
Ariel Carrizo habló por primera vez después de ser víctima de una agresión policial en Santa Cruz. Narró con claridad las secuelas físicas y el miedo que lo acompaña, mientras el Ministerio de Seguridad detalla los avances para reforzar su protección.
Tras permanecer varios días en silencio, Ariel Carrizo rompió su reserva y describió con crudeza el impacto del ataque policial que sufrió: “Me podrían haber matado”, afirmó, y dio cuenta de contusiones, dificultades para movilizarse y el temor que aún lo atraviesa.
Carrizo subrayó que lo más difícil no fueron solo las lesiones físicas, sino la forma en que se enteró de la violencia ejercida contra su persona, en un contexto de desamparo institucional. Detalló que desde el Ministerio de Seguridad se comunicaron para ofrecer medidas de protección, pero que el proceso, tanto para él como para su familia, arrancó desde un lugar de alarma y vulnerabilidad.
En paralelo, el ministro de Seguridad de Santa Cruz, Pedro Pródromos, reafirmó en distintas entrevistas su compromiso de recuperar la confianza ciudadana y garantizar la seguridad en toda la provincia. En ese marco, destacó el despliegue de controles preventivos, la recuperación del equipamiento policial y la intención de modernizar recursos como móviles y tecnología.