La Universidad de Buenos Aires (UBA) se encuentra en una situación crítica, marcada por la declaración de emergencia salarial debido a la drástica caída del poder adquisitivo de sus docentes y no docentes, que ha disminuido un 51% en el último año. En respuesta a este panorama desolador, la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) ha convocado a clases públicas y magistrales en Plaza de Mayo, dirigidas especialmente al gobierno de Javier Milei, con el objetivo de visibilizar la grave crisis que enfrenta la educación pública en Argentina.

La inflación en 2024 alcanzó un alarmante 186%, mientras que los incrementos salariales para el personal docente fueron de apenas 115%. Esta disparidad se traduce en una pérdida real del 25% en los salarios, lo que significa que, en términos prácticos, los docentes están recibiendo el equivalente a tres salarios por cada cuatro que deberían percibir. Guillermo Durán, decano de Ciencias Exactas, describió esta situación como “brutal”, subrayando el impacto negativo que tiene en la retención de talento en la UBA.

La crisis ha llevado a un éxodo de docentes con dedicación exclusiva hacia universidades privadas como Di Tella o San Andrés, donde los salarios son significativamente más altos, llegando a ser el triple. Esta fuga de profesionales no solo afecta la calidad de la educación, sino que también pone en riesgo el futuro de la formación académica en el país. Un documento aprobado por el Consejo Superior de la UBA destaca que un profesor que inicia su carrera docente no logra alcanzar el Salario Mínimo, Vital y Móvil, lo que evidencia la precarización del trabajo en el ámbito académico.

A pesar de que en 2024, tras una marcha multitudinaria, el gobierno incrementó las partidas para el funcionamiento de las universidades, el vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, afirmó que el dinero disponible es insuficiente para garantizar un funcionamiento adecuado. Esto incluye la falta de fondos para financiar institutos universitarios, como los hospitales donde se forman los futuros médicos del país.

En este contexto, las clases públicas convocadas por la FUBA tienen como objetivo no solo educar, sino también concienciar a la sociedad y al gobierno sobre la crítica situación que atraviesa la educación pública. Entre las actividades programadas se encuentran títulos como “Historia básica de la ciencia y la investigación en la universidad pública: una guía rápida para presidentes y allegados en etapa de aprendizaje”, “Cálculo I: ¿Cuánto cuesta la ignorancia?”, “Falacia Ad Milei: Lógica y argumentación”, “Ortografía y gramática troll”, e “Introducción a la realidad”.

Estas clases magistrales no solo son una forma de protesta, sino también un intento de generar un diálogo sobre la importancia de la educación pública y la necesidad de políticas que garanticen salarios justos y condiciones laborales dignas para los docentes. La UBA, como pilar fundamental del sistema educativo argentino, se encuentra en una encrucijada, y la respuesta del gobierno será crucial para determinar el futuro de la educación superior en el país.

En conclusión, la crisis salarial en la UBA es un reflejo de un problema más amplio que afecta a la educación pública en Argentina. Las clases públicas convocadas por la FUBA son una llamada de atención a la sociedad y al gobierno de Milei, instando a la acción para revertir esta situación insostenible y garantizar un futuro digno para la educación en el país. La lucha por la educación pública es una lucha por el futuro de la nación, y es fundamental que todos los actores involucrados se comprometan a trabajar en conjunto para encontrar soluciones efectivas.

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