Milei Monitorea Desde Olivos: Decisiones en Tiempos de Crisis

El presidente Javier Milei ha decidido permanecer en la residencia oficial de Olivos en lugar de visitar Bahía Blanca, donde un devastador temporal ha dejado un saldo trágico de 16 muertos y miles de evacuados. A pesar de haber suspendido un viaje a Mendoza, Milei optó por no exponerse a posibles críticas o abucheos en la zona afectada, delegando la responsabilidad a sus ministros de Defensa y Seguridad, Patricia Bullrich y Luis Petri.

La decisión de no viajar a Bahía Blanca se enmarca en un contexto político complicado para el presidente, quien ha enfrentado una serie de reveses en las últimas semanas, incluyendo el escándalo del caso $LIBRA y dificultades en el nombramiento de un juez en la Corte Suprema. Con el ambiente caldeado por la falta de infraestructura y prevención en la ciudad, Milei no podía permitirse un nuevo traspié que pudiera afectar su imagen.

En la Casa Rosada, se argumentó que no era necesario que el presidente estuviera presente en la zona del desastre, a pesar de las críticas que sus ministros recibieron de los vecinos. La agenda política de Milei ha estado marcada por una serie de desafíos, desde la controversia por el acuerdo con el FMI hasta la judicialización de su gestión, lo que ha llevado a su equipo a ser cauteloso en la forma en que manejan la situación.

Mientras tanto, Bullrich y Petri enfrentaron la ira de los ciudadanos en Bahía Blanca, donde la frustración por la falta de respuesta adecuada ha sido palpable. A pesar de los esfuerzos de los funcionarios, la sensación de abandono persiste entre los bahienses, quienes han estado lidiando con las consecuencias del temporal.

La situación política parece haberse calmado temporalmente debido a la tragedia, con figuras como Cristina Kirchner y Axel Kicillof adoptando un tono más conciliador. Sin embargo, se anticipa que cuando las aguas se calmen, las tensiones volverán a surgir, especialmente en torno al acuerdo con el FMI y otros temas controvertidos.

A medida que se evalúan los daños en Bahía Blanca, la clase política deberá enfrentar el desafío de reconstruir no solo la infraestructura, sino también la confianza de los ciudadanos en sus líderes. Mientras tanto, Milei sigue monitoreando desde Olivos, cuidando su imagen en un momento en que cada movimiento cuenta.

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