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Fue por unanimidad que el 14 de noviembre del año pasado, las provincias ratificaron que no se perderían días de clases y que era prioritario cumplir con los calendarios escolares, respetando cronograma anual y las horas asignadas como «mínimas» definidas para completar con una jornada de estudios.
Pero como en cada inicio de año, las pujas gremiales y políticas avanzan sobre un escenario sumamente sensible y sobre el cual ya no debería haber desacuerdo: la educación ya no solo es un derecho individual de niños y jóvenes, sino que es la herramienta fundamental para que una comunidad se desarrolle y tenga alguna alternativa. Pero tal vez, por muchos años la consigna de que la educación es el camino para el crecimiento de una sociedad solo se pregonó, pero no se respetó.
Santa Cruz sabe mucho de estas mentiras de supuestamente defender – de la boca para afuera – la educación y luego destruir sistemáticamente el sistema. Promociones de año por Decretos, procesos educativos inconclusos pero aprobados, degradación de contenidos y sobre todo literalmente cerrar las escuelas por deficiencias estructurales o por protestas viciadas de segundas intenciones han «bajado la vara» de los estándares educativos y los principales afectados han sido generaciones de santacruceños semianalfabetos.
Otra vez, la historia se pretende repetir; pero solamente respetando las legislaciones vigentes se podría desmontar la farsa.
Aquella Resolución (484/24), dada en medio de los cambios políticos y sociales que representaron las derrotas de un conjunto de ideas, ideologías y políticas, definía puntualmente que era lo que se debía priorizar: la Ley.
Todo esto, «apuntado en la Constitución Nacional, las Constituciones Provinciales y la de la Ciudad Autónoma de Buenos. Aires, consagran el derecho de aprender para todos los/as habitantes de la Nación», sintetizaba la normativa.
Luego, como si hubiera que explicarlo (pero si, hay que explicarlo) mencionaba que «dicha norma establece que la educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social, garantizados por el Estado; que la educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertad s fundamentales y fortalecer el desarrollo económico-social de la Nación».
Todo dicho; y el que no lo entienda seguramente le parecerá aceptable violar los derechos de niños y jóvenes; en definitiva violar los derechos de la comunidad en donde viven.

Un paro «salvaje»

Pareciera que muchos están empeñados en que Santa Cruz no solo no avance, sino que tienen como objetivo que la provincia retroceda.
Aunque era un secreto a voces que en Congreso de Provincial de ADOSAC determinaría ir a una medida de fuerza, a nadie se le podía ocurrir que se decretaría un verdadero paro «salvaje» de 72 horas para los días martes 18, miércoles 19 y jueves 20 de marzo. Es salvaje porque estos «representantes» de un sector de la comunidad educativa (que incluye a padres, alumnos, y auxiliares de la educación) no miden las consecuencias de lo que significa para un «ser humano en desarrollo y crecimiento» perder un solo día su posibilidad de formarse, educarse y «empoderase de conocimiento».
La segunda medida anunciada es una «marcha provincial en rechazo al aumento salarial por decreto anunciado por el Gobierno de Claudio Vidal», además por quejas con la reinstauración del ítem «presentismo».
Parece lógico que un gremio, sindicato a asociación que represente trabajadores cuestione, reclame y hasta rechace medias que hacen al contexto de su labor. Incluso los «paros de actividades» y otras medidas de fuerza son parte del derecho a la protesta. Pero llegar siempre a la única conclusión que la huelga es la solución; pareciera denotar un poco propensión al dialogo y una falta de ideas que en el caso del sector docente es preocupante o alarmante; siendo que ellos están al frente de las aulas y de cientos de menores de edad que buscan ideas, conocimiento y un futuro. De todos modos, en Santa Cruz hay gente que evidentemente está empeñada en que la provincia no avance. Como ya se dijo; pareciera ser que se busca una sociedad semi analfabeta que retroceda; una sociedad de perfil «salvaje» como el paro que impulsa ADOSAC.

Rehenes «nunca más»

Luego de que se hiciera público el comunicado del gremio docente, llamó la atención la especial notoriedad que había tomado el tema de la implementación del «presentismo». Se trataba de una disposición que por muchos años intentó retener a los docentes en las aulas; luego de abusos de «carpetas médicas» y todo tipo de excusas para no cumplir funciones. Esta medida, que fue eliminada en 2007, era sobre todo un ítem o adicional que los docentes solo cobraban en caso de tener esa «asistencia perfecta», pero mínima.
Es decir que si bien se buscó como herramienta de incentivo para que los docentes trabajaran y cumpliera con sus tareas de manera más acabada; también era parte de una pulseada salarial. Y este es otro punto: es cierto que todos los sectores de la administración pública y los trabajadores en general; incluso los que no están en relación de dependencia y quienes se ganan la vida día a día casi de cualquier manera sufren el impacto de la crisis económica. También es cierto que no muchos tienen a su cargo tareas de relevancia directa a la calidad de vida y el desarrollo humano (servidores públicos que les dicen); pero en ningún caso alguno de ellos abandonaría a su suerte el sujeto de su vocación y compromiso. Imaginemos un bombero que no apaga un incendio ni salva a las víctimas o a un médico que no asiste o cura a un paciente grave; en una situación de crisis generalizada. Esto es lo que está haciendo el gremio docente con nuestros niños y jóvenes santacruceños, ya no sólo los toman de rehenes, sino que violan sus derechos consagrados en la Constitución y en acuerdos y consensos internacionales.
Por eso ante la consigna sindical de «presentismo Nunca Más» de la ADOSAC hay que defender la consigna «alumnos y estudiantes de rehenes Nunca Más».

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