
La esperada visita del presidente argentino Javier Milei a Israel, programada para participar en la Conferencia Internacional sobre la Lucha contra el Antisemitismo, se ha visto frustrada por un escándalo que ha sacudido el evento. La controversia comenzó cuando el Gran Rabino británico, Ephraim Mirvis, decidió no asistir tras enterarse de que compartiría el escenario con líderes de partidos europeos de extrema derecha, lo que llevó a Milei a cancelar su viaje, alegando razones domésticas.
La conferencia, organizada por el Ministerio de Asuntos de la Diáspora, estaba programada para los días 26 y 27 de marzo y contaba con una lista de oradores que incluía figuras notorios de la extrema derecha europea, como Jordan Bardella, líder del partido francés Agrupación Nacional, y Marion Maréchal, nieta de Jean-Marie Le Pen. La inclusión de estos personajes ha generado un gran revuelo, ya que algunos de sus partidos han sido vinculados con el neonazismo y el negacionismo del Holocausto.
En un comunicado, el portavoz de Mirvis confirmó su decisión de no participar, citando la presencia de estos políticos populistas de extrema derecha como motivo de su ausencia. Este hecho se suma a una serie de cancelaciones de otros oradores destacados, como el filósofo francés Bernard-Henri Lévy y Felix Klein, el zar alemán del antisemitismo, quienes también decidieron no asistir al evento en protesta por la participación de figuras extremistas.
El presidente israelí, Isaac Herzog, decidió no organizar la noche inaugural de bienvenida para la conferencia, reflejando la creciente preocupación sobre la legitimación de la extrema derecha en la política israelí. Abraham Foxman, exdirector de la Liga Antidifamación, expresó su descontento, afirmando que tanto la izquierda como la derecha no son amigas de Israel ni del pueblo judío, y que la comunidad judía no debería ser utilizada como plataforma para legitimar a partidos extremistas.
La situación ha puesto de manifiesto un cambio en la política del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, que ha comenzado a buscar vínculos más estrechos con partidos de extrema derecha en Europa, previamente boicoteados. Este cambio ha generado inquietud entre muchos en la comunidad judía, quienes temen que la colaboración con tales partidos pueda normalizar ideologías peligrosas y fomentar el antisemitismo.
La cancelación de la visita de Milei plantea interrogantes sobre las implicaciones políticas, tanto a nivel internacional como interno. Algunos analistas sugieren que la decisión de Milei de no asistir podría estar relacionada con la presión interna y la situación económica del país, especialmente en el contexto de las negociaciones con el FMI, que están en un momento crítico.
La frustrada visita de Milei a Israel no solo resalta las tensiones en torno al antisemitismo y la extrema derecha, sino que también refleja las complejidades de la política internacional en la que se encuentra Argentina. A medida que el país navega por un panorama político y económico incierto, la capacidad de Milei para manejar su imagen y su relación con otros líderes mundiales se convierte en un tema de creciente relevancia.
En conclusión, la cancelación de la visita de Javier Milei a Israel y el escándalo en torno a la Conferencia Internacional sobre la Lucha contra el Antisemitismo subrayan la necesidad de un enfoque cuidadoso y crítico hacia las alianzas políticas, así como la importancia de abordar el antisemitismo desde una perspectiva que no legitime a partidos extremistas. La situación plantea desafíos significativos para Milei y su administración, mientras Argentina busca establecer su lugar en el escenario internacional.

