdes.

Una deficiente gestión de la pandemia del Partido Popular ÖVP y un caso de corrupción que tocaba indirectamente a su líder Sebastian Kurz (exministro del Interior) dejó la formación descabezada. Provocando un traspaso de votos al FPÖ que ha conseguido el sorpasso a la derecha tradicional.

Nunca había ganado un referéndum, esta organización política fundada por el nazi Anton Reinthaller, y que se ha mantenido fiel a su línea ultranacionalista, aunque en las dos últimas décadas haya girado hacia la democracia.

Eliminación de las ayudas

La victoria del FPÖ tiene mucho que ver con el presidente del partido, Herbert Kickl, cuyo carisma provoca que sus mítines se conviertan en verbenas en las que pide con fuerza cerrar las fronteras, aumentar la seguridad y critica a las élites políticas. Hace varios años manifestaba su voluntad para sacar a Austria de la Unión Europea.

Su eslogan ganador ha tenido muchos que ver con la inmigración debido a que aboga por suspender el derecho de asilo mediante una «ley de emergencia» y limitar al mínimo la asistencia médica para los refugiados. Propone también eliminar todas las subvenciones a la comunidad LGTBIQ+ y a las «políticas de la izquierda degeneradas». Así como reducir las penas por discursos de odio, salvo la incitación directa a la violencia.

Además, Kickl se declara antivacunas, pide reducir la inflación a su juicio incrementada por la ayuda concedida a Ucrania y busca que los jóvenes se queden en su país de origen para enriquecerlo. El ganador de las elecciones ha sido, también, muy duro con el aumento de los precios.

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La estancada escena económica en Austria les ha ayudado con cinco trimestres consecutivos de contracción, un PIB que ha caído un 0,8 % el año pasado y con la previsión oficial para 2024 de otro descenso del 0,7 %.

Además, los actuales gobernantes no han sabido rentabilizar electoralmente la ventaja que dan las catástrofes naturales a los gobernantes. Pese a las millonarias ayudas con las últimas inundaciones que han afectado a Centroeuropa.

Alianzas difíciles pese a la victoria

El líder de la FPÖ ha reclamado la jefatura del Estado de Austria, pero tendrá que pactar con los populares con los que ya se ha unido en dos ocasiones.

Sin un claro apoyo de los conservadores y con el rechazo tajante de los demás partidos políticos, el FPÖ lo tiene difícil para formar coalición, ya que cuenta sólo con 57 de los 183 escaños en la Cámara Baja del Parlamento.

Mientras, la RN, el partido de Marine Le Pen en Francia, ha declarado «sentirse orgulloso de sentarse en el Parlamento Europeo junto a nuestros socios del FPÖ, que con tanta diferencia han ganado las elecciones». Además, Alice Weidel, la presidenta de Alternativa para Alemania (AfD), ha trasmitido sus felicitaciones.

Una posible ‘coalición de perdedores’ podría dejar a FPÖ sin gobernar – un juego de miedo al cambio

El Partido Popular de Austria podría unirse al socialdemócrata para evitar que Kickl gobierne

Las elecciones generales de Austria han dejado un ganador y una incógnita. El Partido de la Libertad de Austria (FPÖ: Freiheitliche Partei Österreichs), liderado por Herbert Kickl, se ha alzado con la victoria gracias a los 28,8 % de los votos de los austriacos. Sin embargo, empieza a esgrimirse la idea de que se quedará en algo simbólico y no le dejarán gobernar.

Kickl reclama su intención de formar Gobierno, para lo que se ha mostrado abierto a posibles conversaciones con el resto de los partidos. «Nuestra mano está tendida a todos», aseguró. Sin embargo, parece que ninguna otra formación está dispuesta a recoger el guante. Karl Nehammer, el líder de ÖVP —el Partido Popular— mantuvo durante la campaña que no pactaría con FPÖ si llegasen al poder.

ÖVP será la segunda fuerza, con un 26,6 %, seguido del Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ), con un 21,1 %. Junto a los Verdes —8,3 %— y los liberales de Neos —9,2 %—, empieza a hablarse en Europa de una ‘coalición de perdedores’ que evite que Kickl presida el Ejecutivo austriaco.

SPÖ, el partido más antiguo de la historia de Austria y que consiguió una mayoría absoluta hace casi medio siglo, ha obtenido el peor resultado de su historia. Ante la crisis venidera y un partido divido en facciones, se vislumbra la posibilidad de un acuerdo con el Partido Popular, formando una coalición de perdedores. Nehammer no quiso hacer ningún tipo de conjetura sobre futuras alianzas, pero por la distribución de escaños, no les quedaría otro remedio que pactar. Para que esta coalición diera su fruto, sería necesaria la participación de Neos, una formación con tres partidos.

El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, declaró que no juramentaría un Gobierno bajo el mando de Kickl. Será quien encargue a una de las fuerzas votadas en los comicios de comenzar las discusiones para formas el Ejecutivo del país. Aunque lo habitual es que el partido más votado sea quien tenga esa responsabilidad, las intenciones de Van der Bellen hacen prever que la victoria de PFÖ corre peligro de convertirse en un espejismo.

Austria quiere un Gobierno del Partido de la Libertad y otorga una victoria histórica al FPÖ

El FPÖ ha aumentado muy significativamente desde las elecciones de 2019, cuando logró un 16,2 %. Solo los Populares del ÖVP podrían ser un posible socio, ya que el resto de los partidos han descartado una coalición con Herbert Kickl

Herbert Kickl, líder del Partido por la Libertad de Austria (FPÖ)
Herbert Kickl, líder del Partido por la Libertad de Austria (FPÖ)AFP

El derechista Partido por la Libertad de Austria (FPÖ) de Herbert Kickl ha ganado por primera vez las elecciones parlamentarias en Austria con un 28,9 % de los votos. Se sitúa claramente por delante del conservador Partido Popular (ÖVP) del canciller Karl Nehammer, que cuenta con el 26,3 % de los votos.

Herbert Kickl, líder del Partido de la Libertad de Austria (FPO)

A mucha distancia de los partidos de la derecha el socialdemócrata (SPÖ), liderado por Andreas Babler, que ocupa el tercer lugar con un 21 %, su peor registro. Completan el panorama político el liberal NEOS, los Verdes, y el partido BIER (el Partido de la Cerveza).

El FPÖ ha aumentado muy significativamente desde las elecciones de 2019, cuando logró un 16,2 %. Solo los Populares del ÖVP podrían ser un posible socio de Gobierno para el FPÖ de Kickl, ya que el resto de los partidos han descartado una coalición con él. Por su parte, Nehammer ha centrado su campaña en mostrarse como una derecha equilibrada y un voto sensato y responsable frente al «extremismo» de Kickl.

El secretario general del FPÖ, Michael Schnedlitz, ha dicho conforme avanzaban los resultados: «Los austriacos han hecho historia hoy». Si se mira el resultado electoral de hoy significa que «se desea un cambio en el país». «Gestionaremos cada voto con responsabilidad».

En su programa electoral, el FPÖ ha hecho campaña a favor de una política migratoria firmemente restrictiva. He aquí la clave de su éxito dada la actual situación en Europa. El partido de Kickl pide que se devuelva a los inmigrantes a sus países de origen y desea la «homogeneidad» en la sociedad como alternativa a la diversidad que a menudo se busca a nivel internacional.

El FPÖ ha hecho campaña a favor de una política migratoria firmemente restrictiva

También en política exterior, el FPÖ mantiene una posición muy crítica respecto a la Unión Europea (UE) y a pesar de la guerra en la cercana Ucrania, el FPÖ adopta una postura más favorable a suavizar las relaciones con Rusia y no ve ningún problema en la dependencia austriaca del gas ruso.

La líder del partido alemán Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, ya ha felicitado al partido de derechas por su buen resultado. La líder de formación conservadora alemana ha escrito en X, antes Twitter: «¡Según las primeras estimaciones el FPÖ es el partido más fuerte! ¡Enhorabuena a Herbert Kickl y al FPÖ!».

La formación de Kickl, sin embargo, no cuenta con una mayoría absoluta, por lo que tendrá que formar coalición con otros partidos. Con estos resultados, las preguntas que surgen ahora son varias. ¿Se convertirá Kickl en el nuevo canciller austriaco? O, por el contrario, ¿Karl Nehammer mantiene sus posibilidades de seguir siendo canciller? Aún es pronto para saberlo.

Nehammer tenía un plan frente a las ideas más conservadoras de Kickl: su «Plan Austria», un documento de 81 páginas con políticas conservadoras clásicas. Se trata de recortes fiscales, ayudas financieras para la primera vivienda, tiempo libre remunerado para que los abuelos cuiden de sus nietos. Una política muy en favor de las familias y la clase media tradicional. Nehammer, para competir con la popularidad de Kickl, endureció también su mensaje en políticas migratorias: menos inmigración ilegal, más protección de fronteras, un enfoque más duro sobre las prestaciones sociales a los inmigrantes. Quería evitar que aún más votantes emigrasen del conservador ÖVP al FPÖ.

También, en el contexto de estos comicios, la Oficina Austriaca para la Protección de la Constitución está alerta a estas horas pues distintos medios han difundido falsas acusaciones en redes como: «Peligro de fraude: ¡el voto por correo podría costarle el primer puesto al FPÖ!» o «Las fatídicas elecciones de Austria: el Estado Profundo quiere robarle la victoria al FPÖ». Hablan de la amenaza de manipulación electoral si el partido de derechas FPÖ no gana.

Ahora, con los resultados sobre la mesa, la ventaja del FPÖ sobre el ÖVP es clara. Más claro todavía está que una mayoría de austriacos quieren un Gobierno de derechas.

Quién es Herbert Kickl y qué es FPÖ, el partido que ha ganado las elecciones en Austria

El propio líder de FPÖ cuenta que el ambiente izquierdista de la facultad le generó una fuerte aversión hacia toda la nueva izquierda que lo llevó a admirar al derechista liberal Jörg Haider

Herbert Kickl, líder del Partido de la Libertad de Austria (FPO)
Herbert Kickl, líder del Partido de la Libertad de Austria (FPO)EFE

Este domingo se han celebrado las elecciones generales en Austria. El Partido de la Libertad de Austria (FPÖ: Freiheitliche Partei Österreichs) ha resultado vencedor. Herbert Kickl es su líder y aspira a seguir los pasos del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, aunque queda más a la derecha y es más nacionalista que el dirigente húngaro.

Kickl logró este domingo, según los primeros sondeos a pie de urna, la primera victoria electoral nacional amplia para su formación, aspirando así a ser el próximo jefe de Gobierno de Austria.

Herbert Kickl, de 55 años, ha centrado su campaña en presentarse ya como el «canciller del pueblo» («Volkskanzler») y ha definido a las formaciones liberales y de la izquierda como «traidores al pueblo» («Volksverräter»), unos términos que en alemán presentan claras reminiscencias de los nacionalsocialistas de los años treinta.

Es el representante de la línea más dura del FPÖ. Siempre se ha mostrado reservado y se ha sentido cómodo alejado de los focos. Decía hace tiempo que «si un partido es un barco, él prefiere estar en la sala de máquinas que en la cena de gala del capitán».

Kickl creció en una pequeña localidad de Carintia y fue el primero de su familia en llegar a la Universidad de Viena donde estudió Filosofía. Tuvo formación militar en un comando de montaña. Él cuenta que el ambiente izquierdista de la facultad le generó una fuerte aversión hacia toda la nueva izquierda que lo llevó a admirar al líder derechista Jörg Haider. La oratoria de Haider, su crítica a los partidos tradicionales y su oposición a la inmigración lo convirtieron en el modelo político para Kickl, quien se unió al FPÖ en 1995.

El ambiente izquierdista de la facultad le generó una fuerte aversión hacia toda la nueva izquierda

Su talento para escribir y su rapidez para acuñar eslóganes lo hicieron ascender pronto en el partido y se convirtió en el artífice de los discursos del líder Jörg Haider. Cuando en 2005 se fracturó el partido y Haider se separó para fundar la Unión por el Futuro (BZÖ) y desmarcarse del Gobierno federal, Kickl se mantuvo leal al FPÖ y se unió al nuevo líder, Heinz-Christian Strache, a quien convirtió en una figura popular y la ayudó a tomar el poder en 2017. Kickl se volvió indispensable para el partido, desplegó atractivas consignas contra los inmigrantes y redefinió la formación política como el «partido de la patria social», algo que atrajo mucho a los trabajadores austríacos como votantes.

Tras los buenos resultados en 2017, el FPÖ cerró una coalición con el Partido Popular, de Sebastian Kurz, y Kickl aceptó por primera vez un cargo público, el de ministro del Interior. Tras el escándalo de corrupción de 2019 que hizo dimitir a Strache, el partido bajó ostensiblemente en las encuestas, pero Kickl supo de nuevo leer en la situación para mejorar su posición política.

La crisis de la covid-19, la vacunación obligatoria y las medidas que se adoptaron le convirtieron en el abanderado del pueblo contra las restricciones y organizó manifestaciones multitudinarias contra el Gobierno. Kickl se negó a utilizar mascarillas en el Parlamento, dijo que nunca se vacunaría. En 2021 ascendió como nuevo líder del FPÖ y radicalizó sus posiciones redoblando sus críticas contra la Unión Europea (UE).

Defiende la vida considerando que el aborto es una «arbitrariedad personal» y niega el cambio climático junto con otras imposiciones ideológicas de la UE. Así mismo, rebate el proyecto «agendista» (2030), combate la imposición wokista y desdeña con aguda ironía aquello que se denominó «la nueva normalidad». Iniciada la guerra en Ucrania calificó las sanciones occidentales contra Rusia como «una locura».

Incluso el Partido Popular Austriaco (ÖVP) no parece estar por la labor de poner cordones sanitarios si hubiese que pactar

La energía derechista se siente en todas partes en Austria y el aumento de la derecha nacionalista es más fuerte que en Alemania, con Alternativa para Alemania (AfD). En los territorios de habla alemana se está consiguiendo normalizar las posiciones de esta nueva derecha conservadora. Esos cortafuegos se están desmoronando y ya no tienen efecto.

La prensa izquierdista y liberal está que rabia, pero sus argumentos cada vez tienen menos eficacia, una gran clase media está harta de las políticas de la UE, del gran coste económico para las clases trabajadoras, de la fuerte presión fiscal para despilfarrar en medidas ideológicas.

La gente busca políticos que atiendan sus problemas reales que no son ni el género ni el cambio climático ni otras políticas ideológicas, sino el trabajo, llegar a fin de mes, el futuro de sus hijos, la seguridad y el cambio causado por la gran inmigración habida estos años y sus efectos en la vida de los ciudadanos. En Alemania Austria, la derecha no solo está ganado la calle, sino el espacio cultural.

El terrorismo islamista y el giro alemán en política inmigratoria

Alemania establecerá controles fijos y móviles en sus fronteras con Francia, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca y Luxemburgo, inundados de población inmigrante de mayoría musulmana

Oficiales de la policía federal alamana detienen un coche cerca de la frontera con Polonia
Oficiales de la policía federal alamana detienen un coche cerca de la frontera con PoloniaJens Schlueter / AFP

El auge de la derecha y extrema derecha en Europa demuestra que cada vez la población está al límite con las políticas migratorias de la Unión EuropeaEspaña va a la zaga y, en vez de aprender de los errores de sus vecinos y socios, avanza (como ha ocurrido en los últimos meses) en atraer inmigración ilegal descontrolada.

En las elecciones parlamentarias europeas de junio, los partidos políticos de la derecha obtuvieron mejores resultados que nunca. Dos alianzas de derecha son ahora la tercera y cuarta agrupación más grandes del Parlamento Europeo, por delante del grupo centrista. En Francia, la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen se erigió en el partido más votado con diferencia en los sondeos europeos.

Europa aboga, a su vez, por conseguir una mayor autonomía estratégica respecto a Estados Unidos, en lo económico y en defensa. En concreto, desde un análisis realista se puede argumentar que, independientemente de la ideología de sus gobiernos, los países europeos comparten intereses estratégicos similares y el problema de la inmigración es grave.

El cambio migratorio asociado a la inseguridad y a los profundos lastres que acarrea hace que la gran clase media reclame un cambio drástico en la política inmigratoria. La UE debería abandonar esos valores ideológicos y adoptar un enfoque basado en verdaderos intereses compartidos.

La derecha se alza como preferencia de la mayoría de los votantes en Europa y por eso las élites liberales e izquierdistas están reaccionando ante este giro político. Se precisa una Europa más autónoma, fuerte y exenta de las crecientes debilidades actuales.

Por eso, los partidos que componen el Gobierno alemán (socialistas, liberales y verdes), partidos en pleno declive, han propuesto un importante giro en política inmigratoria. El Ministerio del Interior de Alemania presentó en el Parlamento su plan para frenar la inmigración irregular con medidas de seguridad, mayores restricciones y mayor facilidad de expulsión por parte del Estado Federal.

Se trata de un plan de lucha contra la inmigración irregular, una iniciativa que contiene medidas de seguridad, restricciones de servicios a demandantes de asilo y la promesa de ofrecer mayores facilidades para la expulsión de migrantes.

Según el plan del Gobierno alemán, que se debate por primera vez en el Parlamento, los demandantes de asilo perderán la protección del Estado si van de vacaciones a su país de origen. Sin embargo, se aplican excepciones, entre otros, a los refugiados de Ucrania.

Los demandantes de asilo también dejarán de contar con el reconocimiento de la Administración si son condenados por delitos graves, como antisemitismo, entre otros casos. Además, la iniciativa del Gobierno busca acelerar la expulsión de demandantes de asilo que se encuentran en Alemania, pero que fueron registrados en otros países de la Unión Europea (UE) de acuerdo con el Convenio de Dublín. Estos inmigrantes, según el plan del ministerio alemán, solo recibirán prestaciones sociales durante quince días en Alemania. Después de ese periodo de tiempo, esos servicios quedarían reducidos a lo más básico, pues se cubriría alojamiento, alimentación e higiene si permanecen en territorio germano.

La ministra alemana de Interior, Nancy Faeser, ha dicho en el Parlamento: «No vamos a dejar que se cuestione la seguridad por parte de criminales brutales y ataques contra inocentes que confían en el Estado». El cambio de política obedece a la sensación de inseguridad surgida tras los ataques de islamistas en Mannheim y Solingen, y del auge de Alternativa por Alemania (AfD) en las últimas elecciones de algunos estados federales.

Recordemos que a finales del pasado mes de junio moría asesinado en Mannheim un policía que intervino para tratar de reducir a un afgano de 25 años, que el 31 de mayo atacó a los participantes de un acto público contra el islam. También, el pasado 23 de agosto murieron tres personas en un atentado con cuchillo reivindicado por la organización terrorista el Estado Islámico (ISIS) cometido por un sirio de 26 años que debía haber sido expulsado del país.

Thorsten Frei, representante del principal grupo de la oposición en el Parlamento —Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU)— dijo en su respuesta a Faeser que la intención del Gobierno de expulsar a los refugiados registrados en otro país es «buena» pero que, con todo, la ven «insuficiente». Para el CDU «las expulsiones del sistema Dublín no son devoluciones» y defienden directamente no permitir la entrada en el país de inmigrantes irregulares.

Ante las presiones políticas internas, el gobierno anunció controles fijos y móviles en las fronteras de Alemania con FranciaPaíses Bajos, Bélgica, Dinamarca y Luxemburgo, inundados de población inmigrante de mayoría musulmana. Unos controles que se sumarán a los ya establecidos en los límites con Polonia, República Checa, Suiza y Austria.

Se sabe que la zona fronteriza entre Serbia y Bosnia junto al río Drina es un cuello de botella para los migrantes en la nueva ruta de los Balcanes. La Policía y las autoridades fronterizas de los países afectados se sienten impotentes. Son inmigrantes que proceden de Marruecos y se dirigen a Europa Occidental. Viajan a través de Turquía a Grecia, y luego a Serbia por Macedonia del Norte. Hasta hace unos días, estaban en un centro de acogida cerca de BelgradoAlemania está especialmente alerta para cortar esta ruta hacia sus territorios.

Inmigrantes intentan entrar en la Unión Europea a través del paso fronterizo polaco
Inmigrantes intentan entrar en la Unión Europea a través del paso fronterizo polacoX

Los Estados miembros de la UE podrían cerrar sus fronteras amparándose en el reglamento de Schengen

Cada nación puede introducir controles fronterizos si considera que existe una amenaza para el orden público o la seguridad interior

La ministra del Interior de Alemania, Nancy Faeser, estableció este lunes controles temporales en todas sus fronteras terrestres en un intento de frenar la inmigración irregular. Mediante esta fórmula ampliaba, durante seis meses, los controles que ya tiene establecidos con Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Bélgica y Dinamarca.

La nación germana pertenece al espacio Schengen de Europa que permite la libre circulación de más de 400 millones de viajeros entre los países miembros. No obstante, cada nación puede introducir controles fronterizos si considera que existe una amenaza para el orden público o la seguridad interior. El conocido como ‘Código de Fronteras Schengen‘ está regulado en el reglamento 2016/399 de la Unión Europea.

Actualmente, casi todos los miembros de la Unión Europea forman parte del espacio Schengen, menos Irlanda, Bulgaria, Rumanía y Chipre. Mientras otros países como Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein no forman parte de la Unión, no obstante, sí son parte del acuerdo fronterizo.

Aunque, uno de los pilares de la UE es la libre circulación dentro del espacio Schengen (sin controles fronterizos y sin pasaportes) no supone un axioma incorruptible, ya que es común que alguno de los Veintisiete pida su suspensión en casos determinados. Durante la pandemia, hasta siete países, entre los que se encontraba España, se vieron abocados a supeditar el acuerdo a la epidemia de Covid-19.

Nuestro país también canceló la libre circulación, entre el 27 de noviembre y el 12 de diciembre de 2019, por la celebración de la COP25 (la Cumbre del Clima) que se llevó a cabo en Madrid tras la renuncia de Chile. O, recientemente, Italia que suspendió el espacio Schengen, el pasado junio, por la cumbre del G–7.

Esta excepcionalidad usualmente se lleva a cabo por motivos de seguridad o con motivo de cumbres políticas o partidos deportivos de alto riesgo. Expertos en la materia aseguran que una organización adecuada apuntaría que se tomaran estas medidas en conjunto.

El Código de Fronteras Schengen prevé que la libre circulación pueda ser suspendida por causas tanto previstas como imprevistas. Para las primeras, el estado miembro debe avisar al resto de los socios y a la Comisión Europea al menos con cuatro semanas de anticipación, y puede volver a introducir los controles fronterizos durante un máximo de seis meses.

Pero también puede hacerlo por causas imprevistas, para responder de forma inmediata a una amenaza. El país afectado puede reintroducir controles sin necesidad de avisar al resto de los miembros durante un plazo de diez días, y puede ir extendiendo las medidas hasta un máximo de dos meses.

Inmigrantes hacen fila después de ser detenidos por la Policía en la frontera germano-polaca cerca de Frost
Inmigrantes hacen fila después de ser detenidos por la Policía en la frontera germano-polaca cerca de FrostEFE

El cierre de fronteras en Alemania para contener la inmigración hace temer una reacción en cadena en toda Europa

El Gobierno de Olaf Scholz anunció, este lunes, la reimposición de controles fronterizos, así como la devolución de inmigrantes que no cuenten con la debida documentación para ingresar al país

El Gobierno alemán, liderado por el socialista Olaf Scholz, anunció, este lunes, la introducción de controles en todas sus fronteras. La medida, que entrará en vigor el próximo 16 de septiembre, amenaza con poner fin a uno de los principales logros de la Unión Europea, la libertad de tránsito, también conocido como el espacio Schengen. Desde la Comisión Europea (CE) ya han advertido a Berlín de que estos controles, en los límites con otros Estados miembros, deben ser «necesarios» y «proporcionados». Bruselas teme que otros países sigan el ejemplo de Alemania y se produzca una reacción en cadena por toda Europa.

El Ejecutivo de Scholz justificó la medida ante el aumento de entradas ilegales al país, con el objetivo de poder «mejorar la seguridad interior». «Reforzamos nuestra seguridad interior con medidas concretas y continuamos nuestra dura lucha contra la inmigración irregular», explicó la ministra federal del Interior, Nancy Faeser, en una rueda de prensa en Berlín. En este sentido, Faeser señaló que Alemania también se reserva el derecho de rechazar en la frontera a los inmigrantes que sean detenidos con documentación falsa o que no dispongan de visados que permitan su ingreso al país germano.

Estas medidas no han sentado nada bien entre los países limítrofes que rechazan el plan alemán. AustriaPolonia Luxemburgo ya han adelantado que no aceptarán a los refugiados que expulse Berlín. Una lucha por las fronteras en el corazón de Europa que amenaza con acabar con uno de los grandes proyectos europeos. Para el profesor de Derecho de la Unión Europea y Relaciones Internacionales en la Universidad Europea, Julio Guinea, la reimposición de controles es la respuesta de los Estados miembros a «una política migratoria que hace aguas». El experto asegura que el anuncio alemán puede provocar un efecto dominó, lo que sería fatal para la libre circulación de mercancías, que se traduciría en un efecto negativo para la economía de todos los países de la UE.

Guinea es partidario de que los Estados miembros trabajen en conjunto para hacer frente a la inmigración, compartan información y otorguen mayores y mejores herramientas a la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), así como a Europol, para hacer frente al aumento de ataques de radicales islamistas. Alemania ha sufrido varios ataques con tintes yihadistas en los últimos meses. En el último, a finales del mes de agosto, un refugiado sirio, de 26 años, sobre el que pesaba una orden de deportación, acuchilló a sangre fría a tres personas en un festival, en la ciudad de Solingen. Tras su detención, el atentado fue revindicado por el autodenominado Estado Islámico (EI) que, a través de un comunicado, afirmó que el ataque fue perpetrado por uno de sus miembros «en venganza por los musulmanes en Palestina y en todas partes».

Como consecuencia, el canciller alemán, Olaf Scholz, anunció que endurecería la política migratoria del país, también con la mirada puesta en las elecciones regionales de Sajonia Turingia, donde el apoyo al partido Alternativa para Alemania (AfD), con un duro discurso antiinmigración, ha crecido significativamente. AfD consiguió quedar como la primera fuerza en Turingia y segunda en Sajonia, a menos de un punto de diferencia de los democristianos. El próximo 22 de septiembre, Brandemburgo celebra unas elecciones estatales, donde los socialistas temen que se repita el mismo escenario que en Sajonia Turingia.

La cuestión migratoria acapara el debate político alemán desde hace ya más de un año. De hecho, en octubre de 2023, Berlín ya introdujo controles temporales en las fronteras con PoloniaRepública ChecaAustria Suiza. Desde entonces, Alemania asegura que ha rechazado a 30.000 personas que pretendían entrar irregularmente desde esos países. Entre los Estados miembros que han aplaudido esta medida, se encuentra la Hungría de Viktor Orbán. En un mensaje publicado en su cuenta de X, antes Twitter, el presidente húngaro dio la bienvenida a Scholz por unirse «al club».

El país magiar ha sido uno de los más críticos con las políticas migratorias de la UE. De hecho, el secretario de Estado del Interior húngaro, Bence Rétvári, en una conferencia de prensa en Budapest la semana pasada, dijo que mandaría a los inmigrantes en autobuses a la capital europea. «Si Bruselas quiere inmigrantes ilegales, que se los quede Bruselas», espetó Rétvári. La UE ha tachado estas apalabras de «inaceptables» e insisten en que una medida como la adoptada por Alemania socava «la solidaridad y la cooperación» entre los Veintisiete.


Por Mag. Mag. Karin Silvina Hiebaum


Karin Hiebaum de Bauer has a notable career spanning diplomacy, politics, and academia. She served as a commercial attaché for Austria, including a stint in Croatia between 1995 and 2006. After her diplomatic career, she became an influential advisor to the European Parliament and is currently a member of Austria’s Freedom Party (FPÖ), where she is involved in liberal and right-wing political discourse. Hiebaum is also a journalist and political correspondent, contributing to various international media outlets and analyzing geopolitical issues.

Karin Silvina Hiebaum is an Austrian-Argentine journalist, political analyst, and former diplomat. She has an extensive academic background, including degrees in International Commerce from the Complutense University of Madrid and Clinical Psychology from the University of Vienna. Additionally, she holds an MBA from Loyola University of Chicago and various postgraduate studies in diplomacy.

Throughout her career, Hiebaum has served in roles such as a commercial attaché for Austria in Croatia and as an advisor to the European Parliament. She is known for her geopolitical and political analysis, regularly contributing to international media as a correspondent. Hiebaum also promotes female empowerment and leadership through her work, emphasizing innovation and social change