Como si se tratara de aquel viejo apotegma radical; la familia Kirchner (madre e hijo) llevaron al limite las conversaciones (la rosca) con el gobernador Áxel Kicillof, para que “se rompa, pero que no se doble”. Y finalmente lo lograron.
“Se quebró el kirchnerismo; Kicillof y CFK disputarán poder y liderazgo en las elecciones bonaerenses”, titularon importantes medios nacionales.
Es que todas las miradas de la política estaban puestas en esta negociación que llevaba meses, que se inició de manera feroz en el verano y que ahora se definió.
Ni Cristina ni Máximo Kirchner estaban dispuestos a ceder un punto, Sergio Massa (desde su supuesto neutralismo del Frente Renovador) intentó mediar; y Áxel vio venir la emboscada.
Ahora La Cámpora acusa al Gobernador de romper la unidad de la coalición; pero el mandatario intuyó que “venían por él” y seguirá una hoja de ruta propia de cara a las próximas legislativas, mirando a las elecciones generales de 2027.
¿Pero cómo impactará esto en la provincia de Santa Cruz, puntualmente en el Partido Justicialista en manos de Kirchnerismo y en medio de un sepulcral silencio de su dirigencia?
Seguramente se avecina una temporada de “acecho”, llamados o mensajes de WhatsApp con órdenes directas respecto a lo que hacer. Algo que no incluirá internas partidarias. Esto no es una conjetura; tampoco una primicia periodística; es de lo que todos dentro del PJ de Santa Cruz hablan en voz baja.

Pelea por el poder

En un análisis superficial se podría decir que la decisión de Kicillof de desdoblar la elección bonaerense de la nacional (serán el 7 de septiembre) quebró al medio al kirchnerismo. Esta estrategia no fue secreta, tuvo momento de alto debate público interno; en donde Áxel intento trasmitir la necesidad de no sumarse a la idea de la “polarización” entre Javier Milei y Cristina que tenía como único fundamento o justificación sostener ese supuesto piso del 30 % que tendría la ex presidente.
Hasta ahí un debate político más, con argumentos a favor y en contra. Pero cuando el gobernador de la Rioja, Ricardo Clemente Quintela, anunció que pretendía disputar la jefatura del PJ y llamó a intendentes y gobernadores (entre los cuales estaban Kicillof y Fernando Espinoza, jefe Comunal de La Matanza ahora a punto de ir a juicio pos abuso sexual), se vieron las verdaderas intenciones de la familia Kirchner: no pretendían dejar de ejercer el poder partidario y el control político.
Fue cuando el bonaerense comenzó a soportar acciones de desgaste provenientes directamente de La Campora e indirectamente de Cristina.
“Cristina va a ser todo lo que esté a su alcance para dañar a Axel”, sentenció un funcionario bonaerense luego del quiebre de la fuerza política. Otro funcionario de primera línea, agregó: “Se trazó una estrategia hace meses. Ahora extorsionan con que va a jugar CFK, cuando sabemos que el problema verdadero es Máximo, que está encaprichado en cargarse a Axel”, expresan las fuentes mencionadas por el portal Infobae.

Se rompió

El domingo pasado por la noche, en un encuentro que se llevó a cabo en la casona de Fundación del Plata, en la capital bonaerense, la cúpula de Unión por la Patria (UP) se reunió para hacer un último intento de acuerdo y evitar la ruptura de este espacio político creado por necesidad de sostener a Cristina en el 2019.
Estuvieron presentes Kicillof, Carlos Bianco, Sergio Massa, Alexis Guerrera, Juan Andreotti, Máximo Kirchner, Mayra Mendoza, Facundo Tignanelli y Federico Otermin. Primeras y segundas líneas de las tres porciones de poder más importantes que tiene la coalición. Al final de la reunión, nadie había modificado su postura. Hay que recordar que la semana pasada Massa había pedido públicamente “dejar de lado los egos y las vanidades” y buscar un acuerdo de unidad. Lo que ocurrió en la casona de la Fundación La Plata fue todo lo contrario.
Ahora, los voceros de Cristina y Máximo acusan a Áxel de “desdoblar” para romper la “unidad”, aseguraron desde una de las intendencias que controla La Cámpora. Por otra parte, la senadora Teresa García, el Cristinismo planteó que la ex presidenta será candidata en la tercera sección electoral, la más poblada de la provincia.
Por otra parte, en las últimas horas de turbulencia en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) plantearon que CFK “no quiere permitir el crecimiento de Axel” y que “intentaron disciplinarlo hasta último momento”. Kicillof resistió las presiones del cristinismo y se inclinó por desdoblar, sabiendo que su decisión no tenía solo un efecto electoral, sino que también traerá aparejado un fuerte impacto político en el ecosistema peronista.

Dolores de cabeza

“Cuando estornuda el Kirchnerismo en Buenos Aires, se resfrían los K en Santa Cruz”, podría ser la síntesis de lo ocurrido por estas horas.
Es que los síntomas de la fractura en el distrito más importante que controla hoy políticamente el Kirchnerismo, se comenzaron a ver en la lejana Santa Cruz. Hoy, nadie habla con nadie por las dudas; nadie quiere quedar pegado.
Es cierto que un pequeño grupo de afiliados al PJ pidieron que se convoque a internas de manera urgente (este mes) dado que el próximo 17 de agosto es el límite para la inscripción de candidaturas; pero seriamente a nadie se le ocurre que el partido se abrirá a los afiliados. Menos para aquellos que tienen intenciones de “jugar” en esta elección.
De este modo, el ex CEO de YPF, siempre “fiel” a la familia Kirchner saldrá a mostrarse como el “elegido” y el candidato oficial del PJ. Por otro lado, el intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso ya abandonó la idea de ir “a cara descubierta” y buscará impulsar candidaturas por afuera que después le respondan a él (siempre pensando en el 2027). En este caso, muchos le reprochan a Grasso que haya salido con tanta anticipación a hablar con los “compañeros” del interior y haber sufrido un desgaste innecesario; hoy irremontable para armar algo.
Después están el ex gobernador y actual diputado provincial, Daniel Peralta y el intendente de El Calafate, Javier Belloni, que no se quieren “perder ninguna” y en algún lado va a estar presentes.
De las segundas y terceras líneas del “PJ/K” no queda nada; y estos dirigentes están más escondidos que nunca. Saben que luego son ellos los que pagan las consecuencias. Sino pregúntenle al diputado nacional Gustavo “Kaki” González.
Aprovechando la metáfora del resfriado para describir esta situación, podríamos decir que este “resfriado” que tiene el Kirchnerismo en Santa Cruz es incipiente; pero seguramente en un par de semanas levantará algunas líneas de “fiebre” (con calenturas incluidas) y traerá “dolores de cabeza”.
Será entonces cuando los llamados y mensajes de la madre y el hijo comiencen a arreciar en busca de disciplinar a todos los que piensen que el mejor remedio para superar este malestar en la provincia sería ir a internas; y entonces ellos ordenen que, para terminar con los dolores de cabeza, hay que cortarlas.

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