Antes enemigos, ahora aliados; distintos actores de la (vieja) política santacruceña vinculados al sector de la educación pública, parecen dispuestos a no perder la oportunidad de fogonear un nuevo conflicto docente, en medio de las protestas de la ADOSAC.
Nombres como Miguel del Pla (histórico dirigente y eterno candidato de la izquierda), o Cecilia Velázquez (multifuncionaria kirchnerista cuyo último cargo fue presidente del Consejo Provincial de Educación en la peor gestión que se recuerde), quienes protagonizaron duras disputas sobre todo políticas; son quienes ahora como “caranchos” unen sus fuerzas dialécticas para confrontar con el gobierno.
Claro que también están los que hacen de la crítica permanente una forma de hacer política, como el diputado provincial Pedro Muñoz y la diputada nacional Roxana Reyes se subieron al ring del crónico conflicto docente para cobrar protagonismo. Aunque nada hayan hecho por evitar el deterioro del sistema educativo en los últimos años, e incluso fueron parte del problema que llevó a Santa Cruz a profundizar el semi analfabetismo en niños y jóvenes; estos dirigentes saben que cuando “peor, mejor” (para ellos) y “operan” desde las sombras o públicamente para que el conflicto se profundice.

Los une el espanto

Aunque Velázquez no sea la mejor “abanderada” de la educación y la defensa del alumnado provincial, aún conserva estructuras en el sistema educativo, luego de años siendo la funcionaria que ejecutaba con mano dura la pésima política educativa de Alicia Kirchner. Hay que recordar que ella asumió en el CPE luego de la renuncia de Roberto Borselli, quien dejó su cargo en medio del grave conflicto con ADOSAC.
Claramente, Velázquez – quien venía de desempeñarse en el Gabinete del ministerio nacional de Desarrollo Social y enfrentaba una grave denuncia ante la Oficina Anticorrupción por los delitos de defraudación al Estado y corrupción – no tuvo una gestión brillante. Todo lo contrario, los conflictos en las comunidades educativa se resolvían en base a presiones y sanciones a directivos y dirigentes. Una gestión apenas recordada por el invento de la palabra “jovenas”, cosa que le dio alguna trascendencia antes de dejar su cargo con mas problemas estructurales que los que ya tenía el sistema educativo provincia.
Luego está Miguel del Pla, representante de la izquierda más rancia y la dirigencia docente más díscola, quien por estas horas se jacta de haber “protagonizado una movilización inmensa” en la que incluyó a “docentes y trabajadores del Estado” representados por a ATE. Esto en referencia a las protestas de los últimos días en Río Gallegos. Y es aquí donde se ven los “hilos” de la trama; donde se intuye el engaño: mezclar todo tipo de reclamos, descontentos y diferencias con el gobierno aprovechando el reclamo puntual por el ítem “presentismo”.
Sobre las protestas dijo: “vino mucha gente que no está en la marcha, que no son quienes protagonizan esto. No fue una marcha del activo del gremio, sino más grande y con gente que vino convocada hace pocas horas»; claramente buscando capitalizar un descontento social.
También están Reyes y Muñoz dos legisladores en funciones que rara vez activaron o propusieron proyectos para mejorar el sistema educativo o incluso mostraron preocupación previa por un conflicto que se venía venir como cada inicio de ciclo lectivo.
Aunque ambos coquetean con el gobierno de Claudio Vidal, esta vez prefirieron desmarcarse y sumarse a la ola opositora de reclamos.
La coincidencia de estos actores de la política santacruceña que supieran protagonizar feroces enfrentamientos disputando espacios de “poder”, podría sintetizarse en que “no los une el amor sino el espanto”; parafraseando el poema “El otro” de Jorge Luis Borges.
Los dirigentes mencionados y otros que no hacen declaraciones públicas pero están detrás de la sumatoria de conflictividad social, insisten en que el “presentismo” es un retroceso; aunque no postulan alternativas para que un gran sector de la docencia provincial tenga más interés en asistir a las aulas para dar clases.
En este contexto, Muñoz, que es un joven jubilado docente viene de rechazar el proyecto de ley de autoría de su par Santiago Aberastain que busca premiar con un 30% del salario a los docentes que cumplan el 95% de asistencia. La inicitiva también apunta a frenar la incesante carencia de maestros al frente de las aulas producto de las famosas Carpetas Médicas. Según Muñoz, esto es un “correctivo” aunque muchos padres – esto observado en redes sociales de comunidades educativas – coinciden en que “algo hay que hacer” con el ausentismo docente.

Premio o castigo

Hay que mencionar que en el 2023 solo hubo 73 días de clase; producto de paros y de carencias en la mayoría de las escuelas de la provincia. En lo que va del presente ciclo lectivo solo se pudieron concretar 5 días de clases. También hay que mencionar que otro dato que maneja el gobierno es que “Santa Cruz tiene uno de los índices de ausentismo docente más altos del país, con un 45% de faltas. En algunas escuelas, por cada docente titular hay cuatro o cinco suplentes. Eso es un costo enorme para el Estado», dijo recientemente el Secretario de Medios Sergio Bucci.
Pero entonces una medida para alentar a los docentes a que vayan a trabajar es un premio o un castigo. O mejor formulado: ¿premio y castigo, para quién?
Al respecto, el Profesor Dr. Mario Antonio Olmedo, en su trabajo “el Presentismo Docente y sus debates de origen”, concluye tras una exhaustiva investigación y análisis:  es el derecho de los niños a contar con la atención de sus docentes siempre. En mi consideración el presentismo es un premio al esfuerzo de presencia efectiva y deontológica en clase. Pues los cambios de docentes y en casos más de una vez por año y grado o curso, no benefician a la marcha escolar de los niños primordialmente en los primeros tramos de escolarización obligatoria; aun cuando prevalece la polémica pendular entre los derechos de los docentes y la de los alumnos”.
Esta clara exposición deja en evidencia un debate que lleva años en todo el país, pero que es necesario “bajar” a la realidad de Santa Cruz. Habría que analizar porqué históricamente ADOSAC es incapaz de presentar alguna alternativa para sostener la calidad de la educativa y trabajar para que la supuesta vocación docente se refleje en el ejercicio de la enseñanza.
También está el caso de la política carroñera” donde detrás de los Velázquez y los Del Pla, hacen fila un grupo de “busca votos” en un año electoral.
Evidentemente no es un simple debate sobre asignación recursos; es algo que trasciende el simple ámbito de las aulas y se traslada directamente a las expectativas de futuro de niños y jóvenes.
Pero pareciera que cuando la “vieja” política “huela sangre” ahí están dispuestos a desangrar la presa hasta que colapse. Claramente, el sistema educativo santacruceño lleva años agonizando y muchos dirigentes no tienen ningún problema en ultimarlo para ganar un poquito de terreno político.
Entonces, el castigo siempre cae sobre cientos de niños y jóvenes santacruceños que son privados del derecho a la educación.

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