
En un contexto donde las afirmaciones del presidente Javier Milei sobre la universidad pública han generado controversia, un reciente informe de la Universidad Nacional del Comahue ha arrojado luz sobre la realidad de sus estudiantes. Durante una presentación en el Palacio Libertad, Milei declaró que “la universidad pública nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y a los de la clase media alta”. Sin embargo, los datos proporcionados por la universidad desmienten categóricamente esta afirmación.
Según el informe, un notable 54,7% de los nuevos inscriptos en la Universidad Nacional del Comahue en 2024 son primera generación de estudiantes universitarios en sus familias. Este dato es fundamental, ya que evidencia que una parte significativa de la población que accede a la educación superior proviene de contextos socioeconómicos que históricamente han tenido menos oportunidades de acceder a la educación universitaria.
La relevancia de este hallazgo radica en que contradice la narrativa de Milei, quien ha intentado deslegitimar la función de la universidad pública como un espacio accesible para todos. En lugar de ser un privilegio exclusivo de las clases altas, la universidad se presenta como una herramienta de movilidad social y una vía para que las familias de escasos recursos mejoren su situación económica y social.
El Secretario de Planeamiento de la Universidad del Comahue, al comentar sobre el informe, enfatizó que “el dato mata relato”. Esta frase resuena con fuerza en un momento en que la desinformación y los discursos polarizantes pueden distorsionar la percepción de la educación pública. La universidad, lejos de ser un bastión exclusivo de las élites, se está convirtiendo en un espacio donde los jóvenes de diversas procedencias tienen la oportunidad de construir un futuro mejor.
Además, el informe también destaca otros aspectos importantes sobre la demografía estudiantil, incluyendo la diversidad de trayectorias educativas y el compromiso de la universidad por brindar apoyo a aquellos que enfrentan barreras para acceder a la educación superior. Esto incluye programas de tutoría, becas y asistencia económica, que son esenciales para garantizar que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades de éxito.
La Universidad Nacional del Comahue, al igual que muchas otras instituciones de educación pública en Argentina, desempeña un papel crucial en la formación de profesionales capacitados que contribuyen al desarrollo del país. En este sentido, es vital que las políticas públicas reconozcan y apoyen el valor de la educación pública, en lugar de socavarlo con discursos que no se sustentan en la realidad.
En conclusión, los datos provenientes de la Universidad Nacional del Comahue son un claro recordatorio de que la educación pública es un pilar fundamental para la equidad y la justicia social en Argentina. El acceso a la universidad no debe ser visto como un privilegio de unos pocos, sino como un derecho fundamental que debe ser garantizado para todos los ciudadanos, independientemente de su origen socioeconómico. La lucha por una educación inclusiva y accesible es esencial para construir un futuro más justo y equitativo para todos.
