El presidente de la próxima Conferencia de las Partes (COP30) de la ONU, André Corrêa do Lago, ha instado a los países firmantes del Acuerdo de París a establecer objetivos climáticos «lo más ambiciosos posible». Durante una entrevista, Corrêa do Lago subrayó la necesidad urgente de que los países reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero y que los objetivos de reducción sean coherentes con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius en comparación con los niveles preindustriales.

Exigencias para los países firmantes del Acuerdo de París

En su intervención, Corrêa do Lago destacó que las metas de cada nación deben alinearse con el acuerdo alcanzado en 2015 en París, el cual busca limitar el aumento de la temperatura global a por debajo de 1,5 grados para evitar los efectos catastróficos del cambio climático. Sin embargo, el presidente de la COP30 señaló que los últimos datos indican que en los últimos dos años la temperatura global ha superado este umbral, lo que aumenta la presión sobre los países para que adopten medidas más drásticas.

Cada país firmante del Acuerdo de París tiene la libertad de establecer sus propios objetivos nacionales para reducir las emisiones de gases contaminantes, pero estos deben ser revisados y actualizados cada cinco años. Los objetivos para 2035 deben ser anunciados próximamente, pero algunas de las naciones emisoras más grandes, como China y la Unión Europea, aún no han presentado sus compromisos.

El desafío del liderazgo de Estados Unidos

Después de la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París durante la presidencia de Donald Trump, los expertos en cambio climático, como Corrêa do Lago, siguen siendo optimistas sobre la posibilidad de continuar las conversaciones sobre el cambio climático con el gobierno estadounidense en otros foros internacionales, como el G20. A pesar de que las políticas climáticas de Trump han sido un obstáculo para las negociaciones globales, el presidente de la COP30 indicó que los esfuerzos globales seguirán siendo esenciales para abordar la crisis climática.

Brasil, como país anfitrión de la COP30, ha anunciado recientemente una ambiciosa meta para reducir sus emisiones. En noviembre, el gobierno brasileño afirmó que planea reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 67% para 2035 en comparación con los niveles de 2005, un objetivo mucho más ambicioso que el que había establecido previamente, que era del 59%.

Avances y desafíos

Aunque el compromiso de Brasil representa un avance positivo en la lucha contra el cambio climático, la situación global sigue siendo preocupante. A nivel mundial, las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando y los compromisos adquiridos por los países no son suficientes para limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Para lograr este objetivo, los países deben tomar medidas inmediatas y coordinadas, como la transición a energías renovables, la implementación de políticas de conservación y el impulso de tecnologías limpias.

El camino hacia la COP30 promete ser desafiante, con la necesidad de superar las barreras políticas, económicas y sociales que dificultan una acción climática efectiva. No obstante, el llamado de André Corrêa do Lago a establecer metas más ambiciosas es un recordatorio de que la lucha contra el cambio climático requiere un esfuerzo global, sin excusas, y con el compromiso de todos los países, sin excepción.

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