El 22 de febrero de 2025, el expresidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que busca restringir el acceso a la tecnología estadounidense para varios países considerados “adversarios extranjeros”. Esta medida, que afecta a naciones como China, Rusia, Irán, Cuba, Venezuela y Corea del Norte, se centra especialmente en áreas estratégicas como la inteligencia artificial, los semiconductores y la biotecnología. Este artículo examina las implicaciones de esta orden ejecutiva y su contexto en las relaciones internacionales.

I. Justificación de la Medida

Trump justificó su decisión afirmando que “la seguridad económica es seguridad nacional”. En su opinión, es crucial proteger las infraestructuras y tecnologías sensibles que podrían ser utilizadas por rivales estratégicos para fortalecer sus capacidades militares y económicas. La orden ejecutiva se dirige especialmente a China, acusando al gobierno de Pekín de aprovechar las inversiones en Estados Unidos para adquirir conocimientos en tecnologías críticas.

II. Detalles de la Orden Ejecutiva

Aunque la orden no especifica las acciones concretas que se tomarán para limitar el acceso a estas tecnologías, establece un marco amplio que permitirá endurecer las restricciones comerciales y de exportación. Esto incluye la posibilidad de aumentar los controles en sectores estratégicos, lo que podría impactar a empresas involucradas en la inteligencia artificial, los semiconductores y la biotecnología.

III. Contexto de las Relaciones Comerciales

Desde su regreso a la Casa Blanca el 20 de enero, Trump ha implementado varias políticas orientadas a equilibrar la balanza comercial y ejercer presión diplomática sobre países vecinos como México y Canadá. Estas políticas buscan obtener concesiones en temas migratorios y de lucha contra el narcotráfico. Además, ha reforzado su postura comercial hacia China, imponiendo un arancel adicional del 10%, que se suma a las tarifas ya existentes impuestas durante su primer mandato (2017-2021).

IV. Reacción de la Comunidad Internacional

Las restricciones anunciadas por Trump se producen en un contexto de tensiones comerciales que ya existían bajo la administración de su predecesor, Joe Biden. Este último ya había limitado las exportaciones de semiconductores y tecnología de inteligencia artificial a China, lo que llevó a Pekín a implementar sus propias restricciones, como el control de exportaciones de grafito, un componente esencial para las baterías de vehículos eléctricos.

V. Implicaciones para el Futuro

La orden ejecutiva de Trump refuerza su enfoque en la protección de la tecnología estadounidense y la seguridad nacional, marcando una continuidad en las tensas relaciones comerciales con China y otros países considerados rivales geopolíticos. Esta medida podría tener repercusiones significativas en el ámbito tecnológico y comercial, afectando tanto a las empresas estadounidenses como a las relaciones diplomáticas con las naciones involucradas.

Conclusión

La firma de esta orden ejecutiva por parte de Donald Trump representa un paso más en su estrategia de endurecimiento de las relaciones con países adversarios. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interconectado, la lucha por el acceso y control de tecnologías críticas se intensifica. La medida no solo tiene implicaciones para la seguridad nacional de Estados Unidos, sino que también podría alterar el equilibrio de poder en el ámbito global.