
El reciente contrato firmado por el Instituto Nacional de Promoción Turística (INPROTUR) para la creación y administración de perfiles de redes sociales en China ha suscitado una fuerte controversia. Con un gasto de aproximadamente 238.875.000 pesos (195.000 dólares), el Gobierno de Javier Milei parece priorizar la promoción internacional sobre las necesidades urgentes que enfrenta el país. Este informe analiza las implicaciones de este gasto y cuestiona la justificación detrás de la decisión.
Detalles del Contrato
El contrato, adjudicado a la empresa Puken Media S.A., incluye 15.000 dólares para la apertura de cuentas en redes sociales chinas como Weibo y WeChat, y 180.000 dólares por un año de administración y publicación de contenido. La licitación se realizó bajo la modalidad de “Compulsa Abreviada por Monto Internacional”, y aunque se invitaron a tres empresas, solo una presentó una oferta, lo que plantea dudas sobre la transparencia y la competencia del proceso.
Contradicciones en la Política Exterior
La decisión de Milei de invertir en la promoción de “Visit Argentina” en China contrasta notablemente con sus declaraciones previas en las que se oponía abiertamente al comunismo. En noviembre de 2024, Milei se reunió con Xi Jinping durante el G20 en Río de Janeiro, donde, a pesar de su retórica anticomunista, reafirmó acuerdos comerciales y financieros con el régimen chino, incluyendo la renovación del swap de monedas. Esta contradicción no solo socava su credibilidad, sino que también plantea interrogantes sobre la coherencia de su política exterior.
Cuestionamientos sobre la Inversión
Expertos digitales han manifestado su escepticismo respecto a la justificación de este gasto exorbitante. La crítica se centra en que muchas agencias de comunicación ofrecen servicios similares a un costo mucho menor, lo que hace difícil justificar la inversión de 240 millones de pesos en un país donde Argentina enfrenta problemas económicos urgentes. Además, el contrato carece de claridad sobre los contenidos que se publicarán y no establece métricas concretas para evaluar el impacto de la inversión.
La falta de especificaciones en el documento de adjudicación sobre qué tipo de contenido se publicará y cómo se medirá el rendimiento de la inversión es alarmante. Aunque se exige a la empresa adjudicataria que presente informes mensuales, la ausencia de sanciones en caso de resultados insatisfactorios plantea serias dudas sobre la rendición de cuentas y la efectividad del gasto.
Conclusión
El gasto del Gobierno de Javier Milei en la administración de redes sociales en China no solo es cuestionable desde el punto de vista financiero, sino que también refleja una falta de coherencia en su discurso político. En un momento en que Argentina enfrenta desafíos económicos significativos, priorizar una inversión tan elevada en la promoción internacional parece desviar la atención de las necesidades urgentes del país. Es fundamental que el gobierno reevalúe sus prioridades y se enfoque en soluciones que beneficien directamente a la población argentina, en lugar de embarcarse en gastos innecesarios en el extranjero.
La ciudadanía merece claridad y transparencia en el manejo de los recursos públicos, así como un enfoque que realmente aborde los problemas que afectan su día a día.

