En un reciente foro internacional, Demian Reidel, presidente del Consejo Nuclear Argentino y jefe de asesores del presidente Javier Milei, generó una fuerte controversia al afirmar que “el problema de Argentina es que está poblada por argentinos”. La frase, pronunciada en inglés durante el IEFA Latam Forum 2025, desató un torrente de críticas en redes sociales y provocó una interna dentro de La Libertad Avanza, el partido de Milei.

Durante su intervención, Reidel destacó las virtudes del gobierno actual, afirmando que “esta vez va en serio” y que el país está en un proceso de estabilización macroeconómica, además de contar con abundantes recursos naturales como litio, petróleo y una capacidad agrícola vasta. Sin embargo, su comentario sobre la población argentina eclipsó sus elogios y generó un rechazo inmediato por parte de muchos, incluidos miembros del mismo partido.

Daniel Parisini, conocido como “Gordo Dan” y un influencer libertario cercano a Milei, fue uno de los primeros en reaccionar. A través de un mensaje en la plataforma X, Parisini expresó su descontento: “Los argentinos pusieron al mejor Presidente de la historia en el Sillón de Rivadavia. No insultes nunca más a los argentinos”. Este cruce evidenció la tensión interna dentro de La Libertad Avanza, donde la lealtad a Milei se ve confrontada por la defensa de la identidad nacional.

Reidel, ante la avalancha de críticas, intentó minimizar la controversia, asegurando que su comentario fue realizado “en broma”. En respuesta a los ofendidos, lanzó un provocador mensaje en redes sociales: “Los que se hacen los ofendidos, consíganse un trabajo honesto”. Esta respuesta no hizo más que avivar el debate sobre la sensibilidad y la percepción que tiene el gobierno sobre la opinión pública.

La situación plantea interrogantes sobre la comunicación y la imagen del gobierno de Milei, que ya enfrenta desafíos significativos en su gestión. Con una creciente desaprobación en las encuestas y una economía tambaleante, la administración deberá manejar cuidadosamente las declaraciones de sus funcionarios para evitar descontentos adicionales entre la población.

Este episodio también refleja una tendencia más amplia en la política argentina, donde las declaraciones de los funcionarios pueden tener repercusiones inmediatas y significativas en la percepción pública. A medida que la administración de Milei navega por aguas turbulentas, la cohesión interna y la comunicación efectiva se vuelven más cruciales que nunca.

La controversia generada por Reidel es un recordatorio de que, en un contexto político tan polarizado, cada palabra cuenta y puede ser interpretada de múltiples maneras, afectando no solo la imagen del gobierno, sino también la confianza de los ciudadanos en sus líderes. La pregunta que queda en el aire es cómo responderá Milei a esta situación y si tomará medidas para abordar las divisiones internas que han surgido a raíz de los comentarios de su asesor.

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