
El reciente presupuesto presentado por el presidente Javier Milei ha desatado una ola de críticas y preocupación en el ámbito deportivo argentino. Con una reducción del 56% en términos reales en comparación con 2023, el impacto en el deporte nacional es nada menos que alarmante. Este drástico recorte no solo pone en riesgo la preparación de los atletas, sino que también amenaza con ampliar la brecha con las potencias deportivas a nivel global.
Uno de los aspectos más preocupantes de este presupuesto es la reducción del 87% en obras de infraestructura para clubes, así como una caída del 77% en la inversión en instalaciones de polideportivos. Esta disminución en la infraestructura es particularmente perjudicial en un país donde el 56% de quienes practican deportes están asociados a clubes de barrio, según la Encuesta Nacional sobre Actividad Física y Deporte 2023. Estos clubes no solo son vitales para el desarrollo deportivo, sino que también desempeñan un papel crucial en la formación social y comunitaria de los jóvenes.
Los Juegos Nacionales Evita, el evento deportivo formativo más importante del país, son otro de los grandes perjudicados. Después de haber sufrido un recorte de 40 disciplinas en 2023, su presupuesto se verá reducido en un 65% en 2025. Este evento es fundamental para la identificación y desarrollo de nuevos talentos, y su debilitamiento podría tener consecuencias a largo plazo en la representación argentina en competencias internacionales.
El informe del “think tank Táctica” destaca que la política deportiva en Argentina no puede ser tratada de la misma manera que en otros países, ya que el sistema deportivo argentino es único en el mundo. La relevancia de los clubes de barrio y su papel en la formación de los atletas son características que deben ser valoradas y protegidas, no desmanteladas.
Además, el análisis de la distribución del presupuesto revela una disminución en el programa Deporte Comunitario y Competencias, que ha pasado del 45,8% al 39,4% del total. En contraste, las transferencias a entes públicos nacionales han aumentado del 2,7% al 5,8%, lo que plantea interrogantes sobre las prioridades del gobierno en relación al deporte.
En medio de este panorama desolador, el documento también señala que la política deportiva parece estar más centrada en debates sobre las Sociedades Anónimas Deportivas y la llegada de la Fórmula 1 en 2026/27, en lugar de enfocarse en las necesidades urgentes del deporte argentino y en el desarrollo de sus atletas.
El futuro del deporte en Argentina se encuentra en una encrucijada. La falta de inversión y apoyo a las estructuras que sostienen la práctica deportiva podría llevar a una generación de atletas sin las herramientas necesarias para competir en el más alto nivel. Lo que se necesita es un cambio de enfoque que priorice el desarrollo del talento local y la inversión en infraestructura, en lugar de distraerse con proyectos que, aunque atractivos, no abordan las necesidades fundamentales del deporte argentino.
En conclusión, el recorte presentado por Javier Milei en el presupuesto 2025 es una locura que no solo pone en peligro el presente del deporte argentino, sino también su futuro. Es imperativo que se tomen medidas para revertir esta situación y asegurar que los atletas argentinos tengan las oportunidades y recursos que merecen. La inversión en deporte no es un gasto, es una inversión en el futuro del país.
