En su tercera lección de “Vom Wert der besseren Ideen”, Ludwig von Mises aborda el tema del intervencionismo, destacando cómo la intervención estatal en la economía puede llevar a resultados opuestos a los deseados. Mises argumenta que, aunque el Estado tiene un papel importante en la protección de los ciudadanos y la defensa del país, la tendencia a buscar soluciones gubernamentales para cada problema económico puede resultar perjudicial y contraproducente.

La Función del Estado en la Economía

Mises sostiene que el Estado debe limitarse a funciones básicas: proteger a los ciudadanos de ataques violentos y fraudes, y defender la nación de amenazas externas. Sin embargo, la tendencia común es que, ante cualquier inconveniente en la economía, la gente demande que el gobierno actúe. Esta búsqueda de intervención estatal refleja una visión anacrónica que asocia el bienestar económico con la acción del Estado, una creencia que, según Mises, revive la idea de un rey con sabiduría superior.

Intervencionismo: Un Intervención en el Mercado

El intervencionismo implica que el Estado se involucre en la economía de maneras que van más allá de la mera protección de la ley. Esto incluye la regulación de precios, salarios, intereses y ganancias. Mises argumenta que el objetivo de estas intervenciones es forzar a los empresarios a actuar de manera diferente a como lo harían si solo respondieran a las demandas de los consumidores. Como resultado, el poder de decisión que los consumidores tienen en una economía de mercado se ve restringido.

La Distinción entre Empresas Estatales e Intervencionismo

Es crucial diferenciar entre el intervencionismo y la propiedad estatal de empresas. Mises señala que incluso cuando el Estado opera empresas, estas todavía están sujetas a las leyes del mercado y, por ende, a las decisiones de los consumidores. Sin embargo, los problemas surgen cuando el Estado intenta controlar el mercado a través de políticas intervencionistas, lo que no solo afecta la eficiencia económica, sino que también puede resultar en déficits que el gobierno cubre con impuestos o emisión monetaria, lo que a su vez puede llevar a la inflación.

Consecuencias de la Control de Precios

Un ejemplo claro de intervencionismo es el control de precios, que busca aumentar la oferta y mejorar el acceso a bienes. Sin embargo, Mises explica que estas medidas suelen tener el efecto contrario. Por ejemplo, al establecer un precio máximo para la leche, la demanda puede aumentar, pero los productores que enfrentan costos altos disminuirán su producción, resultando en una escasez de leche en lugar de una mayor disponibilidad. Esto puede llevar a largas colas y a una posterior racionamiento, lo que solo agrava la insatisfacción de los consumidores.

La Espiral del Intervencionismo

La intervención estatal en el mercado tiende a crear una espiral de más intervenciones. Cuando el gobierno impone controles de precios, puede verse obligado a establecer límites en los precios de los insumos necesarios para la producción, lo que a su vez puede llevar a la escasez de esos insumos. Este ciclo puede culminar en un sistema socialista, donde todos los precios, salarios e intereses son determinados por el Estado, lo que Mises considera un camino peligroso y perjudicial para la libertad económica.

Ejemplos Históricos de Intervencionismo

Mises ilustra su argumento con ejemplos históricos, como el caso de Alemania durante la Primera Guerra Mundial, donde el gobierno impuso controles de precios que llevaron a un aumento en la intervención estatal en la economía. La historia demuestra que cada vez que se establece un control de precios, se requiere más control, lo que puede culminar en un sistema económico totalmente regulado.

Consecuencias de la Regulación de Alquileres

El control de precios no se limita a productos básicos; Mises también menciona el control de alquileres como un caso problemático. En Viena, en la década de 1920, la regulación de los precios de alquiler llevó a una escasez de viviendas, ya que los propietarios no tenían incentivos para alquilar o construir nuevas propiedades. Este fenómeno se repitió en otros países, mostrando cómo el intervencionismo puede tener efectos adversos a largo plazo.

La Creación de Carteles y el Proteccionismo

Mises también señala que el proteccionismo y la intervención estatal pueden llevar a la formación de carteles. Cuando el gobierno introduce aranceles para proteger la producción nacional, crea un entorno en el que los productores pueden coludirse para fijar precios más altos, lo que perjudica a los consumidores. Este fenómeno es una consecuencia directa de la intervención estatal en el mercado.

La Necesidad de la Libertad Económica

Finalmente, Mises aboga por la importancia de la libertad económica como un medio para prevenir la aparición de regímenes autoritarios que creen tener una sabiduría superior a la del ciudadano promedio. La clave para evitar la esclavitud económica es garantizar que el poder permanezca en manos de los consumidores y ciudadanos, quienes son los verdaderos soberanos en una economía de mercado.

Conclusión

La crítica de Ludwig von Mises al intervencionismo es clara: la intervención estatal en la economía, aunque bien intencionada, a menudo conduce a resultados indeseables y a un aumento del control gubernamental. La historia demuestra que la regulación excesiva y el control de precios no solo afectan la oferta y la demanda, sino que también pueden desmantelar la libertad económica. Mises aboga por un retorno a los principios de la economía de mercado, donde la libertad de elección y la competencia son esenciales para el bienestar social y económico.

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