El 24 de marzo de 2025, decenas de miles de argentinos se congregaron en la Plaza de Mayo para conmemorar el 49° aniversario del golpe militar de 1976, que dio inicio a una de las dictaduras más represivas de América Latina. Este año, la marcha se convirtió en un acto de repudio al negacionismo del terrorismo de Estado promovido por el gobierno de Javier Milei, quien ha cuestionado las políticas de derechos humanos implementadas en las últimas cuatro décadas y ha minimizado la cifra de 30.000 desaparecidos.

Desarrollo de la Marcha:
La manifestación fue liderada por las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, acompañadas por una amplia variedad de partidos políticos, sindicatos y movimientos sociales. Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, enfatizó la importancia de la memoria y la búsqueda de justicia, afirmando: “No olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos”. La marcha estuvo marcada por la exhibición de una larga bandera azul con los rostros de los desaparecidos y pancartas que proclamaban “Nunca Más” y “Ni olvido ni perdón”.

Reacción del Gobierno:
El gobierno de Milei, en un intento por promover su versión de la historia, lanzó un discurso de “verdad completa” a través de redes sociales, sugiriendo que las víctimas de la dictadura compartían responsabilidad con sus victimarios. Agustín Laje, un ideólogo de la ultraderecha, argumentó que la dictadura estaba en una “guerra” contra el comunismo, minimizando así la responsabilidad de los militares. Esta narrativa oficial ha sido criticada por los movimientos de derechos humanos, que la consideran parte de un “negocio” que busca deslegitimar su lucha.

Participación y Unidad de la Oposición:
La convocatoria logró reunir a diversas agrupaciones políticas, incluyendo por primera vez en dos décadas a partidos de izquierda y el peronismo. La columna más numerosa fue la de La Cámpora, un movimiento juvenil kirchnerista. La marcha también fue un espacio para expresar descontento con el gobierno actual, incluyendo demandas de justicia por la represión policial en manifestaciones recientes.

Desmantelamiento de Políticas de Memoria:
Desde que Milei asumió la presidencia, su gobierno ha desmantelado estructuras relacionadas con la memoria histórica, despidiendo a más de 250 empleados de la Secretaría de Derechos Humanos y cerrando centros culturales importantes para la conmemoración de los crímenes de la dictadura. Este contexto ha llevado a un creciente descontento social que se ha manifestado en varias protestas en poco tiempo.

Perspectivas Futuras:
La marcha del 2026 será especialmente significativa, ya que marcará el 50° aniversario del golpe de Estado. Se espera que la oposición siga levantando la voz en un contexto de creciente descontento social y político, especialmente con las elecciones legislativas programadas para octubre de 2025, donde se definirá el futuro del Congreso y su relación con el gobierno de Milei.

Conclusión:
La conmemoración del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en 2025 no solo fue un recordatorio del pasado oscuro de Argentina, sino también una clara manifestación de la resistencia frente al negacionismo y un llamado a la justicia y la memoria colectiva. La movilización masiva refleja la importancia de la memoria histórica en la construcción de una sociedad que no olvida su pasado y que lucha por un futuro más justo.

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