

Mientras la brisa patagónica acariciaba el Polideportivo Comunal, una energía especial se tejía en el aire la noche del sábado 24 de mayo. No era solo la víspera del 25; era un abrazo colectivo a la memoria, una velada patriótica que, más allá de la tradición, se convirtió en un emotivo homenaje al hombre que hasta el último día de su vida bregó por ella: el presidente comunal Jorge Soloaga.
Desde las 19:00 horas, el espacio vibró con la algarabía de los stands de manualeros, emprendedores y propuestas gastronómicas, un reflejo de la vida y el esfuerzo que Soloaga siempre quiso impulsar en su comunidad. La conducción de Marina Barrionuevo y Guillermo Olearte guió la noche con una calidez que trascendió la mera presentación, invitando a la reflexión y al sentimiento.
Fue una noche donde el corazón habló más fuerte que las palabras. Entre homenajes y reconocimientos, cada artista y ballet que pisó el escenario de forma desinteresada, lo hizo con la certeza de ser parte de algo más grande. La Orquesta Típica de Tango Infanto Juvenil de Cañadón Seco abrió el telón, llenando el ambiente de nostalgias y promesas. Le siguieron las melodías de Voces del Viento y la dulzura de Camila Pintos, mientras el baile tomaba vida con la gracia de E.D.HU.C.AR, la picardía de El Entrevero infantil y la fuerza de Garbos con su malambo.
Fabián Cortez trajo su música, y Refugio del Cañadón deslumbró con su danza y malambo, tejiendo en cada movimiento la historia de estas tierras. La voz de Hugo Mayorga y Sergio Miranda, integrantes de Ecos del Golfo, resonó con la pasión que solo el folclore sabe entregar. El malambo de El Entrevero volvió a encender el escenario, preparando el espíritu para la elegancia y madurez del Ballet Raíces.

Pero el punto más álgido de la noche, y quizás el más conmovedor, llegó a la medianoche. Se dirigió a los vecinos y vecinas el secretario general de la Comisión de Fomento de Cañadón Seco, Carlos Lisoni y cuando el reloj marcó las 00:00, el acto protocolar unió a las instituciones locales en un canto unánime. El Himno Nacional Argentino, interpretado con majestuosidad por la Orquesta Típica de Cañadón Seco, se elevó como una plegaria, un recordatorio de la identidad y la unión que Soloaga tanto defendió.
Tras el himno, todo el equipo de trabajo de la Comuna local subió al escenario para presentarse y hacer entrega de una réplica del Cristo de los Obreros al locutor Guillermo Olearte, quien siempre acompaña en cada celebración organizada por la Comisión de Fomento.
La velada continuó, porque la vida y la cultura, al igual que los sueños, no se detienen. El Entrevero volvió con su danza adulta, el Grupo Culpables animó la noche con su música, y el Ballet Nuevos Vientos cerró con la energía de lo que está por venir.
En Cañadón Seco, la «Velada Patriótica» fue mucho más que un evento; fue un acto de amor, un testimonio viviente de cómo la pasión de un líder puede trascender, convirtiendo una noche en una gran jornada y fiesta cultural que honra el pasado mientras abraza el futuro con esperanza. El sol del 25, al asomar, encontró una comunidad unida, con el corazón lleno de música, danza y el eterno recuerdo de Jorge Soloaga.