La administración de Donald Trump está defendiendo a las grandes empresas tecnológicas de EE.UU. frente a las regulaciones impuestas por la Unión Europea, en un contexto de creciente tensión entre ambas regiones. La guerra digital se ha convertido en un frente clave, con Trump aprovechando cada oportunidad para criticar la regulación europea, que está dominada por gigantes estadounidenses.

Brendan Carr, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de EE.UU., expresó su preocupación respecto al enfoque de Europa hacia la Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés), que entró en vigor en 2023. Durante su intervención en el Mobile World Congress, celebrado en Barcelona el 3 de marzo de 2025, Carr advirtió que “hay un riesgo de que este régimen regulatorio imponga reglas excesivas en relación con la libertad de expresión”. Su comentario se produjo en un panel donde también participaba Henna Virkkunen, vicepresidenta de la Comisión Europea para la soberanía digital.

Carr enfatizó que la censura que podría derivarse de la DSA es incompatible con la tradición de libertad de expresión de EE.UU. Esta declaración subraya la creciente fricción entre las normas europeas, que buscan regular el contenido en las plataformas digitales, y la postura estadounidense, que prioriza la libertad de expresión y el libre mercado.

A medida que las tensiones aumentan, la batalla por el control de la regulación tecnológica se intensifica, marcando un nuevo capítulo en la relación entre EE.UU. y Europa en el ámbito digital.

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