

Cristina ya bajó la orden a sus militantes en la provincia y los mandó a trabajar para la candidatura de Pablo González como principal candidato a diputado nacional.
Esto ocurrió en días recientes y esta semana, muchos de aquellos que esperaban la palabra de la ex mandataria para definir que hacer mientras veían al intendente de Río Gallegos concentrarse en su propia campaña en zona norte, acusaron recibo y al menos, en el «boca a boca» ya comenzaron a comunicarse para reactivar su «militancia» a las órdenes de Cristina.
Si bien para muchos no fue una sorpresa que la «jefa» volviera a bendecir a su mejor empleado para salir a disputar al menos una banca en el Congreso, otros asumieron a regañadientes que la decisión estaba tomada; aunque no fuera la mejor.
Ocurre que la ciudadanía de Santa Cruz ya la había dado la espalda en las pasadas elecciones y la imagen de González no es de las más atractivas para estar en cabeza de lista. «Más de lo mismo», «es lo que hay» y «Cristina vuelve a usar su dedo en Santa Cruz», fueron algunos de los comentarios, tal vez imprudentes» en los «chat de WhatsApp del kirchnerismo residual santacruceño. Y lo de calificar de «imprudentes» esos comentarios, es porque del mismo modo que se reactivaría lo que queda de la «maquinaria electoral K» en la provincia, se reactiva también el férreo control de la familia Kirchner en las decisiones políticas de su sector. Salvo por algunos tenues «Vamos a volver» o «Ella sabe», la mayoría de los comentarios o interacciones están más ligados a especular estrategias y a preguntarse qué harán con Grasso, ahora que las paso se suspenderían.
Es que en lo que hace a la oposición, nada parece estar dicho, o nada es aún muy claro, mientras se especula con la performance de la Libertad Avanza en el interior del país.
El fracaso
Lo de Pablo González parece haberse definido luego de la conflictividad que presenta la salida de la operadora YPF de la zona norte provincial. A alguien (a Cristina al menos) parece habérsele ocurrido que del malestar que este tema presenta puede sacar un redito. Entonces, pondría en la palestra a su fiel ex cadete que nunca dijo que no a las órdenes de la familia Kirchner.
Por otra parte, están aquellos que aun piensan que un personaje totalmente vinculado e identificado con el reinado de los Kirchner en Santa Cruz es positivo.
Pero la realidad es otra, al menos que ellos mismos se crean su propio relato. Hay que nuevamente recordar que el virtual candidato se caracterizó por sus miltiples funciones públicas, y la ultima de ellos al frente de YPF no fue para nada positiva en Santa Cruz.
Las reseñas periodísticas de fines del año 2023 señalaban: «Pablo González, presidente de YPF, sufrió este domingo un duro golpe en las elecciones de la provincia de Santa Cruz, donde fue como candidato a segundo senador nacional en la lista de Unión por la Patria (UxP), detrás de Alicia Kirchner. La derrota a manos del espacio político Por Santa Cruz, del gobernador electo Claudio Vidal, dejó a González con las manos vacías. El titular de YPF se quedó sin la banca nacional que buscaba en la Cámara Alta. Ahora su futuro político es incierto ya que, en el caso de que Sergio Massa gane el balotaje del próximo 19 de noviembre y llegue a la Casa Rosada, González no continuaría al frente de YPF, según indicaron fuentes oficiales a EconoJournal». El golpe fue peor aun, luego de que Massa perdiera frente a Javier Milei la Presidencia de la Nación y González pasara al ostracismo absoluto.
Hay que recordar que el ex funcionario basó su campaña a la senaduría haciendo actos vinculados a la operadora petrolera, en donde abundó en promesas de reactivación y de inversiones que claramente él sabía que eran insostenibles, o simplemente eran mentiras.
La «ilusión» de una reactivación petrolera en Santa Cruz no bastaron para sostener su candidatura y fracasó en su intento por retener una banca para el kirchnerismo.
Ahora, sin nada que ofrecer, optaría por subirse a la ola de los profetas del fracaso y la única idea sería insistir con críticas a la gestión de Vidal, quien lleva poco más de un año al frente del gobierno. El problema de esta estrategia es que este discurso es el mismo que tiene Grasso, y ambos tienen el mismo problema de imagen negativa que remontar.
Dato mata relato
La novedad de que González sería el «candidato oficial» de Cristina podría ser una buena noticia para el oficialismo santacruceño y para el espacio político que se agrupa en derredor de LLA. Tal como pregonan los libertarios, a lo mejor quienes tuvieran «todo el poder» en Santa Cruz por tres décadas, «no la ven».
Además, para bien o para mal, la coyuntura petrolera está en vías de resolución y en pocas semanas concretaría su abandono de la zona norte, pero en el sur el proyecto de Palermo Aike sigue firme. Esto es se trata de una coyuntura, y no es muy recomendable hacer política en base a coyunturas. Sobre todo, si uno fue el actor principal de la debacle que se critica.
Esto lo dejó en claro recientemente el secretario adjunto de SIPGER, Nallib Rivera, quien rechazó declaraciones de González y lo expuso exhibiendo los números de su gestión al frente de YPF.
«Si la inversión se venía recuperando, ¿por qué YPF llegó al 70% de sus pozos inactivos?», dijo Nallib y recordó que durante la gestión de González se aprobó un esquema de regalías reducidas para la producción secundaria y terciaria, lo que impactó negativamente en los ingresos de la provincia y en la sustentabilidad de los yacimientos.
recordando la caída constante en la extracción de petróleo en la provincia entre 2016 y 2023. Con una pérdida del 38,6% en la producción de YPF en Santa Cruz en ese período, Rivera argumentó que no solo no hubo recuperación, sino que la situación llegó a un punto crítico que derivó en la decisión de la nueva gestión de YPF de retirarse de la provincia.
Es que indiscutiblemente, un dato mata cualquier relato; y si la campaña del kirchnerismo volverá a centrarse en un relato, la decisión de Grasso de alejarse y ese espacio y hacer la suya tendría lógica.
Pero allí estarán ambos disputando una interna que se venía venir y que seguramente tendrá consecuencias en los resultados de la próxima elección de medio término que se avecina.
El mejor empleado
Lo de González acatando férreamente las ordenes de Cristina y Máximo Kirchner no es nuevo; no importa que su accionar «detone» sectores internos. Esto ya lo vimos en el 2019 cuando hacía campaña contra sectores justicialistas que pretendían salir de continuo «disciplinamiento» de la familia Kirchner. En ese momento algunos dirigentes del PJ pretendían una suerte de renovación – al menos en los papeles y con algunas propuestas del oficialismo. Ahí fue donde González no ahorró descalificativos, destrato, e incluso acciones de «boicot» contra «compañeros peronistas».
Tal vez en esta nueva etapa de candidato, González intente algún vuelo propio, o apunte toda su acostumbrada agresividad «tuitera» y de redes sociales contra el gobierno provincial, intentando no ofender a mucha militancia que quedó «dolida»; pero lo cierto es que su libreto ya está escrito y tiene la firma de Cristina. Como ocurrió en cada paso de su carrera política y donde se ganó el título de «mejor empleado».
