Al mejor estrilo soviético, el Congreso provincial del PJ decidió expulsar a afiliados y dirigentes que expresaron voces disidentes, y confirmó que la “cúpula” pretende dirigir con mano dura la estrategia para las elecciones legislativas de este año.

Es que mas allá de la puesta en escena para mostrar una apertura a la discusión interna, fue lo que quedó del aparato Kirchnerista el que se impuso en esta convocatoria con mas “bajada de línea” que dialogo.

La confirmación de la suspensión de unos 360 afiliados por supuestas “inconductas partidarias” y la desafiliación de Julio Bellomo, actual funcionario del gobierno provincial y los diputados provinciales Fernando Españón, Cristian Ojeda y Fernando Pérez; era algo que ya estaba digital y decidido mucho antes de que se conociera el Orden del Día para este amañado Congreso.

El resto fue una lisa y llana tarea de aleccionamiento para que el mensaje llegue a las localidades; aunque muchas de ellas no enviaron representación.

La “purga” es como se sabe la manera que tienen los regímenes totalitarios para “eliminar” a los que molestan; en definitiva lo que se hizo fue “disciplinar” a la militancia “cortando algunas cabezas” y advirtiendo que de aquí en más el control está en manos del Kirchnerismo.

Porqué los “K”

Una discusión que pocas veces se aborda por motivos obvios (obsecuencias, comodidad o falta de convicciones políticas) es si al Kirchnerismo le interesó ser parte de un Partido Justicialista de bases amplias; o si simplemente usó el sello y la estructura para buscar y sostener un “poder” sin disonancias democráticas. Después del congreso partidario de este sábado, la respuesta quedó en evidencia.

Después de “sacarse de encima” a los que reclamaron internas para dirimir liderazgos genuinos y a aquellos que optaron por migrar a espacios mas representativos de la gente; el resto del temario fue un relleno obvio en una reunión política: la perorata de analizar la realidad y las “desgracias” que vinieron con el gobierno nacional en manos del presidente Javier Milei y provincial de Claudio Vidal.

Tal vez muchos de los que hoy se pueden considerar des afiliados o echados del PJ; son aquellos que pedían que se debatiera y se cuestionara; o por lo menos se opinara de los desmadres del último gobierno kirchnerista que incluyó al impresentable de Alberto Fernández en Nación, la dos veces condenada Cristina Kirchner y la poco útil Alicia Kirchner durante su gestión en la provincia.

Ahora si; habiendo retomado el control del partido formalmente, sacándose de encima a quienes habían “cuestionado de más”; y con el campo libre para tomar decisiones, los “jerarcas” se aprestan a definir el armado para las legislativas.

Golpe al peronismo

Quines conocen desde dentro al PJ vieron estas señalas y anticiparon este resultado desde hace meses.

Todo comenzó con los intendentes de Río Gallegos y El Calafate, Pablo Grasso y Javier Belloni (los derrotados del 2023) insinuando que darían pasos al costado. Hay que recordar que el Kirchnerismo llevó a que en Santa Cruz la dirigencia solo actué por “ordenes directas” de sus jefes; por eso al ver que había un evidente vacío de poder y que ningún auto percibido dirigente se desmarcaría; Grasso y Belloni fueron por todo.

Primero les dijeron a quien los quisiera oír que ellos no participarían directamente en esta elección; luego Grasso activó los mecanismos a su disposición para activar la convocatoria al Congreso, todo esto con una agenda pre armada que les garantizara a la cúpula partidaria apoyo ante los reclamos y cuestionamiento de gran cantidad de afiliados.

Así, se lanzó la convocatoria mintiendo con que se realizaría en alguna localidad del interior; pero todo ya estaba definido para que se hiciera en Río Gallegos y cuando quines participarían ya estaban “hablados” para evitar el fracaso de la invitación a la reunión del sábado 17 en el Racing Club de la capital provincial

No por nada los medios afines al kirchnerismo no pudieron ocultar que “hubo grandes ausencias”.

Los grandes ausentes fueron los históricos dirigentes peronistas que de este tipo de puestas en escena conocen mucho y no iban a dejar utilizarse para dar legitimidad a la farsa. Es que todos sabían de antemano que se trataba de una emboscada para aquellos que pretendían un cambio de rumbo mas hacia el peronismo. Es allí donde queda irrisorio que la “cupula” del PJ de Santa Cruz haya utilizado como argumento para las desafiliaciones el de “incumplimiento de conductas partidarias” o “contrarias a la doctrina justicialista”. Si fuese así toda la familia Kirchner y sus empleados deberían estar fuera del PJ hace años.

Por otra parte, la confirmación respecto a que la “movida” de Grasso y Belloni salió bien para ellos, fue la foto “triunfantes” que difundieron este domingo en las redes.

La sartén por el mango

Hubo algunos detalles formales. Entre ellos que el temario incluyó el análisis de la acordada N° 37 de la Cámara Nacional Electoral; resolución de la Secretaría Electoral del Juzgado Federal Distrito Santa Cruz; autorizar al Consejo Provincial del Partido Justicialista a constituir un frente electoral con otras agrupaciones políticas para intervenir en las elecciones de octubre 2025 en la elección de tres candidatos a diputados nacionales; tratamiento y análisis de la Ley 27.781 y Decreto Reglamentario 915/24 de la “Boleta Única de Papel”; análisis político de cada una de las localidades, entre otros.

A su vez, las medidas internas se iniciaron con la revisión de las afiliaciones de Julio Bellomo, actual secretario de Estado de Coordinación Regional Lago Buenos Aires y de los diputados Fernando Españón, actual diputado por 28 de Noviembre por SER y sus pares Fernando Pérez de Los Antiguos y Cristian Ojeda de Perito Moreno; que llegaron por el Justicialismo y hoy forman parte del oficialismo en la legislatura.

Luego de las cuestiones administrativas hubo algunos de los presentes que pudieron decir su discurso o decir algunas palabras (eso si, después de haber presenciado la virtual ejecución de los disidentes) y obviamente todos “recontra ratificaron” el rumbo que estaba marcando la dirigencia que encabeza el partido.

De este modo, el congreso del PJ provincial cumplió con su cometido y dejó “la casa en orden”; para que ahora los mismos de siempre, esas segundas líneas del Kirchnerismo que siempre trabajaron bajos las ordenes de Cristina y Máximo puedan levanta la cabeza y por primera vez disfrutar de tener la sartén por el mango.

¿Quien es peronista?

¡Que se metan la marchita y el escudo en el culo! dijo una vez Cristina cuando se sentía agobiada por el peronismo que pretendía que se volara mas a las doctrinas y políticas expresadas por el Justicialismo. Incluso llegó a llamar públicamente al General Perón “viejo de mierda”, y nunca los “recontra peronistas” santacruceños le reclamaron nada.

Pero ahora, sacaron el peronómetro y deciden quien es y quien no es digno de estar afiliado; o aunque no este afiliado definirse y reconocerse como peronista.

“Hay afiliados que piden internas y en nombre del peronismo hablan de lo que hacemos nosotros pero habría que ver qué hacen ellos como peronistas. Estamos basados en la doctrina nacional Justicialista”, dijo Eloy Echazú al diario La Opinión Austral (histórico vocero de los K) en su condición de presidente de la Mesa Ejecutiva Provincial del PJ.

Entre todas las declaración que realizó previamente el Congreso, también dijo que quien “hoy conduce la provincia de Santa Cruz Claudio Vidal, no es peronista“.

Nuevamente, como si se tratara de una monolítica y soviética estructura, pareciera ser que el actual diputado por pueblo de Río Gallegos quiere que muestren el “carnet de afiliado” antes de hablar de peronismo.

Habría que preguntarle si no recuerda que su “jefe” Pablo Grasso, el año pasado estuvo a punto de enfrentar a Cristina cuando se unió a la banda que pretendía armar el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela y el bonaerense Áxel Kiccilof en la interna del PJ nacional.

Después, cuando ella se quedó – literalmente – con el partido, Grasso “fingió demencia” y esperó; hasta ahora. 

Por otra parte, algunos especulan con que la “movida” que se hizo fue para evitar que Cristina “intervenga” al PJ de Santa Cruz como ya hizo en Salta y amenaza a otros distritos. Sea como sea, está en claro que el Kirchnerismo se apropio del “peronometro” y se adueñó de la marcha el escudo.

De este modo, se concretó la puesta en escena que no pudo ocultar el “control total” que asumió el Kirchnerismo en el PJ; después de “cortar cabezas” de disidentes y mandar el mensaje a las localidades para que nadie, ni el mas humilde militante de barrio vuelva a “osar” cuestionarlos.

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