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Cerremos la Cámara de Diputados y que cada sector proponga de qué se puede debatir, disentir o legislar. Esto no solo es una propuesta, sino que es una situación de facto.
Es que lo ocurrido este martes en la misma sede de la Legislatura provincial, luego de que se anunciara que se archivaría el proyecto de «Adicional por Promoción Educativa», demuestra la «fragilidad» de algunas instituciones y el autoritarismo de sectores que se sienten con la prerrogativa de «ir por todo». Son años de deterioro institucional plasmados en el marco del conflicto que afecta a la educación de miles de niños y jóvenes santacruceños.
Esta afirmación queda demostrada luego que se confirmada que dirigentes de ADOSAC «condicionaron» la resolución de su paritaria salarial a que el «Adicional por Promoción Educativa», perdiera «estado parlamentario». Es decir «eliminarlo» del debate.
Es cierto que esta iniciativa, que se impulsó como alternativa de mejoras para los trabajadores del sector – en el marco de un conflicto sindical con medidas de fuerza salvajes que privaron a cientos de niños y jóvenes santacruceños de su derecho a asistir a las aulas – fue motivo de cuestionamientos.
Para muchos, el «presentismo» es negativo e ineficaz para retener a los maestros en las aulas; pero, por otra parte, es sabido que este tipo de «ítem» suele tener un efecto positivo para morigerar el ausentismo docente crónico. Más allá de las posturas, el ámbito para definir si se trataba de una herramienta eficaz para avanzar en mejoras en un sistema educativo dañado por años de impericia e ineptitud de las partes involucradas; era – y es – el debate, los consensos o disensos de los legisladores; que finalmente definen el tema en una votación. Esta descripción del funcionamiento del Poder Legislativo y su fundamento como institución de la democracia, queda absolutamente devastada por las evidentes presiones (aprietes) de los dirigentes docentes.

Acá no se legisla

Claramente condicionar a los legisladores para que «eliminen» un proyecto (mejorable, debatible y sobre todo desechable en el marco de la actividad parlamentaria) es una muestra de las practicas más antidemocráticas y extorsivas a la que los gremios docentes nos tienen acostumbrados a los santacruceños. Ya no solo toman de rehenes a los estudiantes; ya no solo condicionan la vida de los padres y familias de los alumnos; sino que ahora cruzaron la línea de la extorción a parlamentarios. Mala señal sobre que esperar en un futuro; y una revelación sobre lo que realmente moviliza a un sector que debería reivindicar las buenas prácticas y el dialogo.

Vale mencionar que el proyecto en cuestión proponía un pago adicional equivalente al 30% de la suma del salario básico y la antigüedad docente, destinado a aquellos que no tuvieran ausentismo y cumplieran con la continuidad pedagógica.
Es muy extraño que hayan sido legisladores (como el caso de Roxana Reyes a nivel nacional) o Pedro Muñoz (legislador provincial) quienes no hayan tolerado una idea que errada o no, debía abordarse en el ámbito parlamentario y en el contexto del debate de los legisladores. Esto también habla de ignorancia o de deterioro moral. Las cosas son como son.

Para ser políticamente correctos, esta situación absurda, se presentó con titulares como: «Retiraron el proyecto de presentismo para facilitar que los docentes vuelvan a dar clases en Santa Cruz». Aunque pretendiendo ser «políticamente correctos» y buscar el lado positivo de esta barbaridad; el mismo titular reverla la gravedad del tema: los sindicatos demuestran que pueden coercionar a los representantes de los ciudadanos.

Extorsión

Según trascendió, la medida de «descartar» el proyecto se concretó luego de una reunión de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Técnica a donde concurrieron dirigentes de ADOSAC.
Según versiones periodísticas, los representantes gremiales manifestaron que «era una de las condiciones para destrabar el conflicto en la paritaria». Se sabe que, en principio, los diputados de Por Santa Cruz votaron resolverlo la semana próxima pero luego el diputado Santiago Aberastain, el autor del proyecto, anunció que decidieron retirarlo.
Se informó que el proyecto fue «enviado al archivo»; es decir que este debate quedó sepultado. El gremio docente decidió por si solo que, de ese tema no se habla en Santa Cruz. Que nadie puede tener una idea que no les complazca.
El punto es claro: si quieren que levantemos el paro, no debatan el presentismo. Más extorsivo no se consigue.
«Como bloque hemos tomado la decisión de retirar el proyecto de comisiones, entendiendo que, sumado a la propuesta paritaria, significa la garantía y el compromiso de los docentes de volver a clases», fueron las declaraciones de Aberastain en sus redes sociales. Tal vez el diputado deba replantearse su rol y sus convicciones.
Hay que recordar que el legislador había defendido su proyecto – presentada el pasado 13 de marzo, argumentando que buscaba «fomentar la continuidad pedagógica, reducir el ausentismo y fortalecer el compromiso docente».
Pero el martes 25 de marzo, el «apriete» fue explícito y el legislador reculó.
«Si no se pasa a archivo este proyecto, la paritaria no va a tener el final que todos queremos», amenazó Marcelo Ferlatti, dirigente de ADOSAC Caleta Olivia, según se publicó en medios de la capital provincial. Junto a este «extorsionador», estuvieron presentes Miguel del Pla, César Alegre y Adriana Astolfo, otros dirigentes que no les tiembla el pulso para «arruinar» el futuro de niños y jóvenes santacruceños que ya llevan semanas sin clases – sumado a los años de paros crónicos – que sumergen al futuro de Santa Cruz en el semi analfabetismo; con la excusa de salarios que le ganen a la inflación. Pero hay que recordar que los gremios AMET y ADOSAC vienen rechazando sistemáticamente la pauta salarial ofrecida por el gobierno provincial que alcanza un 38,31% anual e incluye una «Cláusula gatillo» (que ajusta automáticamente los salarios en función de la inflación) y el compromiso de «recuperación salarial» (con subas adicionales para garantizar que los docentes no pierdan poder adquisitivo); algo que supera holgadamente las proyecciones de inflación. Evidentemente el origen del reclamo puede ser salarial, pero el problema de la salvaje continuidad de paros es moral.