Unidos por la derrota: esa parecería ser la consigna del virtual frente político que por estas horas se está definiendo en Santa Cruz; armado con los restos de sectores K que aún no pueden digerir que Claudio Vidal les haya arrebatado la provincia después de 30 años de hegemonía.
Una suerte de “neo kirchnerismo” pero sin “los Kirchner”; una nueva vieja fórmula de armado que incluye a justicialistas arrepentidos, auto percibidos peronistas y dos candidatos que vienen de sendos fracasos electorales. Se trata de Pablo Graso y Javier Belloni, intendentes de Río Gallegos y El Calafate, respectivamente.
Pese a sus notorias y publicas diferencias respecto a qué los llevó a la derrota, ambos coinciden en que el retroceso electoral de sus jefes políticos (Cristina y Máximo Kirchner) no sólo es una tendencia a nivel país, sino que además es notoria en Santa Cruz.
Despegarse sería la estrategia – al menos en los papeles – y para esto buscan un candidato que no salga de la lista de “empleados” de Cristina; tampoco de los militantes-ex funcionarios de La Cámpora. Esta vez no quieren que el “dedo” de algún familiar del fallecido gobernador y presidente Néstor Kirchner imponga nombres y para esto buscan cerrar filas entre la dirigencia que quedó herida desde las pasadas elecciones.
La otra idea es “hacer como si” se experimentara una renovación y de este modo subirse a la tendencia que es el rechazo a la vieja política.
De todos modos, por estos días se puedo comprobar que en principio se trata de la misma “vieja rosca” de dirigentes del establishment K; o del elenco estable que durante años ocupó cargos y ahora está en el llano. Esto se comprobó días atrás en la “mini gira” de Grasso por zona norte, en un periplo que incluyó las típicas reuniones con militantes en donde uno habla, el resto escucha y adhiere y sino, se queda afuera.

Heredero no reconocido

Grasso está convencido que es él el “heredero” no reconocido del kirchnerismo y a su vez es el “auténtico peronista” que nunca abandonó el barco pese a las traiciones y desplantes. Es así que en su paso por zona norte ya avisó que los “fondos” que se dispondrán para esta incipiente campaña (dinero que en principio saldría de las arcas de la municipalidad de Río Gallegos) solo “bajarían” para aquellos que mostraran altos niveles de compromiso y movilización. Por otra parte, el lugar elegido para ser el “bastión” de campaña del norte provincial ya no sería Caleta Olivia, sino que pasaría a ser Pico Truncado, donde Grasso se siente menos “acosado” por medios y por el oficialismo “vidalista”. Esta novedad habría sorprendido a María Ester Lavado (ex senadora y ex numerosos y diversos cargos públicos en los últimos 30 años) y a Rubén “la burra” Contreras (que, de concejal de Caleta a funcionario nacional, no se perdió ningún cargo en 3 décadas) quienes esperaban que la ciudad del Gorosito se constituyera como referente de este ¿nuevo? movimiento político surgido de la derrota del 2023.
Mientras esto ocurre, hay una pregunta que no tiene respuesta dentro del armado: A quién presentar como cara nueva.
Entre los nombres que se barajan hay varias actuales funcionarias del gobierno municipal de Río Gallegos.
Aunque en el resto de la provincia estas eventuales candidatas sean desconocidas, el intendente riogallense cree que hay que aprovechar el nivel de exposición que él tuvo en la campaña a gobernador y de algún modo amortizar aquel millonario gasto. Es decir, donde vaya el “nuevo rostro” de la política, allá irá Grasso que en definitiva es el conocido. Es que el objetivo del jefe comunal es empezar su campaña a la gobernación del 2027, difundiendo los supuestos éxitos de su gestión municipal; algo que definitivamente hoy tendría escaso contenido.  En este contexto, a falta de gestión para mostrar, Grasso, cuan profeta del fracaso, apuntará todos sus cañones contra el gobernador Vidal, sobre quien apenas meses atrás, vaticina que no aguantaría un año y ahora se contenta con predecir que, hará una mala elección legislativa. Sobre esto, ya “bajó línea” e instruyó a todos a que el mensaje tiene que ser negativo y sobre todo fomentar el descontento ante cualquier situación coyuntural.
Así las cosas, parece que en las próximas semanas conoceremos más de este pretendido “neo Kirchnerismo, sin Kirchner´s”; que se presentaría como un nuevo espacio que no será nuevo y con figuras recicladas, que hablarán del futuro de la política de Santa Cruz, con discursos del pasado.