En el complejo entramado político argentino, la figura de Santiago Caputo, conocido como el “mago del Kremlin”, se destaca no solo por su cercanía al presidente Javier Milei y su hermana Karina, sino también por la forma en que ejerce su influencia en el gobierno. Este artículo explora cómo la dinámica de poder dentro de este “triángulo de hierro” se asemeja a un fenómeno psicológico donde la influencia psicopática se manifiesta en la búsqueda del control absoluto.

La Psicopatía y el Poder

La psicopatía se caracteriza por una falta de empatía, manipulación, egocentrismo y un deseo insaciable de poder. En el contexto político, estos rasgos pueden facilitar la creación de redes de influencia que operan en la oscuridad, manipulando a otros para alcanzar sus objetivos. En el caso de Caputo, su papel como “titiretero” del relato oficial revela una estrategia de control que se basa en la manipulación de la narrativa y el uso de tácticas agresivas para silenciar a la oposición.

El Triángulo de Hierro: Caputo, Milei y Karina

El triángulo formado por Caputo, Milei y Karina refleja una relación simbiótica donde cada uno se beneficia del poder del otro. Caputo, como el estratega detrás de la escena, utiliza su influencia para colocar a aliados en posiciones clave dentro del gobierno, asegurando que su visión y la de Milei se implementen sin resistencia. La hermana del presidente actúa como un vínculo emocional y político, reforzando la lealtad y la cohesión del grupo.

La dinámica de este triángulo puede ser vista como un ejemplo de cómo los psicópatas pueden formar alianzas estratégicas para consolidar su poder. La falta de empatía y la manipulación son herramientas que utilizan para mantener el control, no solo sobre sus aliados, sino también sobre el electorado y los medios de comunicación.

Manipulación y Control de la Narrativa

Caputo no solo ejerce control a través de la colocación de aliados en posiciones de poder, sino que también gestiona la narrativa pública. Su equipo de “milicias digitales” se encarga de difundir mensajes que apoyan a Milei y atacan a la oposición. Esta estrategia de comunicación, que incluye el uso de seudónimos en redes sociales, permite a Caputo crear una imagen de apoyo popular mientras silencia las críticas.

La manipulación de la información y la creación de un entorno de miedo hacia los opositores son tácticas típicas de individuos con rasgos psicopáticos. Al hostigar a periodistas y figuras de la oposición, Caputo busca desestabilizar cualquier amenaza a su poder.

El Juez Lijo y la Consolidación del Control

La reciente designación del juez Ariel Lijo en la Corte Suprema es un ejemplo claro de cómo Caputo utiliza su influencia para moldear el sistema judicial a favor de Milei. La capacidad de Lijo para demorar causas judiciales según conveniencias políticas es un reflejo de cómo los intereses personales de los psicópatas pueden entrelazarse con los del estado, creando un sistema que favorece la perpetuación del poder.

Conclusión

El triángulo de poder formado por Santiago Caputo, Javier Milei y Karina Milei es un claro ejemplo de cómo la influencia psicopática puede manifestarse en la política. A través de la manipulación, el control de la narrativa y la creación de redes de lealtad, estos individuos han logrado consolidar un poder que desafía las normas democráticas. La falta de empatía y la búsqueda insaciable de control son características que no solo definen su relación, sino que también plantean serias preguntas sobre el futuro de la política argentina y la salud de su democracia.

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