
Una Frase: “Vidal es uno de los gobernadores más insistentes del país”. Fuera de contexto esta frase no se entendería: es extraño y poco frecuente que desde un gobierno nacional que detesta a “la casta” se pondere a un dirigente político, sobre todo si es de otro partido. Pero ese elogio al gobernador de Santa Cruz, que generó “convulsiones” en la oposición K; tiene una explicación.
Fueron más de 6 horas de exposición, 4 mil preguntas por escrito de las que se seleccionaron 2.300 – para acotar el tiempo y porque se encontraban repetidas – en una agenda que incluía temas tan variados como el escándalo de las “criptomonedas”, la inflación y los cambios del INDEC; jubilaciones o la investigación por el disparo contra el fotoperiodista Pablo Grillo; fueron el contexto del informe del Jefe de Gabinete Nacional Guillermo Francos el miércoles en el Congreso de la Nación.
Evidentemente, el momento político y social del país se podría calificar como “espeso”. El gobierno avanza en las reformas del Estado, la economía es el centro del debate y la política está en ebullición porque es un año electoral. En este escenario, ninguno de los actores quiere perder protagonismo. Es un juego en el que nadie quiere dar ventajas y cada pregunta o respuesta se mide para que no lleve a dobles interpretaciones o chicanas. Por eso, la interpelación de los legisladores al Jefe de Gabinete fue una radiografía de la Argentina presente.
Es en este contexto de tensiones la referencia de Francos al Gobernador de Santa Cruz, analizando un tema complejo pero que se extiende a agendas similares en otras provincias, expone con claridad el rol de Vidal en un escenario desfavorable.
El tema puntual fueron las represas sobre el rio Santa Cruz (estancadas por anteriores “malas práxis” políticas y financieras), pero pudo haber sido la salida de YPF de los yacimientos de Zona Norte; o la situación de YCRT; incluso la paralización de obras públicas nacionales.
La contundente mención de Francos ante una respuesta del diputado José Luis Garrido sobre Vidal fue: “La verdad es que su gobernador es uno de los gobernadores más insistentes que tiene el país”. Hablaba de las gestiones ante el gobierno chino, pero podríamos analizar los resultados de esa “insistencia” sobre temas centrales para Santa Cruz. Sobre todo, porque durante años, quienes gobernaron Santa Cruz se “victimizaron” cuando el signo político del gobierno nacional era distinto al propio; o renunciaron a su rol de representantes de la provincia para ser funcionales a sus jefes políticos. Pasamos de ser “el patio trasero de la Argentina” a ser “la vidriera” de una supuesta década ganada. Las consecuencias de ambos discursos fueron perjudiciales para los santacruceños.
El caso de las represas
Guillermo Francos no solo es el funcionario del Gobierno nacional que más entiende las relaciones políticas y cómo funciona el ecosistema de partidos en la “era Milei”; sin que también tiene en su haber varios de los logros más importantes en materia de consensos con los gobernadores.
La política como el camino más acertado para llegar a consensos, es un concepto que en la actualidad pocos parecen entender; sobre todo en el caso de la oposición, es decir a los que gobernaron el país en las últimas décadas y son los responsables de haber llevado al país a una crisis crónica.
Por eso, haber escuchado al Jefe de Gabinete referirse a un tema sensible para Santa Cruz, como son las obras de las represas, y haber afirmado que se trabaja de “manera conjunta” con el gobernador Claudio Vidal, es más que auspicioso. Sencillamente es una manera de definir cuál es el verdadero significado de la palabra gestionar.
Las declaraciones de Franco, que a lo largo de su maratónica presentación en el Congreso de la Nación se refirió al tema en tres oportunidades, despejaron dudas sobre la situación de la mega obra de las represas sobre el río Santa Cruz, que deberían haber estado generando electricidad desde 2020 y que se encuentran aproximadamente en un 40 % de construcción.
Estos dos datos nos hablan de la impericia y negligencia – y seguramente corrupción – que rodearon el proyecto que se prolongó a través de tres gobiernos Krichneristas y uno Macrista. Ahora, son dos gobiernos inéditos a nivel nacional y provincial los que deben resolver este entramado que incluye 3 licitaciones, marchas y contramarchas y millonarios fondos aprobados que no lograron terminar la obra.
Por eso, la declaración de Franco sobre las gestiones que realizan conjuntamente Nación y Provincia son reveladora de un encarrilamiento del tema. Son Vidal y Franco los que deberán desatar este “nudo Gordiano” atado por décadas de malas gestiones y de pésima política pública.
La genuina inquietud de Garrido para saber la postura del gobierno nacional sobre las represas, previo a una defensa de la necesidad de su reactivación, obtuvo una respuesta inesperada. “Tiene razón en muchas de las cosas que formula. La verdad es que su gobernador es uno de los gobernadores más insistentes que tiene el país. Yo hablo permanentemente con él. Hemos trabajado en conjunto para tratar de renegociar las represas, sobre todo una que es la más avanzada (Jorge Cepernic-La Barrancosa) y que lamentablemente fue paralizada en el gobierno anterior por falta de pago», explicó el Jefe de Gabinete. Pero luego profundizó sobre esta gestión conjunta y reveló: «He tenido tres conversaciones con el embajador de China, con el gobernador Vidal y con la empresa china (Gezhouba) que lleva adelante la obra. Espero que podamos acordar las diferencias las diferencias que tenemos de actualizaciones y de fondos que durante el gobierno anterior se dejaron de pagar”, explicó.
Luego, la diputada Roxana Reyes insistió sobre el tema y Francos volvió a explicar que la paralización de la obra es porque la empresa contratista reclama una deuda pendiente, “y ahí hay una diferencia importante, del orden de los 300 millones de dólares de deuda». Y respecto a las pretensiones de la empresa, Francos aclaró: «estamos llegando a un acuerdo, sobre reconocer una parte de los reclamos y otra parte no, pero todavía tenemos alguna diferencia por lo que no hemos llegado a una solución definitiva. Hasta el momento el tenor de los reclamos resulta irrazonable y excesivo, y no se han podido acordar con el Contratista la totalidad de las cuestiones que permitan alcanzar la resolución de todos los reclamos», amplió. Más allá de lo incierto de las negociaciones. Para que quedase en claro la situación, el funcionario nacional remarcó que “los trabajos fueron suspendidos unilateralmente por el Contratista en noviembre de 2023, lo que generó una controversia contractual en términos técnicos, económicos y legales” y finalmente anticipó que se aprovechará la veda invernal de obra que hay Santa Cruz, «para finalizar un acuerdo y poder continuar por lo menos con la represa más chica».
Más allá del panorama que describió Francos, resulta extraño que muchos dirigentes políticos pongan “el grito en el cielo” al abordar el tema; como si no recordaran que la primera vez que se licitó la obra durante un gobierno K, fue en 2007, con un concurso provincial para hacer las centrales Cóndor Cliff y Barrancosa. Luego en 2010 se lanzó una segunda licitación, ganada por un consorcio integrado por Impsa (Enrique Pescarmona), Corporación América (Eduardo Eurnekian) y el grupo brasileño Camargo Correa. La oferta fue de $ 16.400 millones. En el 2012, se llamó a una nueva licitación que dejó al actual consorcio al frente de la mega obra. Mientras esta trama de negocios se desarrollaba, no se escuchó a nadie interpelar al gobierno por los constantes idas y vueltas del proyecto. Más allá de esta observación, lo cierto es que esta vez, dos gobiernos de signo político diferente y con improntas políticas y sociales distintas podrían dar un marco previsible a esta obra nacional en territorio provincial.
Vidal irrita a la oposición
Durante más de un año se escuchó a los dirigentes “K” criticar al gobierno de la provincia por la decisión de YPF de dejar las denominadas “áreas maduras” al norte de la provincia.
Claramente resulta irónico que uno de los voceros de los que acusaban a Claudio Vidal de no tener un plan y “agitaban fantasmas” por las posibles consecuencias negativas que tendría esta situación haya sido Pablo González; el ex CEO de YPF y empleado de Cristina Kirchner, que fue el responsable de la pésima gestión que llevó a la debacle de la empresa.
Las críticas y augurios apocalípticos de la oposición fueron incesantes; pero repentinamente se callaron este mes cuando se anunció en acuerdo entre el gobierno y la operadora; con alcances sumamente favorables e inéditos para la provincia.
Ocurre lo mismo por estos días, cuando se escuchan quejas de paralización de obras públicas; y mientras tanto el gobernador Vidal anuncia millonarias obras para la capital provincial.
Pero es que las quejas no parecieran estar dirigidas a la gestión en si mismo; lo que pareciera revelarse es que el enojo esta al estilo de hacer política del gobernador.
Hay que recordar que apenas inició la gestión lo defenestraron por una fotografía en donde se lo veía con un mameluco de pintor junto a los trabajadores de una cooperativa que refaccionaba escuelas. También se lo criticó cuando hablaba de la necesidad de austeridad de los funcionarios anticipando que buscaría que aquellos que habían robado pagaran ante la Justicia. Se le cuestionó que subiera a un barco con pescadores; se lo cuestiona por repartir pescado en Semana Santa; y se lo seguirá cuestionado. El “establishment político” (lo que hoy se conoce como “la casta política”) de Santa Cruz aun no digiere que Vidal, el dirigente sindical petrolero con escasos estudios y cercano a la gente; sea gobernador. Entonces, ese elogio del Jefe de Gabinete -uno de los más avezados actores de la política nacional actual- hacia Claudio Vidal, los termina de envenenar. Un funcionario “insistidor”, podría traducirse a un gobernante con convicciones, algo que hace mucho no se veía en esta provincia.