Fue un primero de mayo de 2023, en inmediaciones de un paraje abandonado muy cercano al histórico emplazamiento del Pozo-12 – aquella primera perforación petrolera exitosa en suelo santacruceño – donde comenzó a plasmarse una realidad hasta el momento impensada para muchos santacruceños.

En esos antiguos campos petroleros de la zona de Cañadón Seco en el norte de Santa Cruz, se inauguraba el feedlot ganadero más grande de la Patagonia; el establecimiento “Pioneros”.

No sólo se trataba de la realización de un sueño o de una promesa cumplida; esa inauguración rompía con una lógica que por décadas afectó el “inconsciente colectivo” de los santacruceños, quienes, por experiencias fallidas, por discursos mentirosos o por perversidad política, experimentaron cómo se pulverizaba su identidad de superación forjada precisamente por los “pioneros” del siglo pasado. 

Fueron décadas de experiencias fallidas en el cual proyectos sin sustento profesional y técnico, hacían inviables cualquier iniciativa destinada a generar trabajo y producción, como el caso de la fábrica de automóviles Galgo en la ciudad de Caleta Olivia en los inicios de la década de los 80.

También fueron los discursos mentirosos, como la repetitiva farsa de una supuesta instalación de una refinería de petróleo en la zona, o un lavadero de lana, incluso un aeropuerto y más cercano en el tiempo, una moderna circunvalación y autovía que impulsarían el desarrollo.

Pero sobre todo fue la perversidad política la que llevó a la dirigencia a fabular sin pudor sobre mega proyectos que iban desde el multipropósito del rio Deseado hasta un polo industrial en base a la producción de hidrógeno. Todas fantasías, todos relatos que nunca se concretaron y que dejaron a los santacruceños añorando un progreso que nunca llegaría.

Por eso cuando desde el Sindicato de Petróleo, Gas y Energías Renovables (SIPGER), el entonces Secretario General Claudio Vidal, decía que para que la provincia comenzara a reconstruirse había que trabajar sobre los ejes productivos que históricamente habían sostenido a Santa Cruz, para avanza luego hacia los otros potenciales como el turismo, y toda actividad privada que revirtiera la tendencia negativa y el atraso a muchos les sonó como una quimera. Pero en pocos meses, quienes transitaban por la ruta provincial 12 comenzaron comprobar cómo se ponía en pie una enorme estructura, que luego fue completaría con maquinaria de última generación y finalmente con la llegada de cientos de cabezas de ganado.

Con aquella concreción, que muchos intentaron silenciar, que incluso el gobierno provincial de la época intento frenar y a la que muchos deseaban el fracaso; se quebró aquella lógica de fracasos y comenzó a escribirse una nueva historia: había comenzado un nuevo modelo de provincia; aunque muchos aún lo ignorasen.

Visión productiva

Ese día, hace dos años atrás fue una verdadera fiesta del trabajo y de los trabajadores que compartieron un multitudinario almuerzo en todo el predio ubicado sobre la Ruta Provincial N° 12 en el Kilómetro 20, en la localidad de Cañadón Seco.

Quienes entienden de la producción ganadera calificaron el lugar como “privilegiado, ya que permite tener un abastecimiento permanente de alimento todo el año, dado su proximidad con el puerto y también con la Ruta Nacional N° 3, columna vertebral del sistema logístico patagónico, facilita el ingreso y egreso de insumos y mercaderías”.

“Teniendo en cuenta nuestra historia, de cómo se creó Santa Cruz, de cómo se soñó, de cómo nuestros pobladores con sus manos comenzaron a construir la provincia, tenemos que reconocer que se pensó en una Santa Cruz productiva y hoy estamos en una situación precaria y ruinosa que nada tiene que ver con aquellos tiempos. Llegamos a tener más de 9.000.000 de cabezas ovinas, y hoy no llegamos a 1.800.000″, y agregó que “el 76% de los establecimientos rurales de Santa Cruz están totalmente abandonados, algo que de ninguna manera puede permitirse”, dijo en la inauguración Vidal.

Pero no se trataba solamente de un acto formal; las instalaciones presentada estaban en condiciones de operar en ese mismo momento. No se trataba de actos formales o simbólicos, como ocurriera con la mayoría de las inauguraciones a las que estaba acostumbrada la provincia.

Desde su apertura, la infraestructura permitía un sistema de alimentación sustentable y estable, generando como beneficios la eliminación de la intermediación, incrementando y potenciando la producción ganadera y frigorífica local, mejorando la calidad de la carne ofrecida y reduciendo los costos de la carne en mostrador.

Hay que mencionar que en nuestra provincia la provisión de carne con frigoríficos locales se ve alterada por la estacionalidad de la oferta de forraje, por lo que existencia de terneros para faena se da entre verano/otoño principalmente; y en invierno y principio de primavera la oferta de carne llega de otras provincias patagónicas. Llegado el invierno la existencia de forraje decae, fundamentalmente para la cola de parición, “allí es cuando los productores rurales santacruceños se ven obligados a vender sus terneros, los que son adquiridos por compradores de Chubut y Rio Negro, después son engordados en valles de esas provincias y faenados en esos lugares, para posteriormente llevarlos a la localidad de Río Gallegos y de ahí distribuirlo por el resto de la provincia”, explicaban los expertos.

Así fue que ese acto inaugural se convirtió en un hito, en un pequeño gran paso hacia un cambio de paradigma productivo y de mentalidad.

Se eligió creer

“Muchos dijeron que no se podía”. Con esa frase en medio de la inauguración del establecimiento ganadero para cría y engorde de ganado más grande de la Patagonia, Vidal hacía una declaración de principios.

Un par de meses después, el dirigente petrolero llegaba a la gobernación de la provincia y comenzaba una gestión considerada una “bisagra” en la historia de Santa Cruz luego de 30 años de kirchnerismo.

A dos años de la apertura del feedlot está claro que el resultado de aquellos comicios no fue solamente el resultado de la coyuntura política, sino de un trabajo que fue percibido por la comunidad.

Es que cuando Vidal hablaba de la educación en Santa Cruz, ya estaba construyendo establecimientos en distintos puntos de la provincia; o cuando señalaba la necesidad de buscar alternativas al empleo estatal, el sindicato fomentaba pequeños emprendimientos.

Ahora, los anuncios de reactivación del puerto Caleta Paula con líneas de energía para la terminal marítima y la ampliación del astillero; o el plan de capacitación de cientos de jóvenes en oficios vinculados a la actividad minera, claramente son los pasos que confirman aquella dirección productiva que se pretendía dar a la provincia.

Hace dos años los santacruceños eligieron creer; y dos indica que no se equivocaron.

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