A medida que se acercan las elecciones de 2025, el peronismo argentino enfrenta una de sus crisis más profundas. La falta de unidad y la incapacidad para cerrar acuerdos han llevado a una fragmentación del justicialismo, que se presentará dividido en dos o más listas en las primeras cinco elecciones del año. Esta situación no solo pone en riesgo la viabilidad electoral del peronismo, sino que también refleja el estado de desorganización y confusión que ha surgido tras la sorprendente derrota en las elecciones presidenciales de 2023.

  1. Contexto de la Fragmentación Peronista

La reciente historia del peronismo está marcada por la pérdida de varias gobernaciones y una notable disminución de su influencia en el panorama político argentino. La derrota en las elecciones presidenciales de 2023 fue un duro golpe que dejó al justicialismo en un estado de reorganización, con dirigentes que luchan por encontrar un camino común. La situación se ha visto reflejada en los cierres de alianzas para las elecciones de este año, donde las divisiones han sido evidentes.

Las cinco primeras elecciones del año, que incluyen comicios en Santa Fe, Jujuy, Chaco, San Luis y Salta, han mostrado que los líderes peronistas no han logrado llegar a acuerdos significativos. A medida que se acercan las fechas de votación, el peronismo se encuentra en una posición vulnerable, debilitado por la falta de cohesión y la fragmentación interna.

  1. Las Primeras Elecciones: Un Panorama Desalentador

El 13 de abril se llevarán a cabo elecciones de convencionales constituyentes en Santa Fe, mientras que el 11 de mayo se convocarán a elecciones provinciales en Jujuy, Chaco, San Luis y Salta. En estas provincias, el peronismo se presenta como oposición, lo que complica aún más sus posibilidades de éxito. La falta de unidad entre los diferentes sectores del justicialismo podría resultar en una derrota significativa, ya que los votantes podrían optar por alternativas más cohesivas.

Cristina Kirchner, quien ha asumido un papel activo en la reorganización del partido, ha expresado su deseo de ver al peronismo alineado en una oposición firme al gobierno de Javier Milei. Sin embargo, la realidad es que las diferencias entre los líderes provinciales y la falta de un mensaje claro han dificultado la construcción de una plataforma unificada.

  1. La Intervención de la Conducción Nacional

Ante la creciente fragmentación, la conducción nacional del peronismo ha decidido intervenir en varias provincias, buscando restaurar el orden y la unidad dentro de las filas justicialistas. Sin embargo, estas intervenciones han encontrado resistencia, como en el caso de Salta, donde el presidente del PJ, Esteban Amat, criticó el “centralismo” de Buenos Aires y defendió su alineación con el gobernador Gustavo Sáenz.

La intervención en Salta resultó en la creación de dos frentes peronistas: uno alineado con el oficialismo y otro en oposición. Esta división refleja las tensiones internas que persisten en el partido y la dificultad de la conducción nacional para imponer su autoridad y cohesionar a los diferentes sectores.

  1. Las Alianzas en las Provincias: Un Mosaico de Divisiones

En San Luis, la división entre los hermanos Rodríguez Saá ha llevado a la formación de múltiples frentes, lo que complica aún más la situación del peronismo en la provincia. Claudio Poggi, gobernador y miembro de un frente opositor, se enfrenta a su hermano Alberto, quien ha logrado retener la mayoría de la dirigencia del PJ local. Esta lucha fraternal es un reflejo de las divisiones más amplias que afectan al justicialismo en todo el país.

En Chaco, la situación es igualmente complicada. El exgobernador Jorge Capitanich ha formado un frente con varias agrupaciones kirchneristas, pero enfrenta la competencia de otros sectores del peronismo que buscan crear sus propias coaliciones. La falta de unidad en Chaco podría resultar en una fragmentación que beneficie a otros partidos, como el radicalismo.

Jujuy es otro ejemplo de la crisis del peronismo. Las intervenciones de Aníbal Fernández y Gustavo Menéndez han llevado a la creación de frentes que buscan favorecer a ciertos candidatos, pero también han generado resistencia y descontento entre otros sectores del justicialismo.

  1. La Elección de Convencionales en Santa Fe: Un Termómetro Electoral

La elección de convencionales constituyentes en Santa Fe, programada para el 13 de abril, será un termómetro importante para medir el estado del peronismo. La coalición “Más para Santa Fe”, que incluye a varios sectores del justicialismo, busca presentar una alternativa sólida. Sin embargo, la falta de unidad y la fragmentación en otras provincias podrían afectar su desempeño.

El gobernador radical Maximiliano Pullaro se presenta como un candidato fuerte, lo que aumenta la presión sobre el peronismo para demostrar que puede ofrecer una opción viable a los votantes. La capacidad del justicialismo para unirse y presentar una plataforma coherente será crucial para su éxito en las elecciones.

  1. Desafíos y Oportunidades para el Peronismo

El peronismo enfrenta desafíos significativos en el contexto electoral de 2025. La fragmentación interna y la falta de un mensaje claro han debilitado su posición y han puesto en riesgo su capacidad para competir efectivamente. Sin embargo, también existen oportunidades para reconstruir la unidad y fortalecer el partido.

Cristina Kirchner ha expresado su deseo de ver al peronismo alineado en una oposición firme al gobierno de Milei. Si bien la tarea es monumental, la posibilidad de unificar a los diferentes sectores del justicialismo podría ofrecer una oportunidad para revitalizar el partido y recuperar el apoyo popular.

  1. Conclusiones

El peronismo argentino se encuentra en un momento crítico, enfrentando una crisis de identidad y unidad a medida que se acercan las elecciones de 2025. La fragmentación en múltiples listas y la incapacidad para cerrar acuerdos significativos amenazan su viabilidad electoral. Sin embargo, con un liderazgo decidido y un enfoque en la cohesión, el justicialismo podría encontrar la manera de reconstruir su imagen y presentarse como una opción viable para los votantes.

Las próximas elecciones serán un test crucial para el peronismo, y los resultados ayudarán a definir su futuro en el panorama político argentino. La capacidad de la dirigencia peronista para superar sus diferencias y unirse en torno a un objetivo común será fundamental para determinar su éxito en los comicios y su relevancia en la política del país.

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