
La desconfianza y la paranoia parecen ser características inherentes a la familia Milei, y en este contexto, Karina Milei ha puesto su mirada crítica sobre Santiago Caputo y su socio, Rodrigo Lugones. La hermana del presidente Javier Milei está inquieta por lo que percibe como un “buen diálogo” entre Caputo, Lugones y el Grupo Clarín, lo que ha encendido alarmas en la cúpula del poder libertario.
Rodrigo Lugones, quien tiene un control efectivo sobre el Enacom, el organismo encargado de regular las telecomunicaciones en Argentina, se encuentra en una posición clave, ya que debe decidir sobre la legalidad de la compra de Telefónica de Argentina por parte de Telecom, una empresa que pertenece al Grupo Clarín. Esta situación ha llevado a Karina a sospechar que el acercamiento de Caputo y Lugones a Clarín podría tener implicaciones negativas para los intereses de su hermano y su administración.
Santiago Caputo, a pesar de haber prometido eliminar la pauta oficial, controla actualmente dos importantes fuentes de financiamiento del gobierno: YPF y el Banco Nación. En YPF, el vicepresidente, Guillermo Garat, designado por Caputo, ha sido señalado como el encargado de decidir quién recibe publicidad estatal, lo que ha generado tensiones en torno a la defensa de la empresa en litigios internacionales.
La creciente discordia entre Karina Milei y Santiago Caputo se manifiesta en varios frentes. Karina ha ordenado que se minimice la exposición de Caputo durante la transmisión oficial de la Asamblea Legislativa y ha comenzado a restarle poder en la gestión de las redes sociales libertarias. Este movimiento, que incluye la exclusión de su agrupación “Las Fuerzas del Cielo” de las discusiones sobre listas electorales, indica una lucha interna por el control del mensaje y la imagen del gobierno.
El clima de desconfianza también se ve alimentado por la percepción de que Caputo tiene una influencia considerable en diversas áreas del gobierno, incluyendo la SIDE y la AFIP. Un diputado libertario comentó que Caputo tiene “un tipo en cada repartición del gobierno”, lo que le otorga un poder significativo y lo convierte en un jugador clave en la dinámica política actual.
La situación recuerda a las tensiones que se vivieron durante la presidencia de Cristina Kirchner, quien también mostró recelo ante la buena relación de su entonces presidente Alberto Fernández con el Grupo Clarín. Este patrón de desconfianza familiar parece estar repitiéndose en el entorno de Milei, donde la lucha por el poder y la influencia se intensifica.
En resumen, la relación entre Karina Milei y Santiago Caputo se encuentra en un punto crítico, marcado por la desconfianza y la competencia por el control de la narrativa política. A medida que se acercan las elecciones y las tensiones internas aumentan, el futuro de la administración Milei podría verse afectado por estas luchas de poder. La historia de los Milei, marcada por la paranoia y la desconfianza, continúa desarrollándose en un escenario político cada vez más complejo.
