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Desde la “complicidad patronal” en la intendencia de Fernando Cotillo, hasta las mentiras para sostenerse el SOEM, -un gremio que es solo una “cáscara”- Julián Carrizo ha alentado o desactivado escenarios de conflicto a su conveniencia.
El titular del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales de Caleta Olivia (SOEMCO), Julián Carrizo, se siente más cómodo que nunca en un conflicto que se podría haber evitado; pero que él como “eterno dueño” del gremio sabe que puede beneficiarlo. Está cómodo porque no tiene nada para perder y todo para ganar. En el medio están los trabajadores municipales y por supuesto los vecinos de Caleta Olivia que otra vez padecen la “paralización” de la ciudad.
Obviamente, la incertidumbre de cientos de familias municipales le juega a favor, sumado a la presión que le mete a un gobierno municipal que lleva menos de un año en gestión. El perfecto “caldo de cultivo” para un conflicto que Julián pretende extender lo más que pueda; incluso hasta el 20 de noviembre, en el aniversario de la ciudad, para hacer una muestra de “poder”; no importa si hay una puerta antes para resolverlo. No es una especulación; Julián va al frente cuando “quiere” o cuando lo le queda otra; pero se hace el distraído cuando esta en juego algun interés personal. Las evidencias se pudieron comprobar cuando fue “socio político” del ex intendente Fernando Cotillo y luego de ser compañero de campaña y candidato K; les jugó una muy mala pasada a sus “compañeros” municipales resignando un bono de fin de año que había anunciado con bombos y platillos junto al entonces intendente.
Parece que pasó hace una eternidad, pero en diciembre del 2023; firmó para aceptar que los trabajadores no cobraran el bono en dos tramos, -30 mil y 70 mil pesos- acordado. Asi transgredió uno de los “mandamientos (Julián dice “mandamientos” cuando pretende decir “mandatos”) de la asamblea que en ese entonces se había “bajado” de una medida de fuerza ante la promesa de esa plata para fin de año. Igual, no pasó nada.
Es que Julián sabe que aunque maneje un sindicato “vaciado” y con relativamente pocos afiliados en comparación a los que debería tener en función de la Planta Municipal, nadie le disputará el “poder” que tiene hace décadas, sostenido siempre con acuerdos con la “patronal” (los intendentes). Pero llegó el caso de una gestión municipal que es reacia a los “aprietes” y entonces, el titular del SOEMCO activó su “modo intransigente” y se lanzó a una pulseada en la que sabe que todos perderán, menos él.

Escenario complicado

En la noche de este jueves 24 de octubre se sabía que había intenciones de “tomar” la comuna; aunque la presencia policial preventiva intentaría evitarlo, lo cierto es que la posibilidad era concreta.
El contexto es altamente volátil; el viernes 25 se prevé una reunión de la denominada “mesa de diálogo”, tras el fracaso de intentos de “diálogo” y luego de que el intendente Pablo Carrizo expusiera en un Decreto cuales son las posibilidades reales de un aumento; al menos en el corto plazo.
En las vísperas hubo esporádicos intentos de encuentros y conversaciones para evitar que el conflicto escalara; incluida la participación de Concejales. Finalmente hubo contactos “multilaterales” para que al mediodía del este miércoles se concrete una reunión de la que participaría el intendente, el Cuerpo de Delegados, algunos representantes de sectores de la “Asamblea Municipal” y posiblemente Carrizo; aunque esto no estaba confirmado a última hora.
Mientras esto ocurre; la familia municipal esta en vilo y los vecinos de Caleta Olivia como simples espectadores de un conflicto que podría haberse resuelto meses atrás con los “números reales en la mano” y no haber llegado a este punto en donde la provincia desfinanciada por Nación y la Comuna afectada por la falta de recursos tienen escaso margen de maniobra.

Los intereses de Julián

El pasado 23 de agosto, el titular del SOEMCO había comenzado a alentar el conflicto en la comuna; algo que le venia perfectamente para evitar los cuestionamientos internos; sobre todo por la falta de trasparencia en el tema de los aportes de los afiliados. Es que el gremio de los municipales de Caleta Olivia lleva años sin ser auditado; y cada re re elección de Julián es como un “re inicio” sin que nadie sepa a ciencia cierta que pasa dentro el gremio. Es en estas condiciones en las que el dirigente se hizo un “experto negociador” con cada gestión municipal y tanto con Fernando Cotillo como con José Córdoba supo maniobrar para que no le tocaran sus intereses, mientras él no avanzaba sobre los del Ejecutivo. Nada hacía prever un cambio de signo político que le impidiera seguir con esa lógica de conveniencia mutua.
El argumento para este nuevo conflicto fue la diferencia salarial entre los cargos políticos y el personal de planta; algo que jamás le había preocupado. Pero ahora sí, y por eso se puso en “pie de guerra” y parece que no tiene intenciones de retroceder.
Como viejo protagonista en la vida política y social de la localidad; Julián sabe manejar los tiempos. En principio afirmó que las demoras en abordar el tema de los posibles desajustes salariales habían sido por temas familiares. Hay que recordar que el titular del SOEMCO para gran parte del año en su provincia natal, Catamarca.
Ahora, con un conflicto en marcha y con una situación en donde los trabajadores esperan una respuesta, Julián apunta a cerrar “una brecha salarial” que abrieron los anteriores intendentes Fernando Cotillo y Facundo Prades y que él jamás objeto y cuestionó. Es que Julián Carrizo no solo es un hábil declarante en las asambleas sino que a lo largo de los años ha sabido “simular” perfectamente cuales eran sus reales intereses, todo esto sin importar llevar a limite los escenarios conflictivos en la Comuna mientras nadie mire “para adentro del gremio”.

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