
La situación en Buenos Aires se ha vuelto crítica tras las violentas protestas en apoyo a los jubilados, que han puesto de manifiesto el creciente descontento con las políticas del presidente Javier Milei. Este miércoles, las calles del centro de la capital argentina se convirtieron en un campo de batalla, con al menos 20 heridos, uno de ellos en estado grave, y la detención de 94 personas.
Desde hace más de tres décadas, los jubilados argentinos han marchado semanalmente, exigiendo un ingreso mínimo de 450 dólares. Sin embargo, en la actualidad, su pensión se ha reducido a tan solo 200 dólares, una cifra que resulta insuficiente en un país que ha visto un aumento desmedido en el costo de vida. Las protestas, que inicialmente eran pacíficas, se tornaron violentas con la participación de barras bravas del fútbol argentino, quienes se unieron a los reclamos de los jubilados.
El jefe de Gabinete de Milei, Guillermo Francos, denunció lo que calificó de “una especie de Golpe de Estado” en respuesta a las manifestaciones, un comentario que refleja la creciente tensión y nerviosismo dentro del gobierno. La violencia no solo se limitó a las calles; dentro del Parlamento, los legisladores de La Libertad Avanza (LLA), el partido de Milei, se enfrentaron físicamente, lo que culminó en un despliegue policial abrumador.
Uno de los momentos más impactantes de la jornada fue el ataque a Pablo Grillo, un fotógrafo que recibió un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza, dejándolo en estado crítico. Este incidente ha generado una ola de indignación, especialmente tras la difusión de un video que muestra a un policía empujando a una jubilada de 87 años al suelo, quien se golpeó la cabeza contra el asfalto.
A medida que la tarde avanzaba, los manifestantes se dirigieron a la Casa Rosada, la sede del gobierno, donde coreaban: “¡Los viejos no se tocan!” La protesta reunió a jubilados, jóvenes y grupos de izquierda, todos unidos en un reclamo por justicia social. Sin embargo, la presencia de barras bravas, conocidos por su violencia en los estadios, añadió un elemento de tensión al ambiente.
El descontento con el gobierno de Milei ha crecido en las últimas semanas, en parte debido a su gestión de la crisis en Bahía Blanca y un escándalo relacionado con la criptomoneda $LIBRA, que le costó seis puntos en las encuestas. Su imagen negativa ha superado por primera vez a la positiva, lo que indica un deterioro en su apoyo popular.
Mauricio Macri, ex presidente y principal apoyo de Milei, ha expresado su creciente impaciencia, instando al presidente a reconocer la importancia del Estado en la reconstrucción de las áreas afectadas. La relación entre ambos parece estar en un punto crítico, con Milei enfrentando un creciente aislamiento político.
Conclusiones
Las protestas en Buenos Aires reflejan un descontento profundo con las políticas del gobierno de Javier Milei, especialmente en lo que respecta a la situación de los jubilados y la clase trabajadora. La violencia que ha estallado en las calles no solo pone en riesgo la estabilidad del gobierno, sino que también plantea serias preguntas sobre la dirección futura de Argentina en un contexto de creciente desigualdad y crisis social. La respuesta del gobierno a estos eventos será crucial para determinar su futuro político y la capacidad de mantener la paz social en el país.
