En medio de la creciente incertidumbre económica en Argentina, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ha salido a responder las críticas del exministro de Economía Domingo Cavallo, desestimando sus advertencias sobre la necesidad de evitar un “salto devaluatorio desestabilizante”. Sin embargo, la postura de Francos no solo es cuestionable desde el punto de vista económico, sino que también revela una profunda hipocresía, dado su pasado político y su aparente intento de presentarse como un defensor del liberalismo en un gobierno que, en su esencia, sigue siendo profundamente intervencionista.

Una Respuesta Pobre y Defensiva

Francos, en su intento por descalificar a Cavallo, afirmó que “nadie es infalible” y recordó errores pasados del exministro, como su predicción de que no se podría bajar la inflación. Sin embargo, este argumento es poco más que un recurso retórico para desviar la atención de las preocupaciones legítimas que plantea Cavallo sobre la política cambiaria actual. En lugar de abordar las críticas de manera sustantiva, Francos opta por atacar la credibilidad de Cavallo, lo cual es un signo de debilidad en su propia argumentación.

Un Kirchnerista en el Gobierno de Milei

La ironía de la situación es palpable. Francos, quien ha sido parte de gobiernos kirchneristas, ahora se presenta como un paladín del liberalismo en la administración de Javier Milei. Esta transformación repentina resulta sospechosa y plantea dudas sobre la sinceridad de sus intenciones. ¿Es realmente un defensor de la economía de mercado, o simplemente un político que busca adaptarse a las nuevas circunstancias para mantener su posición de poder?

La política económica actual de Milei, que intenta desregular y abrir la economía, se ve amenazada por la intervención constante del gobierno en el mercado cambiario. La estrategia de utilizar divisas del superávit comercial para controlar el tipo de cambio, como señala Cavallo, es un enfoque que contradice los principios liberales que Francos pretende defender. Su retórica liberal, por lo tanto, se convierte en un mero disfraz que oculta una política económica que sigue siendo intervencionista y poco coherente.

Desestimando la Realidad Económica

Francos argumenta que el gobierno no ve la necesidad de devaluar el peso debido a la estabilidad de la masa monetaria. Sin embargo, esta afirmación ignora las realidades del mercado cambiario y las crecientes presiones sobre el peso. La falta de una estrategia clara para aumentar las reservas netas, como sugiere Cavallo, podría resultar en una crisis cambiaria que desestabilice los avances económicos alcanzados hasta ahora.

La incapacidad de Francos para reconocer y abordar estos problemas de manera efectiva no solo pone en riesgo la economía argentina, sino que también revela su falta de compromiso con los principios liberales que dice defender. En lugar de buscar soluciones sostenibles y coherentes, parece más interesado en mantener la narrativa del gobierno de Milei, a pesar de las evidencias que sugieren que esta narrativa está lejos de ser la realidad.

Conclusiones

La respuesta de Guillermo Francos a las advertencias de Domingo Cavallo es un reflejo de la hipocresía y la falta de claridad en la política económica del gobierno de Javier Milei. Su intento de posicionarse como un liberal en un entorno que aún carga con las intervenciones del pasado kirchnerista es poco convincente y, en última instancia, perjudicial para la estabilidad económica del país. Si el gobierno no toma en serio las advertencias de expertos como Cavallo, Argentina podría enfrentar consecuencias graves que afecten a toda la sociedad.

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