Por Jorge Sanchez

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El escenario de contracción que vive la región se explica, como sabemos, por la migración de capital hacia la Cuenca Neuquina. Aunque este fenómeno se suele atribuir al cambio tecnológico en la industria y al desafío que la transición energética impone al histórico patrón de desarrollo regional, es necesario incorporar otras consideraciones.
La decisión de la intempestiva salida de YPF S.A. se inscribe conceptualmente en el enfoque de las expectativas racionales que la orientó. Se trata de un abordaje que parte de supuestos de racionalidad y resulta idóneo para la exploración inicial de fenómenos bajo estudio. Sin embargo, al aplicarse a intervenciones concretas tiende a incurrir en reduccionismos severos, lo que puede generar nuevos y con frecuencia, más graves problemas que aquellos que se pretendía resolver.
Su Plan 4×4 se propuso cuadruplicar el valor de la compañía en cuatro años, centrarse en la explotación de recursos no convencionales y en la expansión exportadora. Ello implicó abandonar definitivamente sus activos tradicionales. Los supuestos de ese diseño simplemente prescindieron de ponderar factores históricos y contextuales de su operación.
No se consideró, entre otras cosas, que la producción convencional representaba el 40 % de la producción nacional ni su papel en el abastecimiento de combustibles. Tampoco se evaluaron las implicancias mediatas para las comunidades en las que operaba. En definitiva, se trató de un oneroso reduccionismo.
Tal decisión fue posible gracias a la complacencia de dirigencias locales cooptadas o incluso compradas para anticipar cualquier fricción que alterara el plan de la dirección de la empresa. Comprender por qué esto ocurre requiere analizar los elementos con mayor profundidad que la epidérmica idea de un cambio ajeno a la región. Es imperativo evitar justificaciones acríticas del asunto para no distorsionar el debate público.
Debe ponerse el foco en la configuración misma de la economía regional. La organización de la explotación petrolera que dio origen al patrón de desarrollo regional fue desde el inicio hace más de cien años, de tipo corporativo. De ahí que haya sido el Estado, y no el mercado a través del sistema de precios, el asignador preeminente de recursos a la explotación petrolera.
En la medida en que se convirtió en objeto de captura de rentas cada vez más espurias por parte de grupos políticos que intercambian masa electoral por prebendas para acceder y sostenerse en el poder, se configuró una economía de precios y salarios distorsionados y de productividad menguante. Esta última circunstancia fue la justificación más enfatizada para la decisión de abandonar la Cuenca del Golfo San Jorge.
Sin embargo, un sistema político más orientado a la captura de rentas estatales que al desarrollo de mercados asociados a la actividad continúa vigente tras la salida de YPF S.A. Es en esta circunstancia no en la finitud de los recursos, donde residen los verdaderos desafíos para las opciones de futuro de la actividad. Un repaso por las designaciones en áreas de gobierno con injerencia en el sector, el tenor de las iniciativas promovidas como política sectorial y el patrón inalterable de la acción gremial lo confirman.
La incorporación de tecnología, la reducción de cargas fiscales a la actividad y la recreación de la gobernanza sectorial son los ejes sobre los cuales debe sostenerse la consistencia de las políticas públicas. Esto requieren trascender el enfoque de la inmediatez, incorporar el mérito en las áreas de gobierno vinculadas al sector y adoptar en general, perspectivas coherentes con los procesos reales de mercado en la región.
Su implementación depende de una sociedad civil suficientemente movilizada para generar opciones duraderas y controlar a elencos gobernantes, por definición, con intereses inmediatistas. Depende en definitiva, de una representación social genuina en un contexto de desmovilización y de partidos políticos reducidos casi exclusivamente a vehículos de aspiraciones personales. Desafíos todos que urge enfrentar para promover cambios realistas en la economía regional a mediano plazo.

Jorge Sanchez

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Jorge Sánchez es Consultor Asociado en Claves ICSA Master of Business Administration por Broward International University, Diplomado en Políticas Públicas por UNPSJB, Diplomado en Economía Austríaca por ESEADE, en Negocios Internacionales por UNLZ y en Innovación Abierta por UTN. Las imágenes son producciones del artista comodorense Mauro Esains.

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