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María Amalia Díaz, esposa del ex secretario de Obras Públicas José López, logró quedar desvinculada de la causa en la que se investigó y condenó al ex funcionarios por los bolsos repletos de dólares que había intentado ocultar en un supuesto monasterio.
Ayer se conoció que la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó sin efecto una sentencia contra la mujer, respecto a los hechos ocurridos el 14 de junio de 2016, cuando López fue detenido in fraganti.
Hay que recordar que el 12 de junio de 2019, el Tribunal Oral Federal 1 condenó a Díaz como «partícipe secundaria» del delito de enriquecimiento ilícito de su marido.
En ese momento, la cónyuge del ex funcionario recibió una pena de 2 años de «prisión condicional» y una multa del 25% del valor del enriquecimiento, inhabilitación absoluta perpetua y costas.
Según el fallo de 2019, los magistrados entendieron que estaba probado que María Amalia Díaz, contribuyó con su esposo a través de apoyo logístico y organización. En tal sentido, el Tribunal aceptó como prueba las comunicaciones telefónicas de Díaz con la supuesta «madre superiora» del convento donde escondieron los bolsos con dólares. La investigación que luego se mostró en el juicio incluía las llamadas que habrían tenido el fin de «coordinar» la entrega de los bolsos.
Luego de idas y vueltas y presentaciones de la defensa, en 2024 la Cámara de Casación Federal de Casación Penal declaró inadmisibles los planteos; lo que llevó nuevamente a los abogados de Díaz a impulsar una nueva queja ante la Corte Suprema. En esta ultima instancia, el Máximo Tribunal, con la firma de los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, consideró que la condena no podía considerarse firme porque la Corte había rechazado una queja anterior por razones formales. Finalmente se decidió aceptar el recurso, dejar sin efecto la sentencia y ordenar que la causa vuelva al tribunal de origen para que dicte un nuevo fallo, manteniendo abierta la investigación y la posibilidad de un nuevo juicio.

Una «infidelidad»

La mujer de López siempre negó los hechos, incluso durante el proceso presentó un escrito en el cual negó tener conocimiento de las actividades de su marido.
«Mi estupor por el giro que ha tomado mi vida desde esa noche aún no cesan», dijo en su descargo ante el juez federal Daniel Rafecas en 2016.
En la presentación Díaz repasó su vida junto a López y detalló como habrían conseguido los bienes que poseían
«Siempre fue creciendo a partir de mejorar de a poco, con los ingresos fruto del trabajo y las rentas de los inmuebles que se fueron adquiriendo con los años y utilizando préstamos», afirmó. Sobre su vida junto a «Lopecito» recordó que en 1989, después de divorciarse de su primer marido, conoció a López cuando era secretario de Obras Públicas de Río Gallegos, cuando Néstor Kirchner era intendente, y ella trabajaba en un juzgado de familia. Se casaron el 8 de julio de 1999 y en 2011 fueron a vivir a la casa de Dique Luján, sospechada de haber sido adquirida ilícitamente.
Sobre el episodio en el cual su marido fue detenido afirmó: «José ya venía días anteriores demostrando un comportamiento atípico, mostrándose inquieto, ansioso y algo paranoico, manifestaba que se sentía vigilado y perseguido. Me pedía utilizar mi celular en varias oportunidades dado que creía que su teléfono era ‘escuchado'».
Este caso no solo tuvo repercusiones escandalosas a nivel político y judicial, ya que durante los días que se extendió el proceso la mujer enfrentó a los medios de comunicación que la aguardaban siempre a la salida de su domicilio en el barrio de Recoleta, y en una oportunidad arrojó agua e insultó a los reporteros de la revista Gente que la aguardaban para que hiciera declaraciones (foto: revista Gente).

Todo «trucho»

El monasterio, no era un monasterio; sumando otro motivo de escándalo que si bien no tuvo mayores repercusiones puso a la Iglesia Católica en un aprieto.
En realidad, se trataba de una casa quinta donada al obispado, en la que luego residió un grupo de mujeres que intentaban constituir una congregación religiosa; algo que nunca ocurrió.
Meses después de la captura de López el entonces arzobispo de Mercedes-Luján, Adrián Radrizzani, informó al diario Perfil que la Asociación Familia Misionera de Nuestra Señora del Rosario de Fátima ya no contaba con ninguna jerarquía dentro de la Iglesia.
Aunque se afirmó que esa decisión no se había tomado porque se hubiera detectado complicidad de las mujeres con el intento de ocultar el dinero; se aclaró que se comprobó un incumplimiento de requisitos estatutarios de la comunidad.

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