
El 17 de marzo de 2025, el presidente Javier Milei anunció una medida que ha sorprendido a miles de argentinos en medio de la crisis económica que atraviesa el país: la suspensión del cobro de peajes en varias rutas y puentes de la región. Esta decisión, que entrará en vigor el 8 de abril, se toma en un contexto de incertidumbre y descontento social, y ha generado tanto apoyo como críticas en la opinión pública.
Contexto de la Medida
La suspensión del cobro de peajes se debe a la decisión del gobierno de no renovar el contrato con la concesionaria privada Caminos del Río Uruguay (CRUSA), que ha estado a cargo del cobro de peajes en la autovía del Mercosur y en los puentes Zárate-Brazo Largo y Rosario-Victoria desde mediados de los años 90. La medida se produce tras la demora en el proceso de licitación para privatizar estas rutas y puentes, lo que ha llevado al gobierno a optar por no prorrogar nuevamente el contrato.
Esta acción es notable, ya que contrasta con el enfoque privatizador habitual de la administración de Milei, que ha sido caracterizada por sus políticas de corte libertario. Sin embargo, muchos analistas la interpretan como un movimiento populista en vísperas de las elecciones, diseñado para ganar apoyo entre los votantes descontentos con la situación económica actual.
Consecuencias para los Empleados y la Infraestructura
La decisión de Milei también tiene implicaciones significativas para los aproximadamente 500 empleados de CRUSA, quienes se verán afectados por la suspensión del cobro de peajes. La empresa se encuentra en convocatoria de acreedores y ha advertido que, al perder los ingresos por peaje, no dispone de los recursos necesarios para afrontar el pago de salarios e indemnizaciones. Esto podría derivar en un conflicto laboral, aumentando la tensión en un entorno ya complicado.
La suspensión del cobro de peajes se mantendrá durante un período inicial de seis meses o hasta que se concluya el proceso licitatorio que permita la entrada de una nueva operadora privada en estas rutas y puentes. Esta incertidumbre plantea preguntas sobre la calidad del servicio y el mantenimiento de la infraestructura vial, elementos cruciales para la movilidad y el comercio en la región.
Reacciones de la Ciudadanía
La reacción de la ciudadanía ha sido mixta. Por un lado, muchos ven la suspensión de peajes como una medida positiva que alivia la carga económica sobre los conductores en un contexto de inflación y crisis. Por otro lado, hay quienes cuestionan la viabilidad de esta decisión y su impacto a largo plazo en la infraestructura vial del país.
Además, en la Ciudad de Buenos Aires, se han implementado medidas que eximen del pago de peajes a vehículos eléctricos e híbridos, buscando fomentar la movilidad sustentable. Esta iniciativa, anunciada por el jefe de Gobierno, Jorge Macri, contrasta con la decisión de Milei, pero refleja un esfuerzo por incentivar el uso de tecnologías menos contaminantes.
Conclusión: Un Futuro Incierto
La suspensión del cobro de peajes por parte del gobierno de Javier Milei es una decisión histórica que refleja tanto las presiones económicas como las estrategias políticas en juego en Argentina. Mientras que algunos la ven como un alivio ante la crisis, otros advierten sobre las posibles consecuencias negativas para la infraestructura y el empleo en el sector. La situación sigue siendo incierta, y la capacidad del gobierno para gestionar estos cambios de manera efectiva será crucial para el futuro del tránsito y la economía en el país. La comunidad argentina deberá estar atenta a cómo se desarrollan los acontecimientos en los próximos meses, mientras se espera la llegada de una nueva operadora privada que pueda asumir la responsabilidad de las rutas y puentes afectados.

