El artículo de Haley Cohen Gilliland expone la situación crítica del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) de Argentina, una institución clave en la búsqueda de la verdad y la justicia para los niños desaparecidos durante la dictadura militar argentina. A medida que el actual presidente, Javier Milei, implementa políticas de recorte en el gasto público, el futuro del BNDG y su misión se encuentra en riesgo. Este informe analizará las implicaciones de estas políticas en la ciencia y en la sociedad argentina.

Contexto del BNDG

Desde su creación, el BNDG ha sido fundamental para la identificación de cientos de niños robados por el régimen militar, gracias a la labor incansable de las Abuelas de Plaza de Mayo. A través de métodos genéticos pioneros, el banco ha logrado reunir a familias separadas por la brutalidad del Estado, ofreciendo un rayo de esperanza en un contexto de dolor y pérdida.

Impacto de las políticas de Milei

1.  Recortes de financiamiento: El artículo señala que Milei ha desmantelado unidades de investigación y recortado subvenciones al BNDG, lo que ha llevado a una mayor dependencia de donaciones para su funcionamiento. Este recorte no solo afecta la operatividad del banco, sino que también pone en peligro la posibilidad de que más familias se reencuentren.
2.  Reestructuración del BNDG: La reciente promulgación de un decreto para reestructurar el banco ha generado preocupación entre las Abuelas. Consideran que esta medida podría ser una “intervención de facto” y han solicitado la protección judicial de los datos genéticos, lo que refleja la desconfianza en la administración de Milei y su enfoque hacia la historia reciente de Argentina.
3.  Desafíos en la búsqueda de justicia: Milei ha intentado reescribir la narrativa de la dictadura, presentándola como una guerra justificada. Este enfoque no solo minimiza el sufrimiento de las víctimas, sino que también podría obstaculizar los esfuerzos de reconciliación y justicia que el BNDG representa.

Comentario

La situación del BNDG es un microcosmos de los desafíos más amplios que enfrenta la ciencia y la memoria histórica en Argentina. La política de “motosierra” de Milei, que busca reducir el gasto público a expensas de instituciones vitales, pone en peligro no solo la continuidad de un trabajo esencial, sino también el proceso de sanación de una sociedad que aún lidia con las secuelas de su pasado.

El BNDG no es solo un banco de datos; es un símbolo de la resistencia y la lucha por la verdad. Al desmantelar sus recursos y cuestionar su legitimidad, el gobierno de Milei no solo atenta contra la ciencia, sino que también ignora las lecciones que la historia ha enseñado sobre la importancia de la memoria y la justicia.

La urgencia de actuar se hace cada vez más evidente. Las abuelas, muchas de las cuales son ancianas, han dedicado sus vidas a buscar a sus nietos y a hacer justicia por sus hijos desaparecidos. La posibilidad de que mueran sin ver a sus nietos reunidos con sus familias es un recordatorio doloroso de que el tiempo se agota. La falta de apoyo estatal al BNDG podría significar que muchas más identidades robadas permanezcan ocultas para siempre.

Conclusión

El futuro del Banco Nacional de Datos Genéticos está en juego, y con él, la posibilidad de que cientos de familias se reencuentren y de que Argentina enfrente su pasado. Es imperativo que se reconsidere la política de recortes y se garantice el financiamiento y la autonomía del BNDG. La ciencia y la memoria son esenciales para la construcción de una sociedad más justa y equitativa, y su protección debe ser una prioridad para el gobierno y la sociedad en su conjunto. La historia de Argentina no puede ser reescrita ni ignorada; debe ser enfrentada con valentía y compromiso.

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