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El Obispo de la Diócesis de Río Gallegos, que abarca Santa Cruz, Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur, Monseñor Ignacio Damián Medina, presidió las distintas instancias de la Peregrinación a la Virgen de Güer Aike y, a pesar del frío y del viento que caracterizaron el clima de la jornada, destacó la multitudinaria participación de la gente.

“Nada detiene porque hay fe”, sostuvo el religioso y, en ese contexto, destacó que la multitud que caminó los casi treinta kilómetros para llegar a la Virgen, lo hizo porque “hay una necesidad y le estamos pidiendo ayuda a Dios y a nuestra madre María para que nos guíe”.

Luego de recordar que esta es la edición cuarenta y cuatro de la tradicional caminata a la ermita de Güer Aike, reconoció que “es insólito lo que pasa, cada peregrino elige su modo de llegar y de responder al llamado que hace la Virgen”.

Más adelante, Monseñor agradeció la colaboración de los distintos estamentos del gobierno provincial, el apoyo de la administración municipal y el aporte de entidades no gubernamentales. “Todos —remarcó-— desinteresadamente, han puesto lo suyo para que esto hoy se viva como una fiesta”.

Consultado por la cercanía de las fiestas de fin de año, Medina mencionó que “estamos ante un Dios que se hace ternura y que encarna para ponerse en nuestras manos” y que recordó que este año Jesús “tiene una novedad porque el Papa Francisco, en la ciudad de Roma, va a recibir el 2025 con el Jubileo de la Esperanza”.

“Es muy importante para nosotros tener ese don de la esperanza y la virtud dialogal para que nos podamos renovar como comunidad” concluyó antes de dejar su bendición para los presentes y para el pueblo santacruceño.

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