El Partido Liberal de Canadá se prepara para elegir un nuevo líder que reemplazará a Justin Trudeau, con la tarea inmediata de enfrentar una guerra comercial con Donald Trump. La votación comenzó el 26 de febrero y los miembros del partido tienen hasta la tarde del domingo para emitir su voto. Se espera que el nuevo líder sea anunciado en Ottawa entre las 5 y las 7 de la tarde.

El exgobernador del Banco de Canadá, Mark Carney, lidera las encuestas frente a la exministra de Finanzas, Chrystia Freeland, en un contexto electoral marcado por la figura de Trump. Las amenazas del presidente estadounidense de imponer un arancel del 25% a las importaciones canadienses y su promesa de anexar el país han despertado un sentimiento patriótico que ha revitalizado la contienda por el liderazgo liberal.

Durante más de un año, se pensaba que el Partido Conservador y su líder de oposición, Pierre Poilievre, ganarían fácilmente una mayoría en las próximas elecciones. Sin embargo, la hostilidad de Trump ha cambiado las dinámicas de la carrera política. “Es evidente que Carney ha recaudado más fondos y cuenta con el mayor apoyo, por lo que es probable que gane”, afirmó Semra Sevi, profesora de ciencia política en la Universidad de Toronto.

Freeland, en una entrevista con el Financial Times, destacó que la beligerancia de Trump hacia Canadá ha restaurado la popularidad del partido. “Tomo muy en serio la soberanía de mi país”, dijo Freeland en el podcast Rachman Review. “Nuestra soberanía no es negociable y los canadienses están increíblemente unidos al respecto”.

Una encuesta del Angus Reid Institute reveló que el 43% de los canadienses creen que Carney sería el mejor líder para enfrentarse a Trump en una hipotética carrera contra Poilievre, quien tiene un 34%. Freeland, por su parte, obtuvo un 36% frente al 33% de Poilievre.

Además del factor Trump, la recuperación de la economía canadiense también es crucial. Freeland ha propuesto convertir al país en “una superpotencia energética”, desde alimentar las redes eléctricas con energía hidroeléctrica hasta exportar gas natural licuado a sus aliados. Carney ha hecho promesas similares sobre un gran programa de infraestructura, afirmando que “acelerando la toma de decisiones sobre proyectos importantes, Canadá podrá reducir costos, atraer más inversiones, crear más empleos y construir la economía más fuerte del G7”.

Justin Trudeau renunció a principios de enero tras casi una década en el poder, enfrentando bajos índices de aprobación y fricciones dentro de su partido. Freeland, quien dejó su cargo como viceprimera ministra en diciembre, había tenido crecientes desacuerdos con Trudeau sobre la política económica y la gestión de la crisis del costo de vida.

Sin embargo, quien sea elegido como el próximo primer ministro de Canadá podría ocupar el cargo por poco tiempo, ya que se espera que se convoquen elecciones a finales de abril o mayo. Si Freeland gana, su portavoz ha indicado que convocará una reunión con los primeros ministros provinciales, líderes empresariales y jefes sindicales para buscar un mandato como líder de Canadá o preguntar si prefieren una elección anticipada como el mejor camino a seguir. Carney ha indicado que prefiere una elección anticipada, aunque su portavoz no respondió a las solicitudes de comentarios.

Según la constitución, Canadá debe celebrar elecciones antes de octubre.