
La reciente visita de Marcela Podestá Costa, sobrina nieta de Benjamín Solari Parravicini, a Santiago Caputo en la Casa Rosada ha suscitado una serie de interrogantes sobre la relación entre el arte profético y la política actual en Argentina. Caputo, asesor cercano del presidente Javier Milei y conocido admirador de Parravicini, ha hecho de las psicografías del “Nostradamus argentino” un elemento central en su narrativa política. Sin embargo, este encuentro plantea preocupaciones sobre la manipulación de las creencias esotéricas en el ámbito del poder.
Un Encuentro de Intereses
Podestá Costa compartió imágenes de su reunión con Caputo, donde ambos discutieron temas como la famosa “Cruz Orlada” y otras ideas vinculadas a la obra de Parravicini. La efusividad de Podestá Costa, quien calificó el encuentro como “muy lindo”, contrasta con el contexto político en el que se desarrolla. La utilización de figuras esotéricas y proféticas para legitimar decisiones políticas puede ser vista como una estrategia para atraer a sectores de la población que buscan respuestas en tiempos de incertidumbre.
La Manipulación de la Profecía
La asociación de Caputo con la figura de Parravicini, especialmente en relación con la psicografía del “hombre gris”, que algunos interpretan como un símbolo de la llegada de Milei al poder, es un claro ejemplo de cómo las creencias esotéricas pueden ser explotadas en la política. Al llevar un tatuaje que representa esta figura, Caputo no solo se identifica con la obra de Parravicini, sino que también busca legitimar su rol en el gobierno a través de un misticismo que puede resultar atractivo para ciertos votantes.
Críticas a la Utilización de la Espiritualidad en la Política
La utilización de la espiritualidad y la profecía en la política es un fenómeno que merece ser examinado críticamente. En lugar de fomentar un debate racional y fundamentado sobre las políticas públicas, la apelación a figuras como Parravicini puede desviar la atención de los problemas reales que enfrenta el país. La política debería basarse en hechos concretos y en la búsqueda de soluciones a los desafíos sociales y económicos, en lugar de depender de la interpretación de profecías.
Un Futuro Preocupante
El encuentro entre Podestá Costa y Caputo no es solo un simple intercambio de ideas, sino un reflejo de cómo la política argentina puede estar sucumbiendo a la tentación de utilizar el misticismo y la superstición como herramientas de legitimación. La posibilidad de que las decisiones políticas se basen en interpretaciones esotéricas en lugar de en análisis racionales es una preocupación que debería inquietar a la ciudadanía.
En conclusión, la visita de Marcela Podestá Costa a Santiago Caputo es un síntoma de un fenómeno más amplio en la política argentina, donde la profecía y el esoterismo se entrelazan con el ejercicio del poder. Este tipo de encuentros deben ser cuestionados y analizados críticamente para garantizar que la política se mantenga anclada en la realidad y no se desvíe hacia un terreno de creencias sin fundamento.

Benjamín Solari Parravicini (1898-1974) fue un artista, escultor y pintor argentino, conocido principalmente por sus obras de arte visionarias y proféticas, que se han vuelto populares en el ámbito esotérico y de la predicción. Nacido en Buenos Aires, Parravicini se destacó en su juventud como un talentoso dibujante y pintor, y a lo largo de su vida desarrolló un estilo único que combinaba elementos surrealistas y simbolistas.
Sin embargo, su legado más notable son las “psicografías”, dibujos acompañados de textos que supuestamente predicen eventos futuros. Parravicini afirmaba haber recibido estas visiones a través de un proceso de inspiración mística. A lo largo de su vida, realizó más de 200 psicografías que abarcan una amplia gama de temas, desde eventos políticos y sociales hasta avances tecnológicos y catástrofes naturales.
Entre sus predicciones más famosas se encuentran alusiones a la llegada de un nuevo orden mundial, la aparición de líderes políticos y cambios significativos en la sociedad. Aunque muchas de sus profecías han sido objeto de interpretación y debate, Parravicini ha mantenido un lugar especial en la cultura popular argentina, y sus obras continúan siendo estudiadas y discutidas por entusiastas de la profecía y el esoterismo.
Aparte de su producción artística, Parravicini también fue un hombre de profundas convicciones espirituales y filosóficas, y sus escritos reflejan una visión del mundo que aboga por la paz y la comprensión entre los pueblos. Su figura ha trascendido el ámbito del arte, convirtiéndose en un símbolo de la búsqueda de respuestas a preguntas existenciales y a los misterios del futuro.
